Berlusconi se somete a Arist¨®fanes
Presiones pol¨ªticas obligan a censurar una obra del Piccolo Teatro de Mil¨¢n
El exceso de celo en la defensa de su l¨ªder, el primer ministro y presidente de Forza Italia, Silvio Berlusconi, ha llevado al responsable del partido en Sicilia, Gianfranco Miccich¨¦, a provocar un nuevo enfrentamiento del Gobierno de centro-derecha con el mundo cultural italiano. Miccich¨¦ se permiti¨® criticar agriamente, el s¨¢bado, un montaje que el Piccolo Teatro de Mil¨¢n ten¨ªa previsto estrenar al d¨ªa siguiente en el teatro griego de Siracusa, obligando a su director, Luca Ronconi, a censurarlo. Un error de dimensiones colosales que oblig¨® ayer a intervenir a Berlusconi para desautorizar a su aguerrido mosquetero, y declarar en tono casi humilde que 'la cultura no puede ser censurada'. Berlusconi, con la mirada puesta en las elecciones municipales del domingo y lunes pr¨®ximo, intent¨® excusar a su defensor, lamentando que 'un drama antiguo se haya transformado en una comedia de los equ¨ªvocos'.
El montaje de Luca Ronconi caricaturizaba al primer ministro italiano y a sus aliados Bossi y Fini
No piensan igual los t¨¦cnicos, ni los actores, ni el director del m¨¢s prestigioso teatro italiano, que optaron por retirar los carteles que representaban de forma caricaturesca a Berlusconi y a sus dos aliados pol¨ªticos, Umberto Bossi y Gianfranco Fini, en el estreno de Las Ranas, de Arist¨®fanes, despu¨¦s de ser amonestados por Miccich¨¦. Ronconi denunci¨® incluso intimidaciones por parte de autoridades de la isla de Sicilia, y amenaz¨® con abandonar Italia por el humillante episodio. 'He tolerado la situaci¨®n para que el espect¨¢culo se estrenara. Pero me ir¨¦ del teatro y del pa¨ªs. Estamos ante un caso de censura. Y democracia y censura no pueden convivir', declar¨® el director.
El poder de Miccich¨¦ en Sicilia, donde reina el centro-derecha de manera abrumadora, est¨¢ fuera de duda y su intervenci¨®n no pod¨ªa caer en saco roto, pero el incidente obtuvo tambi¨¦n una publicidad indeseada. La prensa italiana daba cuenta ayer de lo ocurrido con gran despliegue. Seg¨²n la versi¨®n reflejada por los principales diarios, todo ocurri¨® en el transcurso de una cena nada placentera ofrecida por el responsable policial de Siracusa, Francesco Alecci. A la velada asist¨ªan, adem¨¢s del director del Piccolo, Ronconi, varias autoridades locales, el secretario de Estado de Cultura, Nicola Bono, la ministra de Igualdad de Oportunidades, Stefania Prestigiacomo, y el propio Miccich¨¦.
En un momento determinado, el l¨ªder forzista abord¨® directamente a Ronconi y le pidi¨® explicaciones sobre el montaje de Las Ranas, que utiliza una caricatura de Berlusconi, como si fuera 'un tirano', dijo. Ronconi replic¨® que Arist¨®fanes no s¨®lo atacaba a los tiranos, sino a los 'negociantes'. El dirigente de Forza Italia continu¨® su defensa in crescendo y, antes de abandonar la cena irritado, le reproch¨® a Ronconi: 'Este espect¨¢culo a usted se lo paga el Piccolo Teatro y el Inda , que son de Berlusconi... Quiero decir, son del Estado y por eso no puede usted hacer lo que quiera. Si quiere criticarnos, v¨¢yase'.
Ronconi lo consider¨® una amenaza y el Piccolo, tras varias horas de debate, opt¨® por retirar los carteles y aceptar lo que Ronconi llama 'una censura previa', atendiendo a sugerencias intimidatorias que le llegaron al director. Una decisi¨®n que pone en evidencia al l¨ªder siciliano, que pas¨® al contraataque y acus¨® al Piccolo de haber inventado el suceso. Miccich¨¦ asegura que su intervenci¨®n no puede confundirse con una censura: 'Me limit¨¦ a decir que era la primera vez que la pol¨ªtica entraba en las tragedias griegas de Siracusa'. El hecho de que los carteles desaparecieran de escena, 'es la prueba', seg¨²n Miccich¨¦, 'de la mezquindad de un comediante que se cree Arist¨®fanes, pero que est¨¢ muy lejos del gran comedi¨®grafo'. Y su colega Prestigiacomo le hace eco con un comunicado en el que califica de 'vergonzoso' que se haga pasar por censura un disentimiento expresado abiertamente.
S¨®lo que esta vez, Berlusconi no ha apreciado el esfuerzo de sus lugartenientes. 'El Gobierno no sabe siquiera lo que es la censura', dijo ayer, e incluso tuvo palabras elogiosas para Ronconi, 'un artista apreciado por todos por su trabajo teatral'. En cuanto a los carteles, el primer ministro le ruega que vuelva a colocar 'el retrato del tirano en salsa aristof¨¢nica', porque, 'aunque no se me parece en absoluto', el arte 'tiene derecho a escoger sus objetivos, y hasta a escogerlos equivocados'.
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