La FIFA emprende la caza de la EPO

Aunque en el reglamento publicado sobre el desarrollo del Mundial 2002 no figuran los detalles, la FIFA ya tiene pr¨¢cticamente ultimado su plan de ataque a la eritropoietina (EPO) y otras formas de dopaje sangu¨ªneo, como la NESP que puso de moda el esquiador de fondo Johann Muehlegg, durante la cita de Corea del Sur y Jap¨®n.

El punto clave del plan es la realizaci¨®n de controles de sangre, toda una novedad en el mundo del f¨²tbol, que se iguala as¨ª al ciclismo, el atletismo, el esqu¨ª y el patinaje de velocidad, deportes que llevan a?os luchando contra el dopaje sangu¨ªneo. El control de la sangre es necesario porque el ¨²nico m¨¦todo de detecci¨®n homologado por el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI), ¨²ltima referencia en la lucha antidopaje, es el que combina un an¨¢lisis de sangre y otro de orina.

Como es una novedad, la FIFA tiene previsto solicitar a los 23 jugadores de cada una de las 32 selecciones participantes un acuerdo por escrito para que les puedan ser extra¨ªdos desde una vena del brazo unos cuatro cent¨ªmetros c¨²bicos de sangre, la cantidad m¨ªnima para que el laboratorio pueda determinar con claridad el hematocrito (porcentaje de gl¨®bulos rojos en la sangre), la hemoglobina (carga de ox¨ªgeno de los gl¨®bulos) y los reticulocitos (gl¨®bulos j¨®venes) de cada uno. La FIFA, que no quiere que ning¨²n detalle pueda romper una estrategia finamente dise?ada por el presidente de su comisi¨®n m¨¦dica, el belga Michel d'Hooghe, teme que alguno pueda alegar motivos religiosos o morales para negarse a la extracci¨®n.

Los planes de la FIFA, que fueron conocidos por los m¨¦dicos de las selecciones en febrero, pasan por efectuar un m¨ªnimo de 256 an¨¢lisis de sangre durante el Mundial, a raz¨®n de cuatro por cada uno de los 64 partidos (dos jugadores por equipo, elegidos por sorteo en el intermedio). Las tomas de sangre ser¨¢n completadas por las tradicionales de orina y enviadas a los laboratorios de Tokio, para los encuentros de Jap¨®n, y Se¨²l, para los de Corea del Sur.

Dado que el m¨¦todo de detecci¨®n de la EPO y la NESP es lento y caro, y en aras de no saturar los laboratorios de detecci¨®n, s¨®lo la orina de aquellos jugadores que resulten sospechosos por sus extra?os valores hematol¨®gicos ser¨¢ sometida a las t¨¦cnicas de b¨²squeda de la EPO, que s¨®lo pueden ser efectuadas en el de Tokio. Si un primer an¨¢lisis resulta positivo, una muestra de la orina incriminada ser¨¢ enviada a Lausana, al del COI, para confirmar definitivamente el resultado.

Controles por sorpresa

La FIFA ha advertido ya a las selecciones de que no s¨®lo se har¨¢n los controles habituales de despu¨¦s de los partidos, sino que podr¨¢, en cualquier momento, recurrir a an¨¢lisis por sorpresa.

A diferencia del ciclismo y el esqu¨ª, por ejemplo, que alegando razones sanitarias suspenden cautelarmente a los deportistas que superen un determinado nivel de hematocrito o de hemoglobina, la FIFA no tiene previsto ese recurso. No es lo mismo medir el hematocrito al amanecer, como se hace con los ciclistas, que despu¨¦s de un partido. Los estudios demuestran que la deshidrataci¨®n producida por el trabajo durante un partido puede aumentar ese valor.

La concentraci¨®n en la b¨²squeda de la EPO y la NESP, determinada por los informes de que dispone D'Hooghe sobre la extensi¨®n del dopaje sangu¨ªneo en las Ligas m¨¢s fuertes de Europa, no significa que la FIFA deje de lado el otro fil¨®n del doping: el recurso a los esteroides anabolizantes.

La multiplicaci¨®n de los positivos por nandrolona, muchos debidos posiblemente al consumo de sustancias permitidas pero contaminadas -como han reflejado estudios encargados por el COI-, es un ¨ªndice de los h¨¢bitos del f¨²tbol en este resbaladizo terreno.

Para evitar sorpresas desagradables, pol¨¦micas ajenas al juego y casos que se eternicen, la FIFA ha sido tajante advirtiendo a las selecciones del problema de los suplementos contaminados y encareciendo a los equipos m¨¦dicos correspondientes a extremar las precauciones y acudir al Mundial ¨²nicamente con medicamentos fabricados por laboratorios reconocidos y permitidos por las autoridades sanitarias.