Cumbre genial de la obra de Gades

Hac¨ªa a?os, muchos, que no me alcanzaba la emoci¨®n ante un espect¨¢culo como esos 15 minutos finales de Fuenteovejuna. Toda la obra es un portento de rigor art¨ªstico, de integraci¨®n an¨ªmica en la epopeya de un pueblo que se levanta como una sola voz contra el poder abusivo y transgresor.

Antonio Gades vuelca en esta Fuenteovejuna toda su sabidur¨ªa esc¨¦nica, cuanto ha experimentado por s¨ª mismo a lo largo de casi medio siglo de carrera. Y si hasta aqu¨ª hab¨ªa logrado elevarse a la categor¨ªa de mito, Fuenteovejuna es ya una sublimaci¨®n fascinante de todo lo mejor que podemos contemplar en un escenario.

Es l¨®gico que la peripecia que se cuenta en Fuenteovejuna impactara a un hombre como Gades, tan pueblo ¨¦l, tan ideol¨®gicamente en sinton¨ªa con esa historia de inocentes violados / violentados por el poder. Una historia que no se puede contar mejor que como la est¨¢ contando Gades con el Ballet Nacional de Espa?a. As¨ª se cuenta, ejemplarmente, en danza con un sentido y una coherencia que hacen f¨¢cilmente comprensible lo que vemos, sin tiempos muertos, todo fluido, l¨²cido y sin desmayos.

El Ballet Nacional de Espa?a, sin estrellas deslumbradoras, es un instrumento de primer orden en manos de Gades. M¨¢s all¨¢ del puro mimetismo interpretativo que a veces cae en la rutina, yo dir¨ªa que participa por derecho propio en una labor creativa llena de identificaci¨®n con lo que se le pide.

Con la m¨²sica Gades hace una aut¨¦ntica investigaci¨®n, sobre todo en el folclor espa?ol que es lo predominante. Un folclor en el que todo el pueblo es protagonista, y que marca sus estados an¨ªmicos de manera admirable. Hay algo de flamenco, no mucho, pero el cante por sole¨¢ de Palac¨ªn y los trenos siguiriyeros que subrayan la violaci¨®n son estremecedores.

La iluminaci¨®n es otro de los instrumentos que Gades utiliza magistralmente en esta Fuenteovejuna que nunca querremos olvidar. Una luz que pinta, que puede definir un momento, un estado de ¨¢nimo, un desespero. Una belleza.