Internados como presos
El Defensor del Pueblo denuncia las deficientes condiciones de los centros de internamiento de extranjeros
Oficialmente, no son presos, sino internos. Tampoco delincuentes. S¨®lo tienen un problema administrativo. Pero est¨¢n encerrados en condiciones peores que las de algunas c¨¢rceles: las visitas de sus familiares duran un m¨¢ximo de diez minutos, hay mamparas de cristal, apenas ven la luz del d¨ªa y cuando tienen que ir al hospital les ponen esposas.
?sta es la situaci¨®n que se vive en los centros de internamiento de extranjeros, seg¨²n la memoria del Defensor del Pueblo correspondiente a 2001, que los visit¨® durante el a?o pasado. Sus reclusos tuvieron mala suerte: no tienen papeles y la polic¨ªa los localiz¨®, as¨ª que est¨¢n a la espera de su expulsi¨®n. ?se es el 'problema administrativo', como lo define el Defensor. Pueden estar all¨ª hasta 40 d¨ªas, a la espera de que los echen de Espa?a.
Las visitas duran diez minutos, apenas ven la luz del d¨ªa y los llevan esposados al hospital
La insituci¨®n recorre uno a uno los problemas de cinco centros, m¨¢s el de Fuerteventura, que en realidad est¨¢ funcionando como uno m¨¢s. Todos dependen del Ministerio del Interior. La conclusi¨®n es demoledora: ninguno re¨²ne las condiciones necesarias para albergar a estas personas, 'que en modo alguno deben ser criminalizadas'.
- Sin cepillo y con pocas duchas.Las condiciones de higiene son cr¨ªticas. En Moratalaz (Madrid)se puede albergar a 150 personas en los s¨®tanos de unas dependencias policiales. Pero s¨®lo hay seis duchas y dos inodoros para los hombres y cuatro duchas e inodoros para las mujeres. S¨®lo hay jab¨®n a granel, nada de champ¨², cepillo ni pasta de dientes. En La Verneda (Barcelona), los internos dicen que ni siquiera les da tiempo a asearse, porque s¨®lo les dejan una hora para ello despu¨¦s de la siesta. Es imposible que 120 personas, con cuatro duchas, puedan lavarse en una sola hora. En el Antiguo cuartel de Zapadores, en Valencia, las toallas se lavan una vez por semana.
- Sin m¨¦dicos. Los internos de Sangonera La Verde, en Murcia, no disponen de m¨¦dico que atienda sus enfermedades. Ni siquiera asistentes social. As¨ª que cuando tienen el problema m¨¢s ¨ªnfimo, hay que llevarlos al hospital. El traslado se hace en el coche de la polic¨ªa con el interno esposado, aunque la ley insiste en que no se trata de un delincuente. Y son los propios polic¨ªas los que dispensan a los extranjeros el tratamiento fijado por los m¨¦dicos. En Madrid el Defensor llega a hablar de 'absoluta falta de medios sanitarios', y se comenta que s¨®lo hay medicinas b¨¢sicas.
- Visitas cronometradas. En el centro de Madrid las visitas son estrictas: un m¨¢ximo de diez minutos. El argumento que ofrecen los funcionarios es que la cantidad de peticiones hace imposible ampliar esos tiempos. En Murcia se han acercado a¨²n m¨¢s al sistema carcelario: ponen mamparas de cristal entre el interno y su familiar. El Defensor recuerda aqu¨ª que no son delincuentes, y mucho menos peligrosos.
- Horarios y sensaci¨®n de c¨¢rcel. Las mayor¨ªa de las instalaciones, como las Madrid y Barcelona, est¨¢n en los s¨®tanos de dependencias policiales. En Madrid se llega al extremo de que los internos 'raramente ven la luz del d¨ªa durante su internamiento'. Todos los centros tienen patios, pero la mayor¨ªa est¨¢n cubiertos por uralitas, lo que 'produce un efecto de encarcelamiento'. A ello se suman los estrictos horarios de uso. En Madrid se habla de 'escasos momentos', el patio de Barcelona es de 'm¨ªnimas dimensiones', y en Murcia s¨®lo se puede salir durante una hora al d¨ªa, mientras limpian las celdas.
- Comidas deficientes. La mayor¨ªa de los internos se quejan de las comidas. Los intentos por adaptarlas a sus gustos son a veces bastante torpes. En Barcelona s¨®lo hab¨ªa un men¨² sin carne de cerdo, pero el Defensor pudo comprobar que en ese momento no hab¨ªa ning¨²n ciudadano de origen ¨¢rabe.
- Sin mujeres para las internas. En el centro Barranco Seco, en Las Palmas de Gran Canaria, donde hab¨ªa 18 subsaharianas en el momento de la visita, el Defensor no encontr¨® a ninguna funcionaria que las atendiera. Algo similar pasa en el Antiguo cuartel de Capuchinos de M¨¢laga, uno de los m¨¢s pol¨¦micos pero que este informe no analiza porque estaba de obras en 2001.
Especial menci¨®n se hace al centro en el aeropuerto de Fuerteventura, donde las medidas de higiene y la calidad y tama?o de las instalaciones impiden una 'estancia digna'.
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