'Siempre me ha sido dif¨ªcil creerme que era Gades'
Antonio Gades ha llegado a los 65 a?os plet¨®rico de arte, sabidur¨ªa y humildad. El bailaor y core¨®grafo, que recibir¨¢ el s¨¢bado el prestigioso Premio Calle de Alcal¨¢ del Festival Flamenco de Madrid, pasa la mayor parte del tiempo en su velero, aunque ahora est¨¢ dirigiendo Fuenteovejuna para el Ballet Nacional de Espa?a, que ¨¦l fund¨® en 1978. En esta entrevista, realizada ayer, Gades repasa su vida y su carrera, y recuerda que empez¨® a bailar 'por hambre'.
Ha costado 15 d¨ªas convencerle de que se deje hacer por fin una entrevista, pero por fin los buenos oficios de Juan Verd¨² han dado sus frutos y diez minutos antes de la hora convenida Antonio Gades est¨¢ sentado en el bar del Hotel Chamart¨ªn leyendo la prensa. Con sus gafas ligeras y un envidiable color de veraneante fuera de estaci¨®n, plenamente restablecido del c¨¢ncer que hace un par de a?os amenaz¨® seriamente con llev¨¢rselo por delante, hoy parece m¨¢s un intelectual italiano (de izquierdas), un novelista franc¨¦s o un senador de la Grecia cl¨¢sica que aquel bailaor que pas¨® a la historia del arte marcando la farruca entre mangueras de riego por las ramblas en Los tarantos.
'La tierra hay que acariciarla. El zapateado es la continuaci¨®n de un sentimiento'
'Me encantaba estudiar pero no pude, y para sacar el cuello ten¨ªas que ser buf¨®n'
'Todo el mundo tiene derecho a bailar y a enamorarse, para eso no hay edad'
Cuesta a¨²n m¨¢s imaginarse que este se?or elegante, flaco, atractivo y sonriente es el hijo de un alba?il mosa¨ªsta de Elda (Alicante) que hace 65 a?os se vino a defender Madrid de la sublevaci¨®n franquista con el Batall¨®n de Octubre. Pero hora y media despu¨¦s no cabe duda: aqu¨ª est¨¢ Antonio Gades o, mejor dicho, Antonio Esteve R¨®denas, de vocaci¨®n marinero, comunista y padre (tiene cinco hijos, cuatro chicas y un chico); de oficio uno de los mejores bailaores y core¨®grafos de todos los tiempos; y, de cerca, una verdadera mina de an¨¦cdotas, simpat¨ªa, titulares y personajes.
Pregunta. Esta semana le dan el Premio Calle de Alcal¨¢, que antes le dieron a Sordera, Juan Habichuela o Enrique Morente. ?Es s¨®lo un premio m¨¢s?
Respuesta. Todos los premios est¨¢n bien. Pero ¨²ltimamente me dan tantos que me parece que me queda menos vida que a un pavo en Nochebuena.
P.Pues se le ve un aspecto estupendo.
R.Ya estoy mucho mejor, pero he estado cerca del trullo. Ahora estoy casi listo para cruzar otra vez el Atl¨¢ntico en velero.
P.?Ya lo ha hecho?
R.Fui a Cuba. Igual ahora que los m¨¦dicos me han dado el pase pernocta me voy otra vez.
P.?Le gusta m¨¢s la barca que el baile?
R.Hace un par de a?os, cuando la cosa se puso tan mala, empec¨¦ a analizar y por lo ¨²nico que me daba pena morirme era por no poder volver a navegar. Me daba igual no ver m¨¢s un teatro, no volver a crear, no pisar un escenario... Mis hijos son ya mayores... Pero lo de no poder volver a largar velas e irme por ah¨ª...
P.?Entonces no le cost¨® dejar de bailar?
R.Para nada. Los hombres cumplimos etapas.
P.?O sea que no le vamos a ver bailar m¨¢s?
R.No dije que ven¨ªa, tampoco voy a decir que me voy. Hay cosas que se pueden hacer toda la vida. Nadie puede decir que ma?ana no vaya a hacer un papel cojonudo. Todo el mundo tiene derecho a bailar y a enamorarse, para eso no hay edad. Pero tendr¨¢ que ser un papel para un t¨ªo de 60 a?os. Muchos bailarines han hecho el rid¨ªculo por querer hacer lo que hac¨ªan cuando ten¨ªan 18 a?os.
P.?Cuando decidi¨® dejarlo?
R.Haciendo Fuenteovejunaen el Lope de Vega de Madrid. Era el protagonista, un chico joven, y ten¨ªa que ir al r¨ªo a recoger a la chica, que estaba lavando. Me arrollidaba, jugaba con ella, me levantaba... Un d¨ªa sent¨ª un ruido horroroso en las rodillas. Y cuando me levant¨¦ le dije: "Tengo edad para comprarte una lavadora y ponerte un piso, pero no para venir al r¨ªo". Y ya no bail¨¦ m¨¢s.
P.Despu¨¦s de 50 a?os.
R.Casi. Empec¨¦ a bailar por el hambre a los 16 a?os [en la compa?¨ªa de Pilar L¨®pez], mam¨¦ el flamenco en la calle. No soy ni gitano ni andaluz, y en aquella ¨¦poca el hijo de un obrero ten¨ªa que ser obrero. Me encantaba estudiar, pero no pude, y para sacar el cuello ten¨ªas que ser buf¨®n. Boxeador, ciclista o torero. Del boxeo me quit¨¦ a la primera hostia que me dieron, y aunque de ciclista me iba bien, enseguida me puse a bailar. A dar saltitos.
P.?Qu¨¦ pas¨® con el toreo?
R. Empec¨¦, pero Pilar L¨®pez me cogi¨® y me dijo: "Mire, no discuto que pueda llegar a ser un gran torero, pero estoy segura de que va a ser un gran bailar¨ªn. Y si sigue toreando y un toro le da un golpe, adi¨®s bailar¨ªn y adi¨®s torero".
P.Tambi¨¦n dijo que era usted un joven muy inquieto, "unas veces para bien y otras para mal".
R.Claro, el que se queda parado es Don Tancredo. Si no te equivocas est¨¢s jodido. ?Cu¨¢ntas veces se equivocar¨ªa Einstein hasta que hizo la teor¨ªa de la relatividad? Si no buscas, no te equivocas. El silencio existe porque existe el ruido, y si no te mojas, no nadas.
P.?Y usted qu¨¦ buscaba?
R.Yo no soy un folclorista, pero estudi¨¦ el folclore como un poeta estudia la gram¨¢tica. Un poeta busca la palabra, y si no existe, la crea. Pero no hace diccionarios. Mi idea era hacer algo m¨¢s con ese folclore, no trincarlo del pueblo y prostituirlo, sino coger la esencia y hace otra cosa, contar una historia con el movimiento. En el fondo, lo primero es el movimiento. Y a partir de ah¨ª, con la literatura, la m¨²sica, las costumbres, los trajes, las luces, vamos a ver c¨®mo contamos historias.
P.?Va antes el movimiento que la m¨²sica?
R. Un novelista primero tiene una historia y unos personajes, y luego pone las palabras. En la danza es igual. Primero es la l¨®gica, la m¨²sica viene despu¨¦s.
P.Hizo Bodas de sangre. Pero se fue a estrenarla a Roma.
R.Aqu¨ª no hab¨ªa tradici¨®n de grandes ballets. De baile s¨ª, pero no de ballets de ese tipo. All¨ª la gente ten¨ªa menos prejuicios, estaban m¨¢s preparados para verlo y criticarlo. Y adem¨¢s en esa ¨¦poca era un libro clandestino, y pens¨¦ que si all¨ª ten¨ªa repercusi¨®n intelectual aqu¨ª no me podr¨ªan meter mano. La tuvo, y despu¨¦s siempre he seguido estrenando fuera. Pero tampoco me iba a un pueblo. Daba la cara. Carmen,en Par¨ªs. Fuenteovejuna,en G¨¦nova...
P.Empez¨® a salir de Espa?a mucho antes. Se dir¨ªa que los flamencos eran los ¨²nicos que viajaban en la dictadura.
R.S¨ª, con Pilar L¨®pez dimos la vuelta al mundo. Recuerdo un viaje a Jap¨®n en barco, desde Marsella a Yokohama, 34 d¨ªas para ir, 15 de trabajo y 33 para volver. Todav¨ªa me acuerdo de las escalas. Y f¨ªjate qu¨¦ cultura tendr¨ªa yo que la primera vez que Pilar me dijo "vamos a ir al extranjero", llegamos a Venezuela y le dije que me hab¨ªa enga?ado. Luego fuimos a Londres y dije: "Esto s¨ª". En el fondo ten¨ªa raz¨®n, ahora con la puta globalizaci¨®n entras en un hotel y son todos iguales, no sabes si est¨¢s en Acapulco, en Sur¨¢frica o en Utrera. La misma hamburguesa, las mismas navajas de Toledo... Como dec¨ªa Carlos Oroza en los 60, y ten¨ªa raz¨®n, estamos dejando una sociedad de asfalto, hay que sembrar las ciudades y asfaltar el campo. Tambi¨¦n dec¨ªa que "lo importante es quitarle al ni?o el edred¨®n".
P.Poco a poco, se fue haciendo amigo de los artistas...
R.Pepe Bergam¨ªn, Alberti, Caballero Bonald y el doctor Barros me ense?aron a leer. Mir¨®, T¨¤pies, Brossa y Picasso me ense?aron a ver la pintura. Ve¨ªa el abstracto y me re¨ªa, pero cuando v¨ª que aquella gente tan interesante le gustaba, pens¨¦: "Antonio, tienes que meterte, que son m¨¢s listos que t¨²". Y al final me gust¨® m¨¢s la l¨ªnea de Malevich que el barquito en el horizonte. En las noches de Bocaccio se aprend¨ªa mucho escuchando.
P.En 1964 fue a la Exposici¨®n Universal de Nueva York. ?No ser¨ªa ¨¦se el c¨¦lebre viaje en que Carmen Amaya as¨® las sardinas en el Waldorf Astoria?
R.No, no. No s¨¦ si eso es un mito. Lo que s¨¦ es que Carmen era una persona maravillosa y una artista inimitable, inclasificable. Su muerte no tuvo la repercusi¨®n que merec¨ªa porque se fue a morir el mismo d¨ªa que Kennedy. Ten¨ªa ri?ones infantiles, y con el baile transpiraba mucho y limpiaba las toxinas. Fue dejando de bailar, dejando de sudar y... El d¨ªa que se muri¨® est¨¢bamos jugando un partido de f¨²tbol en Montju?c: artistas contra camareros. Todos emporrados, incluido el ¨¢rbitro. Y nuestro portero dormido en el ¨¢rea.
P.?C¨®mo lleg¨® a hacer Los tarantoscon ella?
R. Siempre que he hecho cine ha sido porque los que lo hac¨ªan eran amigos y porque las historias me gustaban. Nunca pretend¨ª ser artista de cine. No soy actor. De hecho, casi siempre he hecho de Antonio Esteve R¨®denas. Incluso en el teatro. Llegaba como Esteve, me ten¨ªa que creer que era Gades y luego que era el soldado de Carmen.Bailar, y lego volver para atr¨¢s. Un co?azo, porque siempre me ha sido dif¨ªcil creerme que era Gades. Siempre he estado en la tierra, nunca me he cre¨ªdo del Olimpo como muchos artistas. Y como muchos ricos, que creen que si cae la bomba a ellos no les llega.
P.?Para ser buen core¨®grafo hace falta ser un poco marxista?
R.A m¨ª me ayud¨® mucho la gente y la filosof¨ªa. Si eres epic¨²reo, aristot¨¦lico o plat¨®nico, eso te da un camino. Y el camino lo eliges t¨². No es un acto reflejo, es un acto intelectual. Y seguramente lo m¨¢s importante de las obras que he hecho es el colectivo, el pueblo que siempre est¨¢ ah¨ª, de protagonista o de observador.
P.?Ha sido consciente de que estaba revolucionando el baile?
R. No. Simplemente buscaba decir otras cosas. Pero era una cosa sana, ahora veo que la gente quiere ser genial enseguida, a los diez minutos de empezar. Antes era una necesidad espiritual. Hoy, los pintores sufren porque no venden. Antes sufr¨ªan porque no lograban plasmar los sentimientos en la tela, ?y se suicidaban por eso si hac¨ªa falta! Yo pertenec¨ª a ese grupo: buscar, elaborar mucho, encontrar algo si acaso, pero sobre todo quedarte contento con tu cuerpo, jam¨¢s he echado m¨¢s horas de ensayo por ser mejor que aquel. Lo hac¨ªa para ser mejor que yo. Me he fijado mucho en la actitud ante la vida, en el talento, en la ¨¦tica... Lo dem¨¢s daba igual.
P.Como Vicente Escudero.
R.?se era irreductible. Mor¨ªa de pie. Ahora hablan de modernidad, pero en el a?o 30 ¨¦l bailaba al comp¨¢s de un motor de dos tiempos. Mi alergia a las entrevistas viene de ¨¦l. Le convenc¨ª para que le diera una a Gonzalo Su¨¢rez en Barcelona, hizo un comentario sobre Mir¨® y perdi¨® la amistad con ¨¦l. No es lo mismo decir una cosa que verla escrita. Lo s¨¦ por el canguelo que pas¨¦ cuando me vi el segundo en la lista de los que iba a fusilar a Tejero el 24 de febrero del 81. El primero era el fiscal Chamorro, otro gran amigo que se fue.
P.Como Vittorio Gassman.
R.Ah, Gassman. Era un actor del carajo, sobre todo de teatro. Y muy gentil, porque cuando le dieron el Pr¨ªncipe de Asturias yo qued¨¦ finalista y dijo que era un honor haber sido finalista conmigo. Ten¨ªa unas depresiones de caballo. Cuando no encuentras puede pasarte eso. Cuando estren¨¦ Bodas de sangre,un amigo vino al camerino y me dijo: "Qu¨¦ maravilla, ?y ahora qu¨¦ vas a hacer?". Me jodi¨® el estreno. Es un sinvivir trabajar con esa presi¨®n. La gente y la cr¨ªtica te exigen que seas un genio permanentemente. Pero yo no soy un genio. Yo s¨®lo trabajo lo m¨¢s dignamente posible. El miedo se te mete en el cuerpo y te anula, esa presi¨®n te elimina. Admiro mucho a Boadella porque se le nota que se la suda el ¨¦xito y la cr¨ªtica. Quiz¨¢ por eso nunca he firmado un contrato antes de tener terminado el espect¨¢culo. Primero tengo que estar contento yo, la gente ya veremos. O eso o eres un genio como Bach, que todas las semanas hac¨ªa una obra para la misa del domingo. Un genio es un enfermo, uno que se sale de la media. Lo gen¨¦ticamente normal es esto.
P.?C¨®mo ve el baile de ahora?
R. Soy de mayo del 68 y nuestro lema era prohibido prohibir. Todo lo que sea investigaci¨®n me parece bien, cada creador es muy libre. Pero ahora hablan de la fusi¨®n, y ah¨ª hay que tener cuidado. Coges el espa?ol y el ingl¨¦s, lo fusionas y te queda un espantajo. Tambi¨¦n veo que hay mucha dispersi¨®n de talentos. En cuanto uno tiene el m¨ªnimo ¨¦xito, forma su compa?¨ªa. Jam¨¢s he visto tantas compa?¨ªas independientes. Un bailaor destaca un poco y a los diez minutos se hace core¨®grafo. Eso no puede ser. Dicen que han evolucionado los bailes. La farruca, por ejemplo. ?C¨®mo la van a evolucionar si no saben bailarla? Para cambiar algo tienes que conocerlo muy bien. ?De d¨®nde partes? ?se es el miedo que me da. Y luego: ?Se puede hacer un ballet genial en menos de un mes? Hay un cuento maravilloso de Henri Michaux, es como un poema. Estaba en el fango de la calle, empec¨¦ a hacer una rata, no le hab¨ªa terminado la tercera pata, sali¨® corriendo y me dej¨® solo. Antes ve¨ªamos qui¨¦n era el mejor y nos ¨ªbamos con ¨¦l a aprender. Ahora aprenden tres cosas y salen corriendo a montar su propio ballet. Y lo peor es que hay un sinf¨ªn de sguidoras y seguidores de ese movimiento.
P.Su amigo Juan Quintero dice que ahora los pies de los bailaores parecen metralletas.
R. En el foro romano hay una tumba de una bailarina de Gades, la antigua C¨¢diz, que dice: "Que la tierra sea tan leve sobre ti como t¨² lo fuiste sobre la tierra". Si la pisoteamos, la tierra no da nada. Ni trigo, ni sonidos. La tierra hay que acariciarla. Dependes del estado an¨ªmico para sacar a la tierra el sonido que necesitas. Se percute demasiado. Y el zapateado no es percusi¨®n. Es la continuaci¨®n de un sentimiento.
P. ?Y los brazos, d¨®nde andan?
R. A veces parece que se los han cortado. Hay que estudiar m¨¢s la Comedia del Arte. Las manos son un gesto, quieren decir algo. Tienen un lenguaje para pedir, otro para rechazar...
P. ?Permite alguna pregunta personal?
R.Sea.
P. ?Sigue viendo a Pepa Flores?
R. Lo pasado pasado est¨¢. Pepa es un ser maravilloso. Una artista impresionante, una persona a la que admiro, quiero y respeto, adem¨¢s de ser madre de tres hijas m¨ªas, Mar¨ªa, Tamara y Celia, y somos compa?eros de verdad. M¨¢ximo, su pareja actual, es una persona encantadora.
P.?Usted tiene pareja?
R.Soy m¨¢s libre que la hostia. A cierta edad se hace dif¨ªcil convivir. Y tengo una teor¨ªa: hay dos tipos de hombres, los belmontinos y los bu?uelescos. Belmonte se peg¨® un tiro cuando vio que lo de abajo no le funcionaba. Bu?uel, en cambio, dijo: "Qu¨¦ peso me he quitado de encima". A m¨ª, en esto, me pasa como con el baile. No tengo edad para ser Frondoso, sino para ser el alcalde. O el comendador.
P.?Y es real ese mal car¨¢cter que se le ve¨ªa en la trilog¨ªa de Saura cuando ensayaba?
R.S¨ª, pero hay una diferencia entre la dictadura y la disciplina. La dictadura obliga por cojones. La disciplina da razones y resultados inmediatos. Soy muy duro porque no concibo que una persona se reserve. Si te dedicas a algo, tienes que joderte y dedicarte profundamente. Si uno tiene algo y se lo guarda, mejor poner a otro. Si no lo puede dar, por lo menos que pruebe. Si tienes miedo, deja de torear. Puedes no tener m¨¢s arte, pero lo que no puedes es dejar de arrimarte.
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