'Tolerancia cero'
1.847 millones de euros y 50.000 personas, entre polic¨ªas y colaboradores, para velar por la seguridad
Unos 500 polic¨ªas con armas autom¨¢ticas al hombro, varios coches policiales y tres helic¨®pteros custodiaron a la selecci¨®n de Estados Unidos a su llegada a Corea del Sur el pasado viernes. Los norteamericanos fueron minuciosamente escoltados hasta su hotel de concentraci¨®n, en el que d¨ªas antes ya se hab¨ªan instalado varios detectores de metales. Desde su primera noche, a la puerta de cada futbolista hay un agente.
Pero lo mismo da que se trate de Estados Unidos que de Espa?a, en cuyo convento de Ulsan tampoco se andan con chiquitas. Que le pregunten, si no, al jefe de prensa de la selecci¨®n, Fernando Garrido, al que cuatro guardianes se le echaron al cuello por el simple hecho de haberse dado una carrerita por el recinto.
Bajo el lema Tolerancia cero, se ha dise?ado, en efecto, un impresionante dispositivo de seguridad. 'Que todo el mundo sepa que aqu¨ª, en Jap¨®n, se act¨²a con dureza, sin contemplaciones', ha proclamado Yasuo Niimi, superintendente de la polic¨ªa japonesa. En total, entre agentes y dem¨¢s colaboradores, ser¨¢n 50.000 las personas dedicadas a velar por la tranquilidad general, 30.000 en Corea del Sur y 20.000 en Jap¨®n.
La organizaci¨®n ha destinado 1.700 millones de d¨®lares (1.847 millones de euros) al cap¨ªtulo de seguridad. Tras el 11-S, los japoneses incrementaron su partida en un 25% y elevaron a 7.500 los polic¨ªas destinados exclusivamente al gran evento deportivo. Su plan es destinar 700 a cada partido.
Durante meses, tanto agentes surcoreanos como japoneses han estado en Europa y Suram¨¦rica, de paisano y con c¨¢maras de v¨ªdeo al cuello, para explorar c¨®mo act¨²an sus colegas. Al tiempo, aprovecharon el viaje para suscribir acuerdos con distintos ministerios del Interior y garantizarse la colaboraci¨®n de los llamados buscadores, agentes en su mayor¨ªa brit¨¢nicos y alemanes especializados en la identificaci¨®n de hooligans. Estos cazaviolentos incluso facilitar¨¢n a la polic¨ªa japonesa las listas de los pasajeros de los vuelos m¨¢s o menos sospechosos y algunos ya se han trasladado a Jap¨®n para controlar los aeropuertos. El domingo ya fue deportado un joven ingl¨¦s conflictivo que no figuraba entre los m¨¢s de mil a los que las autoridades del Reino Unido han retenido el pasaporte y ayer le siguieron dos m¨¢s.
Japoneses y surcoreanos no s¨®lo se han instruido con otras polic¨ªas. Los responsables del servicio de emergencia de sus ministerios de Sanidad visitaron en diciembre Madrid para estudiar las actividades del Servicio de Emergencia y Rescate Sanitario de la Comunidad y tomaron apuntes sobre las t¨¦cnicas de traslado en helic¨®ptero.
El temor a los hinchas radicales es casi similar al que se tiene a los terroristas. El Parlamento japon¨¦s aprob¨® en enero, por unanimidad, una ley sobre inmigraci¨®n que permite negar el acceso al pa¨ªs a quienes hayan sido condenados a penas de menos de un a?o por actos violentos frente a los 12 meses como m¨ªnimo que exig¨ªa la legislaci¨®n anterior. Adem¨¢s, se autoriz¨® al Gobierno a expulsar a los extranjeros detenidos por alterar el orden p¨²blico o vetar la entrada de aficionados sospechosos. El temor es de tal calibre que la aseguradora Nisshin Fire Marine ofrece una p¨®liza de protecci¨®n contra los radicales.
Los japoneses han conseguido que intervenga tambi¨¦n la embajada brit¨¢nica, que ha lanzado una campa?a para que sus ciudadanos aprendan a distinguir al hooligan del hincha convencional. ?ste, seg¨²n los brit¨¢nicos, 'bebe, canta y vocifera, pero no causa da?os antes de irse a dormir'. Ingleses y argentinos ya saben que durante su enfrentamiento, el 7 de junio, ser¨¢n arrestados todos los alborotadores y trasladados en un ferry especial hasta un centro habilitado para la ocasi¨®n en Tokio. Por si acaso, Amnist¨ªa Internacional ha solicitado a las autoridades que eviten los malos tratos en los centros de retenci¨®n, habituales, en su opini¨®n, contra los extranjeros.
Pero no s¨®lo en Sapporo se han preparado a conciencia. En Oita, por ejemplo, la polic¨ªa dispondr¨¢ de los net gun, unos fusiles que lanzan una red de nail¨®n con gran efectividad a cinco metros. Cada disparo cuesta 162 euros. En Shizuoka, en el centro del pa¨ªs, 200 polic¨ªas se han entrenado en un estadio con 50.000 espectadores en el que v¨¢ndalos arrojaban sillas y bicicletas. La respuesta de los agentes, seg¨²n las autoridades, fue eficaz al paliar los disturbios con ca?ones de agua.
En Yokohama, sede de la final, un millar de polic¨ªas se enfrentaron durante tres horas con agua y gases lacrim¨®genos a unos supuestos alborotadores. Los agentes, subidos en camiones blindados, se midieron con 150 exaltados montados en bicicleta a los que ped¨ªan calma en seis idiomas a trav¨¦s de una pantalla luminosa. Antes de cargar con botes de humo y bombas ensordecedoras, se cambi¨® el letrero: 'Los arrestos empezar¨¢n ya'. Tambi¨¦n se desactivaron bombas bacteriol¨®gicas y biol¨®gicas.
Adem¨¢s de reforzar la seguridad en las 34 centrales nucleares, con 53 reactores at¨®micos y situadas en 16 de las 49 provincias japonesas, en los aviones, tanto en vuelos nacionales como internacionales, habr¨¢ un comisario infiltrado para hacer frente a posibles secuestros. Los polic¨ªas tendr¨¢n a su disposici¨®n 18.000 sprays del tama?o de un bol¨ªgrafo con compuestos qu¨ªmicos lacrim¨®genos.
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