Uno de cada cuatro escolares madrile?os sufre sobrepeso por comer demasiadas grasas
Un informe revela que casi el 9% de los ni?os entre seis y siete a?os es m¨¦dicamente obeso
El 8,5% de los ni?os de la regi¨®n est¨¢n considerados obesos por los m¨¦dicos. Es decir, su cuerpo acumula mucha m¨¢s grasa de la que es recomendable, por lo que deber¨ªan ser tratados por un especialista. Otro 28,9% sufre sobrepeso (le sobran kilos), algo que se puede corregir con dieta y ejercicio.
Para saber si un ni?o de entre seis y siete a?os es obeso, hay que dividir su peso (en kilos) entre el n¨²mero que resulte de multiplicar su altura (en metros) por s¨ª misma. Si el resultado es superior a 20, el ni?o es obeso. En los casos de simple sobrepeso, el resultado oscilar¨¢ entre 17,6 y 20. Por debajo de 15, el chaval estar¨ªa demasiado delgado.
Una investigaci¨®n que durante cuatro a?os han llevado a cabo equipos m¨¦dicos de la cl¨ªnica de la Concepci¨®n, el hospital Ram¨®n y Cajal, la Universidad Aut¨®noma de Madrid y la Escuela Nacional de Sanidad -centro de rango universi-tario- demuestra que la dieta consumida por los ni?os de Madrid presenta desequilibrios significativos. La investigaci¨®n acaba de ser publicada en la revista m¨¦dica European Journal of Clinical Nutrition.
2.000 calor¨ªas
Un ni?o debe consumir al d¨ªa unas 2.000 calor¨ªas (con variaciones dependiendo del ejercicio f¨ªsico que haga). La mitad de ellas deber¨ªa ser aportada por hidratos de carbono, un tercio por grasas y el resto por prote¨ªnas. Sin embargo, y seg¨²n el estudio, un 47,3% de las calor¨ªas que ingiere hoy un chaval procede de las grasas, y s¨®lo un 36,8%, de los hidratos de carbono. Es decir, exactamente al rev¨¦s de como deber¨ªa ser.
'El consumo de grasas es un 25% mayor de lo que ser¨ªa conveniente', explica Manuel de Oya, responsable de la Unidad de L¨ªpidos de la Concepci¨®n. Adem¨¢s, los hidratos de carbono consumidos por los ni?os tampoco son los m¨¢s adecuados, se lamenta De Oya. Hay dos tipos: los complejos y los simples. Los primeros (pan, pasta, arroz, legumbres...) deber¨ªan dominar en la dieta. Los simples son los az¨²cares, que son consumidos en forma de dulces, bebidas carb¨®nicas y otras chucher¨ªas. Los az¨²cares tienen la ventaja de que son de uso inmediato para el cuerpo, que es capaz de convertirlos en energ¨ªa muy r¨¢pidamente, pero su papel como fuente de energ¨ªa deber¨ªa ser secundario, seg¨²n los expertos.
Pues bien, el estudio revela que sendos tipos de hidratos de carbono han intercambiado la que deber¨ªa ser su aportaci¨®n a la dieta: un ni?o madrile?o consume un 15% m¨¢s de hidratos simples que de complejos.
En cuanto a las grasas, tambi¨¦n habr¨ªa que hacer algunas correcciones en la dieta. Se debe rebajar su consumo, pero 'hay que hacerlo con aquellas grasas menos saludables; por ejemplo, las saturadas', afirma el responsable del informe. Estas grasas se hallan principalmente en las comidas industriales y precocinadas, y tambi¨¦n en muchos embutidos. El aceite de oliva, por contra, aporta grasa monoinsaturada, la m¨¢s saludable, que ayuda a controlar el colesterol.
Y, finalmente, las prote¨ªnas: los escolares ingieren un poco m¨¢s de las necesarias. 'El consumo que hemos detectado es ligeramente alto, pero no preocupante. Lo que s¨ª observamos es que toman m¨¢s prote¨ªnas de origen l¨¢cteo que de origen c¨¢rnico, algo que no es del todo recomendable', puntualiza De Oya.
Entonces, ?c¨®mo corregir la dieta de los ni?os? 'Lo m¨¢s importante: hay que sustituir parte de las grasas y az¨²cares por hidratos de carbono complejos (pan, pasta, arroz, cereales...). No es necesario hacer un cambio radical en la dieta, puede comerse de todo, pero s¨ª hay que dar m¨¢s importancia a los alimentos m¨¢s saludables', subraya el responsable de la Unidad de L¨ªpidos de la Concepci¨®n, que se muestra satisfecho con el consumo de frutas y fibra en la dieta de los ni?os.
Conclusi¨®n: los chavales deben comer menos pasteles, caramelos, refrescos, embutidos y boller¨ªa industrial, y m¨¢s pasta, legumbres, arroz, verduras o pan. Un gramo de grasa tiene el doble de calor¨ªas que un gramo de hidratos de carbono. Los ni?os madrile?os consumen 2.078 calor¨ªas al d¨ªa, cuando lo recomendable son 2.000. Y ese 'poquito' tiene efectos notables en su peso.
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