Argentina, un mes en otro mundo
No se recuerda en el pa¨ªs semejante ansiedad y expectativas de lograr el t¨ªtulo
Nadie recuerda aqu¨ª semejante tensi¨®n y ansiedad previa al comienzo de una Copa del Mundo. 'Arranca el sue?o argentino' y 'El sue?o est¨¢ en marcha', eran los titulares de ayer en la portada de los dos peri¨®dicos nacionales m¨¢s importantes, Clar¨ªn y La Naci¨®n. Todo es desmesurado: la confianza de los aficionados en el equipo, la expectativa de vender de los comerciantes y empresarios, la necesidad de que al menos el f¨²tbol sea todav¨ªa una se?al de identidad propia ante el mundo, la ilusi¨®n de que el t¨ªtulo est¨¢ ah¨ª, al alcance de la mano. 'No me quiero ni imaginar el tama?o de la tristeza que puede abatirse sobre este pa¨ªs si Argentina no gana la Copa y pierde, a¨²n cuando llegue a la final', dec¨ªa el viernes por la noche el director de teatro H¨¦ctor Aure, veterano bostero, hincha del Boca, agasajado por su cumplea?os. En esa ronda de intelectuales y artistas no se hablaba all¨ª de otra cosa que de f¨²tbol y de los planes y las c¨¢balas para seguir el partido del debut frente a Nigeria, que se retransmite a las 2.30 de la madrugada del domingo, hora argentina.
Hay pantallas de televisi¨®n y monitores montados en discotecas, restaurantes y bares. Las familias y amigos organizan comidas de trasnoche. Nadie piensa en irse a dormir antes de hora. ?Qui¨¦n podr¨ªa conciliar ese sue?o en el momento en el que un pa¨ªs entero supone que comienza y que va a transportarle a otro mundo al menos por un mes? Despiertos, cumpliendo con las c¨¢balas, las velas encendidas, las camisetas puestas, quietos, casi paralizados. No se mover¨¢ un taxi, ni un tren, ni un ¨®mnibus, ni circular¨¢n los coches patrulla, ni se denunciar¨¢n robos, nadie estar¨¢ para nadie durante dos horas.
Lejos, al otro lado de la tierra, el equipo seguramente debe percibir la demanda. Les han enviado miles de correos electr¨®nicos y de cartas escritas por ni?os. Les llegan los mensajes de la familia y los recuerdos. Diego Korol, cronista del programa humor¨ªstico de televisi¨®n Videomatch, el m¨¢s visto del pa¨ªs, sorprendi¨® a los jugadores con objetos y juguetes de cuando eran ni?os y fotograf¨ªas del ¨¢lbum familiar que le dieron los padres antes de partir. El gesto fue devuelto por la plantilla como si se tratara de un intercambio directo de emociones, casi sin palabras. Con un v¨ªdeo casero, filmado en la intimidad, que conmovi¨® a los espectadores el pasado jueves por la noche. El media punta Ver¨®n sali¨® corriendo de la concentraci¨®n y le entreg¨® la cinta a Korol cuando ya se iba: 'Es un mensaje para todos los argentinos'.
Se los ve all¨ª, en un patio descubierto, de sobremesa tras un asado. Ver¨®n es el que filma y reclama: 'Vamos a mandar esto para Argentina. A ver, dale, vamos...' Y comienzan todos a golpear los cubiertos y las palmas contra las mesas y a cantar uno de los cl¨¢sicos juramentos de fidelidad que los aficionados dedican a sus clubes en los campos argentinos. Se les oye algo t¨ªmidos. Los versos son conocidos. Bielsa y el resto de sus ayudantes sonr¨ªen, enseguida todos alzan la voz, se entusiasman como si estuvieran en una tribuna, agitan las servilletas por sobre sus cabezas, algunos se paran en los bancos, cantan: 'A m¨ª no me interesa en que cancha jugu¨¦s/ local o visitante yo te vengo a ver/ ni la muerte nos va a separar/ en serio te voy a alentar/ argentino soy/ vos sos la alegr¨ªa de mi coraz¨®n/ sos mi vida/ vos sos la pasi¨®n/ dar¨ªa la vida por verte campe¨®n...' Y repiten, m¨¢s alto, una y otra vez.
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