El campe¨®n, contra las cuerdas

El campe¨®n jug¨® como tal en un partidazo que se jug¨® de ¨¢rea a ¨¢rea, entre remates y emociones fuertes. Necesitados de la victoria, Francia y Uruguay se entregaron a la faena como si fuera la final. Casi les iba la vida. Y ninguno resolvi¨® su situaci¨®n. Empataron a cero, resultado que deja a los franceses en una posici¨®n casi dram¨¢tica. Tendr¨¢n que vencer por m¨¢s de dos goles a Dinamarca para alcanzar la siguiente ronda. Por ahora no ha conseguido marcar un solo tanto, pese a contar con tres de los delanteros m¨¢s cotizados del mercado: Trezeguet, Henry y el joven Cisse. Al fondo aparece la figura de Zidane, cuya ausencia parece decisiva. Ni Djorkaeff en el primer partido, ni Micoud ayer, tuvieron el vuelo necesario.

Con Zidane todo es m¨¢s sencillo. Aclara el panorama a un equipo que est¨¢ sobrado de portentos atl¨¦ticos, pero anda chato de creadores. Lo que no falta en Francia es orgullo. La temprana expulsi¨®n de Henry sac¨® lo mejor del campe¨®n. Con diez jugadores busc¨® la victoria durante 70 minutos el¨¦ctricos, en una actuaci¨®n vibrante que encontr¨® una meritoria respuesta de Uruguay, mal equipo con algunos jugadores estupendos. Recoba est¨¢ a la cabeza de ellos. Tuvo momentos donde result¨® imparable, pero fracas¨® ante la porter¨ªa.

El partido tuvo todo el aroma de las grandes citas. Juego trepidante y ocasiones constantes en las dos ¨¢reas. Francia tir¨® con todo. Aun con diez jugadores, los laterales acompa?aron en cada acci¨®n de ataque, a veces hasta la irresponsabilidad. Pero eso va en la paga de los equipos que se sienten grandes. Fue extra?o que ese partido acabara sin goles. Los porteros fueron exigidos constantemente, en alg¨²n caso en situaciones extremas, como ocurri¨® con Barthez ante Magallanes en el ¨²ltimo minuto. Quiz¨¢ quiso decir algo su desesperado despeje. Era la eliminaci¨®n o la supervivencia. Francia no gan¨®, pero sobrevivi¨®. Le queda una oportunidad frente a Dinamarca, que empat¨® con Senegal en un duelo brusco, cercano a la violencia.

A Espa?a le llega hoy un partido crucial. Si gana a Paraguay se clasificar¨¢ para los octavos de final. Esta vez no hay dramatismos en el equipo. Hizo su trabajo ante Eslovenia y ahora se encuentra en la mejor situaci¨®n posible. No es lo habitual en la selecci¨®n, acostumbrada a remar contra corriente en los grandes torneos. Su feliz arranque le permite invertir la situaci¨®n: al contrario de lo que sucedi¨® hace cuatro a?os, ser¨¢ Paraguay el equipo exigido por el resultado. El encuentro viene precedido por un clima intempestivo. Chilavert ha dedicado su tiempo a ningunear a la selecci¨®n espa?ola, a la que acusa de floja. La calentura no ha subido demasiado porque apenas ha recibido respuesta en las filas de Camacho. Pero todo apunta a un partido tenso que pondr¨¢ a prueba algunos asuntos que quedaron pendientes en el primer partido de Espa?a, especialmente el grado de firmeza de la defensa espa?ola.