Los horarios y las transmisiones de pago reducen la audiencia
El Mundial de Corea del Sur y Jap¨®n ha sido bautizado como el Mundial clandestino por los medios de comunicaci¨®n de Francia, Italia o Estados Unidos por las intempestivas, para los trabajadores, e inhabituales horas a las que se juegan los partidos, que fuerzan a la afici¨®n a superar un jet lag particular. En Espa?a, el concepto de clandestinidad se ampl¨ªa todav¨ªa m¨¢s: la primera cita del Mundial lleg¨® el domingo en un horario (7.30) s¨®lo apto para los madrugadores selectos.
Oficialmente, 7.830.000 espa?oles, un 70,2% de los que estaban viendo la televisi¨®n a esas horas, casi tres de cada cuatro, trufaron su comida dominical con los goles televisivos de Ra¨²l, Valer¨®n y Hierro y los pases del zurdo De Pedro entre la defensa de la alpina Eslovenia. Fue el ¨²nico d¨ªa, junto con el viernes, en que m¨¢s de 3.906.000 espectadores espa?oles (el 40,2% de la audiencia), con el Senegal-Francia inaugural, tambi¨¦n a las 13.30, en el que el Mundial traspas¨® la barrera minoritaria, el umbral de los espacios de pago, y adquiri¨® caracteres multitudinarios.
En las restantes jornadas y a excepci¨®n de aquellas en las que no juegue Espa?a (cuyos encuentros transmite Antena 3), el Mundial, tradicionalmente uno de los puntos fuertes de audiencia, es cosa de los abonados a una plataforma digital que, adem¨¢s, a?adan 60 euros -lo que incluye 12 partidos de la pr¨®xima Liga- a su cuota mensual.
Como V¨ªa Digital, que pag¨® unos 200 millones de euros por los derechos de este Mundial y los de 2006, no informa de cu¨¢ntos miles de sus m¨¢s de 800.000 abonados han pagado por ver el Mundial, es dif¨ªcil calcular cu¨¢ntos espectadores madrugaron ayer para ver en directo, a las 8.30, el Croacia-M¨¦xico, por ejemplo. Pero seguramente no fueron muchos m¨¢s que los que trataron, por todos los medios, legales e ilegales, de tener acceso a las im¨¢genes televisivas sin pasar por el fielato de la televisi¨®n de pago. Ardua tarea la suya, pero no infructuosa.
V¨ªa Digital logr¨® del grupo alem¨¢n Kirch, que le vendi¨® los derechos del Mundial, el compromiso de la exclusividad. As¨ª, Kirch forz¨® que las im¨¢genes que llegan a Espa?a a trav¨¦s de Canal Sat¨¦lite Digital (CSD) de las televisiones p¨²blicas alemanas ARD y ZDF, que emiten el Mundial, no incluyeran f¨²tbol. El mismo compromiso se obtuvo de Eurosport, que emite el Mundial en Francia, pero no en Espa?a. Y la RAI, que tiene los derechos para Italia, no se puede ver m¨¢s que codificada a trav¨¦s de CSD. Pero esta plataforma no es la ¨²nica v¨ªa de entrada. A trav¨¦s del sat¨¦lite Astra, y de forma anal¨®gica, 1.770.000 hogares espa?oles reciben con total nitidez las im¨¢genes de ARD y ZDF y, por lo tanto, el f¨²tbol del Mundial.
El ¨²ltimo recurso, pero s¨®lo al alcance de aquellos abonados a CSD que posean antena parab¨®lica individual, es el del pirateo. El m¨¦todo est¨¢ prohibido y es engorroso, pero funciona. Se trata de descargar de Internet los c¨®digos de la plataforma digital holandesa y de volcarlos en la tarjeta espa?ola. Despu¨¦s, con paciencia, se reinicia el descodificador, se mueve la antena, se captan los programas holandeses y se a?aden al descodificador. Luego se busca y se encuentra el canal Ned 2, que emite el Mundial, y ya s¨®lo falta verlo, con comentarios en holand¨¦s. Si se tiene tiempo, claro.
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