El euro cunde menos
M¨¢s all¨¢ del IPC, el 80% de los espa?oles piensa que la nueva moneda ha disparado los precios
Aurora M¨¦ndez, de 46 a?os, casada, con dos hijos (uno de ellos ya emancipado), ama de casa que suma unos 300 euros mensuales a la econom¨ªa familiar vendiendo productos de perfumer¨ªa entre vecinos y conocidos, sale del hipermercado Alcampo del madrile?o centro comercial de La Vaguada con un carrito semilleno y una cuenta de 137,45 euros. Es su compra semanal, que, asegura, se mantiene entre los 130 y los 140 (de 21.630 a 23.290 pesetas) desde que el 1 de enero comenz¨® a circular la nueva moneda. ?M¨¢s que en el 2001? 'Pues s¨ª. Antes era muy raro que pasara de 22.000 pesetas'. ?Piensa que Alcampo ha subido los precios? 'No me atrevo a decir tanto. Ellos dicen que no. Yo he comprobado algunos y apenas hay diferencias, excepto en frutas y verduras, que var¨ªan mucho seg¨²n la temporada. Tal vez lo que pase es que en euros todo me parezca m¨¢s barato que en pesetas, y eso me haga bajar la guardia, pero lo cierto es que el dinero me cunde menos'.
Aunque Aurora no fue uno de los 12.700 habitantes de los 12 pa¨ªses de la zona euro encuestados entre el 29 de marzo y el 1 de mayo para elaborar el Eurobar¨®metro de primavera (el macrosondeo que mide el estado de ¨¢nimo en la UE), sus palabras reflejan fielmente lo que se desprende de la estad¨ªstica: que la nueva moneda ha tenido un claro efecto inflacionista. El 68,5% de los encuestados manifest¨® que ten¨ªa 'personalmente' la sensaci¨®n de que los precios hab¨ªan sido generalmente redondeados al alza 'en todos los sectores', con un 15,1% adicional que limitaban el fen¨®meno a 'ciertos sectores'. Peor a¨²n: esa percepci¨®n era m¨¢xima en Espa?a: 80,3% y 8,3%, respectivamente. S¨®lo un 8,7% de los entrevistados pensaba que los precios no se hab¨ªan redondeado en absoluto o que, en todo caso, lo hab¨ªan hecho a la baja.
Redondeo
Mag¨ªn Prieto, gerente del restaurante L'Alsace, en el mismo centro comercial, sostiene que al menos en ese establecimiento, el redondeo se ha efectuado con absoluto rigor: el men¨² de la casa, que el a?o pasado costaba 1.650 pesetas (dos platos, bebida y postre), est¨¢ marcado ahora en 9,92 euros, y los platos de la carta s¨®lo se han tomado la libertad de que el segundo decimal sea un cero o un cinco. Claro que los tiempos no est¨¢n para espantar a la clientela que, en el sector de restauraci¨®n, a?ade, ha pegado un buen baj¨®n, y no s¨®lo porque las otras plantas de La Vaguada se cierren a las 22.00. 'Anoche, por ejemplo, s¨®lo servimos cuatro cenas'. Donde tambi¨¦n se aprecia, y c¨®mo, el efecto euro es en las propinas. 'Van fatal. Antes no era raro que la gente dejase 500 pesetas, pero ahora casi nadie deja m¨¢s all¨¢ de un euro, y lo normal son unas cuantas monedas peque?as, incluso de 1, 2 y 5 c¨¦ntimos. Los camareros lo est¨¢n notando mucho'. Fuera de su trabajo, Mag¨ªn admite que tambi¨¦n ¨¦l tiene la sensaci¨®n de que 'el dinero da ahora menos de s¨ª'.
El Eurobar¨®metro desciende al detalle de medir esa percepci¨®n de carest¨ªa en diferentes sectores. As¨ª, el 73,3% de los espa?oles consultados opina que hubo redondeo al alza 'siempre o lo m¨¢s frecuentemente' en los supermercados, 73,8% en los peque?os comercios alimentarios, 70,7% en los otros peque?os comercios, 79,9% en servicios como peluquer¨ªas y taxis, 77,2% en transportes p¨²blicos, 79,3% en ocio, 79,5% en m¨¢quinas expendedoras, 57,9% en gastos y comisiones bancarias (la cifra m¨¢s baja) y 88,2% en caf¨¦s y restaurantes (la m¨¢s alta). La gran mayor¨ªa (81,7%) piensa que el doble etiquetado de precios (en euros y pesetas) es todav¨ªa 'esencial o bastante ¨²til'. Esta pr¨¢ctica deber¨ªa mantenerse al menos entre tres y seis meses (29%) o, m¨¢s a¨²n (otro 29%), en comercios (58%), extractos bancarios (59,4%) y facturas de servicios como el gas, el agua o la electricidad (58,8%).
La sensaci¨®n generalizada de que el euro est¨¢ saliendo caro no conduce, al menos en Espa?a, a echar de menos la peseta tanto como al marco los alemanes, un 54% de los cuales, seg¨²n una reciente encuesta, querr¨ªa volver a pagar con su vieja y vigorosa moneda. Incluso han inventado un t¨¦rmino, teuro, que significa euro caro y que refleja la frustraci¨®n, cuando no ira, por las subidas de precios. All¨ª como aqu¨ª, las estad¨ªsticas de inflaci¨®n se distancian de la percepci¨®n de los ciudadanos y de las declaraciones oficiales, que s¨®lo admiten un moderado efecto de la introducci¨®n de la nueva moneda en el ¨ªndice de precios al consumo.
En Espa?a, la subida del IPC el 1,4% en abril, el 2,1% en los cuatro primeros meses del a?o, el 3,6% de la tasa interanual (1,6% en Alemania y 2% en Francia) y las dudas sobre los datos de enero (-0,1%) y febrero (0,1%) tras el cambio del m¨¦todo de medir los precios han dejado con la mosca tras la oreja a los consumidores. Casi un clamor entre el com¨²n de los ciudadanos. Pese a ello, el Eurobar¨®metro se?ala que el 60,7% de los espa?oles est¨¢ contento con la introducci¨®n del euro, el 85,6% piensa que el cambio de moneda se ha desarrollado 'sin ninguna dificultad' o tan s¨®lo 'con algunas dificultades temporales', el 62% no ha tenido problemas para retener los precios en euros, o para compararlos (65,3%), el 63% entiende con facilidad las facturas en la nueva moneda, y s¨®lo el 14,1% se fija ¨²nicamente en los precios en pesetas.
Pensar en euros
La mayor¨ªa de los consumidores piensa a¨²n en pesetas cuando estudia un precio (71,5%) o paga un producto o servicio (62,8%), y convierte autom¨¢ticamente a pesetas los precios en euros (69,9%). El m¨¦todo habitual de conversi¨®n es el mental (79,6%), aunque un 35,6% utiliza un convertidor o calculadora a pilas y un 15,6% emplea una tabla de conversi¨®n.
Juan Aguado-Urkiola, responsable para el euro de la Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios (OCU), asegura que 'lo que refleja el Eurobar¨®metro es lo que nosotros denunciamos desde enero: que los precios crecen m¨¢s de lo que se?ala el Instituto Nacional de Estad¨ªstica. Por eso, y m¨¢s tras el cambio en el IPC y el espectacular aumento de ¨¦ste en abril, pedimos al Gobierno que, de una vez por todas, d¨¦ una explicaci¨®n detallada de la repercusi¨®n de la nueva moneda'. La OCU ha efectuado cinco controles de precios desde septiembre (el ¨²ltimo entre el 4 y el 15 de marzo) que admite que 'no son un IPC', porque no hay ponderaci¨®n en funci¨®n del peso de cada producto en la cesta de la compra. 'Pero eso', se?ala Aguado-Urkiola, 'no quita validez a nuestros datos, que reflejan en esos meses una subida del 3,6%, sobre todo en bares, cafeter¨ªas, juegos de azar, aparcamientos, panader¨ªas y Correos. Y con el p¨¦simo ejemplo de las propias Administraciones, que han subido servicios p¨²blicos por encima del IPC'.
Tiempo para la adaptaci¨®n mental
El Eurobar¨®metro de primavera llega cuando la moneda ¨²nica se halla en plena escalada, por encima de los 94 centavos de d¨®lar, lo que hace so?ar de nuevo en la paridad. Tambi¨¦n cuando la peseta est¨¢ a punto de cruzar, a finales de junio, su pen¨²ltima frontera: la de poderse cambiar por euros en las oficinas bancarias. Jos¨¦ Alberto Gonz¨¢lez Ruiz, consejero delegado de la Sociedad Estatal de Transici¨®n al Euro, considera 'satisfactorio' el proceso de transici¨®n, caracterizado por la 'normalidad', el 'inter¨¦s y entusiasmo' de los ciudadanos, el 'minucioso trabajo de la Administraci¨®n' y el 'esfuerzo de los distintos sectores econ¨®micos'. No obstante, piensa que 'la adaptaci¨®n mental a la nueva escala de valores' exigir¨¢ a¨²n tiempo, especialmente a los colectivos m¨¢s vulnerables'. Gonz¨¢lez Ruiz afirma que el repunte de precios es consecuencia 'en parte' de la llegada f¨ªsica del euro, pero insiste en que ' en ning¨²n caso se puede afirmar que esta subida temporal se deba en su totalidad al cambio de moneda'. Carmen Alcaide, presidenta del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, advert¨ªa ya en febrero de que los efectos perversos del redondeo durar¨ªan varios meses. El dato de inflaci¨®n de abril ('claramente insatisfactorio', seg¨²n el ministro de Econom¨ªa, Rodrigo Rato) hizo que el secretario de Estado Jos¨¦ Folgado hablase, por fin, de un 'posible efecto' antes no reconocido de la transici¨®n al euro. La postura de la oposici¨®n se refleja en estas palabras de Jordi Sevilla, portavoz econ¨®mico del PSOE: 'Los ciudadanos se preguntan d¨®nde est¨¢ el Gobierno y qu¨¦ hace el se?or Rato'.
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