Bush promete consultar a los aliados europeos en caso de atacar a Irak

Enfrentado al escepticismo de los l¨ªderes y de la opini¨®n p¨²blica europea sobre los pasos a seguir en la lucha contra el terrorismo, el presidente estadounidense, George W. Bush, prometi¨® ayer en Berl¨ªn consultar con Alemania y la UE cualquier medida de presi¨®n contra Irak y su dictador, Sadam Husein. Bush reiter¨® su advertencia de que este pa¨ªs podr¨ªa contar con armas de destrucci¨®n masiva que constituyen una amenaza 'a la civilizaci¨®n misma'. Su anfitri¨®n, el canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, recalc¨® que EE UU no cuenta de momento con 'planes militares concretos' para un ataque.

Bush aprovech¨® tanto una rueda de prensa celebrada en los jardines de la imponente canciller¨ªa alemana, como su discurso ante la C¨¢mara baja del Parlamento alem¨¢n (Bundestag), para advertir una vez m¨¢s a los europeos de que es mejor no 'hacerse ilusiones' frente a este tipo de reg¨ªmenes y su capacidad de hacerse con armas de destrucci¨®n masiva. Cruzar los dedos para que no pase nada 'puede tranquilizar, pero no dar seguridad', recalc¨® el presidente estadounidense en su discurso, interrumpido durante unos instantes cuando tres diputados ex comunistas alzaron una pancarta en la que se le¨ªa: 'Se?or Bush, se?or Schr?der, terminen sus guerras'.

La palabra Irak no cruz¨® por los labios de Bush, pero la referencia era clara. 'Ll¨¢menlo un reto estrat¨¦gico, un eje del mal, como hago yo, ll¨¢menlo por cualquier nombre, pero digamos la verdad: si ignoramos esta amenaza, invitamos a una extorsi¨®n segura y ponemos en grave peligro a millones de nuestros ciudadanos'.

Tras volver a prometer consultas con los aliados para coordinar 'presiones diplom¨¢ticas' y acometer un acopio com¨²n de informaci¨®n de inteligencia, Bush afirm¨®: 'No se equivoquen. Afrontaremos y tendremos que afrontar esta conspiraci¨®n contra nuestra libertad y nuestras vidas'. La Uni¨®n Europea hasta ahora mantiene que lo m¨¢s importante es forzar a Bagdad a permitir el regreso de los inspectores de armamento de la ONU, lo que muchos altos cargos de la Administraci¨®n estadounidense consideran insuficiente.

Siempre conciliador en las formas, pero duro en el contenido, Bush adelant¨® que algo parecido dir¨¢ al presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, en referencia a Ir¨¢n, un 'pa¨ªs que no es transparente, ni es abierto, dirigido por un grupo de extremistas que financian las actividades terroristas y que claramente odia a nuestro mutuo amigo, Israel'. En este punto hay grandes diferencias tanto con Mosc¨², que mantiene con Teher¨¢n un acuerdo de cooperaci¨®n de industria nuclear, como con Berl¨ªn, que prefiere impulsar la democratizaci¨®n iran¨ª a trav¨¦s de buenas relaciones diplom¨¢ticas y econ¨®micas.

Al menos en sus comparecencias p¨²blicas, Bush evit¨® comentar los dem¨¢s contenciosos entre EE UU y Europa, enumerados, eso s¨ª, por el presidente del Bundestag, el socialdem¨®crata Wolfgang Thierse, en su discurso de bienvenida al mandatario de la superpotencia: el rechazo de Washington al Protocolo de Kioto, su reticencia a aceptar a la Corte Penal Internacional y su decisi¨®n de elevar un arancel del 30% sobre las importaciones de acero. Empapado de historia, Bush prefiri¨® restar importancia a estos asuntos y afirm¨®: 'La magnitud de nuestras responsabilidades compartidas hace aparecer como diminutos nuestros desacuerdos'.