Goleada inglesa en la grada
El duelo entre las aficiones comenz¨® con los himnos nacionales
Los seguidores ingleses colonizaron anoche el estadio de techo cubierto de Sapporo - el Sapporo Dome, C¨²pula de Sapporo-. El ambiente de fiesta que se vivi¨® de principio a fin, pero m¨¢s al fin, record¨® a Wembley en sus mejores ¨¦pocas. Seg¨²n las cifras oficiales hab¨ªan llegado 8.000 ingleses a la ciudad norte?a japonesa, pero por el ruido que hac¨ªan y el n¨²mero de banderas inglesas, que casi daban la vuelta entera al recinto, parec¨ªa que hab¨ªa cinco veces m¨¢s.
Tan pocos hinchas argentinos hab¨ªa, debido m¨¢s a la falta de recursos econ¨®micos que a la de ganas, que el equipo de Marcelo Bielsa parec¨ªa que jugaba de visitante. Aun as¨ª, la mala sangre entre las dos naciones, acumulada a lo largo de muchas d¨¦cadas de enfrentamientos conflictivos, se hizo notar antes del comienzo del partido. Tal fue la intensidad de los abucheos al comenzar el himno argentino que casi no se pudo escuchar. El ingl¨¦s se oy¨® mejor, en gran parte porque todos los ingleses que hab¨ªa en el estadio estaban coreando la letra, pero los pitidos argentinos se hicieron notar.
El ultramoderno estadio de Sapporo - el dise?o parece imitar un rat¨®n de ordenador- fue un escenario curioso para un viejo cl¨¢sico del f¨²tbol internacional. El techo cubierto protege al partido y el p¨²blico de la naturaleza, lo cual en cierto modo no parece apropiado para una rivalidad que despierta pasiones tan viscerales, tan primitivas, entre los ciudadanos de los dos pa¨ªses. El no estar al aire libre provoca un sensaci¨®n as¨¦ptica, no acostumbrada en un partido de f¨²tbol, y menos con la intensidad hist¨®rica que tiene ¨¦ste.
Lo cual no preocup¨® demasiado, por supuesto, a los hinchas ingleses, que hab¨ªan sorprendido por lo civilizado de su comportamiento desde su llegada a Jap¨®n. A partir del gol de Beckham - 's¨®lo hay un David Beckham', cantaban al comp¨¢s de Guantanamera- a finales del primer tiempo, los seguidores ingleses se transformaron casi en brasile?os, bailando y saltando al ritmo de tambores. Parec¨ªa que supieran que en Brasil, algunos festejaban la derrota argentina con ideas maquiav¨¦licas. La emisora Red Nacional, de S?o Paulo, emiti¨® un programa que consist¨ªa en invitar a los brasile?os a comunicar el n¨²mero de tel¨¦fono de alg¨²n amigo argentino para llamarle y recordarle que en Brasil estaban encantados con la derrota de la albiceleste.
Faltando 15 minutos, y ante el asedio constante argentino al ¨¢rea inglesa, de repente se les ocurri¨® espont¨¢nemente cantar una vez m¨¢s el himno nacional. Y despu¨¦s m¨¢s cantar y bailar hasta que lleg¨® el pitido final y junto con los jugadores, que se acercaron a las tribunas a festejar con los aficionados y que daban la impresi¨®n de no querer salir del campo nunca m¨¢s, celebraron todos el triunfo como si hubieran ganado la Copa del Mundo. Tan importante es para Inglaterra vencer a Argentina en un Mundial.
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