Pauleta se forra contra los amables polacos
Portugal resucita y logra una goleada reconfortante ante el cuadro m¨¢s vulgar del torneo
Entre una impresionante cortina de lluvia, Pauleta machac¨® a la defensa polaca y permiti¨® un respiro en el dif¨ªcil camino de Portugal a la segunda ronda. Muy probablemente tendr¨¢ que derrotar a Corea del Sur para obtener el pase, todo por las p¨¦simas consecuencias de su petardazo en el primer encuentro. Por si acaso, barri¨® a un equipo que provoca l¨¢grimas de nostalgia por el pa¨ªs que dio al f¨²tbol gente como Lubanski, Deyna, Lato, Gadocha o Boniek. Parece mentira que la cantera polaca est¨¦ en las precarias condiciones actuales. No hay un solo jugador decente. Le sobran incompetentes en todas las l¨ªneas. En la defensa m¨¢s que en ning¨²n sitio. Eso de marcar a un delantero les parece un sacrilegio. Y vaya que lo aprovech¨® Pauleta. Marc¨® tres goles y se qued¨® corto. Pudo anotar seis.
Con Pauleta ocurri¨® un caso sensacional. Por primera vez, que se sepa, los defensas se desmarcaron del delantero. Debe de ser porque en Polonia explican el trabajo defensivo de una forma muy particular. O porque son gente amable: de ninguna manera van a impedir que un delantero les marque tres goles. Por supuesto, Pauleta aprovech¨® las concesiones para forrarse en un partido feo, con algunas patadas muy sucias y con la diferencia entre un equipo que quiso ganar el partido y otro que hizo todo lo posible para ayudarle.
Un s¨ªntoma bastante grave de la p¨¦sima actuaci¨®n polaca fue la incapacidad para poner a V¨ªtor Ba¨ªa en aprietos. Ni siquiera se permitieron algo que se ha convertido en un art¨ªculo de fe: tarde o temprano, el portero portugu¨¦s comete un error que cuesta un gol. O dos. Pues nada, Ba¨ªa sali¨® del partido sin su error de cada tarde. Tampoco se lo permitieron estos decepcionantes polacos. Entre su inter¨¦s en que Pauleta les hiciera un traje y su desinter¨¦s por poner en dificultades a Ba¨ªa, Polonia se va como el equipo m¨¢s vulgar.
Para Portugal fue un partido muy sencillo. Sali¨® a jugarlo sin Rui Costa, algo as¨ª como una herej¨ªa. Pero, las cosas como son, Rui Costa est¨¢ hecho una pena. En su lugar entr¨® Paulo Bento para dar consistencia al medio campo y eliminar a uno de los infinitos medias puntas que tiene el equipo. El sitio de Rui Costa lo ocup¨® Figo: dio algunas se?ales de vida, pero huye de la banda como si le quemara. Sabe muy bien que no tiene la velocidad ni la pujanza para irse de los laterales. Se refugi¨® en terrenos m¨¢s c¨®modos y all¨ª hizo alguna cosita. Nada del otro mundo, pero remat¨® contra el palo en una ocasi¨®n y dio uno de los goles a Pauleta.
El h¨¦roe de la noche fue Pauleta con la complicidad de los centrales polacos, que en el primer gol observaron complacidos como el delantero portugu¨¦s recib¨ªa y remataba sin ninguna oposici¨®n. Grandes y aparatosos s¨ª eran. Especialmente, Haj-to, un tallo que no se enter¨® de nada durante toda la noche. Ni Waldoch, que se comi¨® dos regates de Pauleta en el tercer gol.
Sin mucho m¨¢s, Portugal dej¨® en evidencia a los polacos. A ¨²ltima hora entr¨® Rui Costa y limpi¨® algo su imagen con un gol bien preparado por Capucho. Por cierto, este Capucho tiene m¨¢s condiciones y recorrido que la mayor¨ªa de los titulares portugueses. Es posible que en el sistema de castas que all¨ª predomina no tenga ning¨²n poder. Entre un interior derecho interesante y cualquiera de los 5.000 medias puntas de Portugal, prefieren elegir a un media punta
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