Las afganas piden la paz
Las 180 mujeres que participan en la Loya Jirga se organizan e increpan a los 'se?ores de la guerra' presentes en la Asamblea
'Se ha abierto una nueva p¨¢gina en la historia de Afganist¨¢n', asegura convencida Masuda Jalal. Esta valiente mujer de 35 a?os dej¨® perplejos a delegados e invitados a la Loya Jirga, o Gran Asamblea, cuando se levant¨® y expres¨® su voluntad de presentarse como candidata a la presidencia del pa¨ªs. Es m¨¢s que un gesto. Las afganas, que por primera vez tienen la posibilidad de participar en ese foro tradicional de decisi¨®n, est¨¢n dispuestas a dejar su impronta. Un centenar de ellas abuchearon e increparon a los se?ores de la guerra seg¨²n iban entrando a la carpa bajo la que se celebra la reuni¨®n, relataron a EL PA?S varios testigos presenciales.
'S¨ª, efectivamente, la doctora Masuda me ha entregado la documentaci¨®n necesaria para oficializar su candidatura', confirma Amanullah Rassoul, uno de los miembros de la Comisi¨®n Especial para la Convocatoria de la Loya Jirga. Jalal ha entregado 160 firmas de apoyo, 10 m¨¢s del m¨ªnimo exigido. La aclaraci¨®n era necesaria porque, ante su inesperada propuesta, el presidente de la Comisi¨®n le pidi¨® que se sentara y que respetara el orden del d¨ªa.
Los hombres est¨¢n m¨¢s interesados en defender sus clanes que en el bienestar general
A sus compa?eros de trabajo no les ha sorprendido en absoluto su arranque. Masuda Jalal trabaja para el Programa Alimentario Mundial (PAM). 'Coordina el proyecto de panader¨ªas femeninas y ten¨ªa usted que haber visto c¨®mo se movilizaron en su distrito cuando supieron que se presentaba para delegada a la Loya Jirga', relata a EL PA?S uno de ellos. Esta m¨¦dico de formaci¨®n, que tuvo que dejar su trabajo en la Facultad de Medicina cuando los talibanes tomaron el poder en el pa¨ªs, logr¨® ser elegida en un solo d¨ªa.
'Voy a tantear la voluntad de la gente', declara prudente la candidata, que se presenta como 'una mujer independiente que nunca ha dejado Afganist¨¢n'. Adem¨¢s de Masuda, un tercer contendiente, el nuristani Ahmad A. Widjani, disputar¨¢ hoy la presidencia al jefe del Gobierno provisional, Hamid Karzai. Pero no es la ¨²nica mujer que ha saltado a la arena. Varias m¨¢s aspiraban anoche a alcanzar alguna de las vicepresidencias o secretar¨ªas de la mesa que va a dirigir los debates durante los pr¨®ximos d¨ªas.
Cerca de 180 mujeres tienen voz y voto en la Gran Asamblea. La mayor¨ªa, 160, fueron designadas por la Comision Especial dentro del cupo de 450 sitios para minor¨ªas, mujeres, refugiados, intelectuales y destacados l¨ªderes religiosos. S¨®lo 3 de los 1.051 puestos por elecci¨®n recayeron en mujeres, uno de ellos el de Masuda Jalal. Su n¨²mero se ha ampliado ligeramente al introducirse en v¨ªsperas de la inauguraci¨®n varias decenas m¨¢s de delegados por designaci¨®n.
'No llegan a 200, lo que supone algo menos de una octava parte de los delegados, pero sus intervenciones han superado con mucho esa proporci¨®n', declara John West, del Institute for War and Peace Reporting (IWPR). No se trata tanto de n¨²meros como de entusiasmo. De acuerdo con las informaciones que con cuentagotas llegan desde el recinto de la asamblea, al que no tienen acceso los periodistas, las mujeres se est¨¢n organizando como un bloque frente a la divisi¨®n que muestran los hombres, m¨¢s interesados en avanzar los intereses de sus respectivos clanes que en el bienestar general.
Eso es precisamente lo que las mujeres echaron en cara al ex presidente Burhanuddin Rabbani, al l¨ªder uzbeco Abdul Rashid Dostum o al wahabi Abdul Rasul Sayyaf. 'Y no les ha pasado nada', subraya West, antes de destacar la 'inmunidad' de que tradicionalmente disfrutan las mujeres en el mundo isl¨¢mico. Sea como fuere, llama la atenci¨®n el grado de libertad con que se est¨¢n expresando todos los candidatos. Sayyaf, no obstante, aprovech¨® su intervenci¨®n para responderles que no le parec¨ªa pertinente que se criticara 'a la gente que ha librado al pa¨ªs de dos ocupaciones, la sovi¨¦tica y la de los talibanes'.
La presencia de los se?ores de la guerra en la Loya Jirga no deja de ser controvertida, pero s¨®lo las mujeres se han atrevido a cuestionarla en voz alta. De acuerdo con los Acuerdos de Bonn, ninguno de ellos podr¨ªa ser delegado por tener las manos manchadas de sangre. L¨ªderes pol¨ªticos o comandantes militares, ellos fueron los principales responsables de la destrucci¨®n del pa¨ªs tras la ca¨ªda del r¨¦gimen comunista en 1992.
Sin embargo, 'la Administraci¨®n Provisional ha decidido tratar de integrarles en el proceso pol¨ªtico', explica el representante especial de la UE para Afganistan, Klaus Kleiber. 'Si lo logra, ser¨¢ un gran ¨¦xito, porque es algo que no ha conseguido en los seis meses pasados', admite el diplom¨¢tico alem¨¢n, que se encuentra entre los invitados a la Gran Asamblea. 'El d¨ªa de la inauguraci¨®n estaban sentados en la primera y segunda filas, y hoy [por ayer] les he visto charlando entre ellos de forma muy pac¨ªfica', comenta el diplom¨¢tico, gratamente sorprendido.
En realidad, no todos ellos son delegados (caso del general Dostum). Algunos asisten en tanto que miembros del Gobierno, y otros, como simples invitados. 'Quieren estar seguros de que se cuenta con ellos', explica West, convencido de que a los se?ores de la guerra 'ha dejado de interesarles el colapso del pa¨ªs'. 'Si hay un mal resultado [de la asamblea], se desatar¨¢n conflictos que tal vez no puedan controlar', advierte este especialista; 'ademas, los donantes han vinculado una gran parte de la ayuda a la reconstrucci¨®n al avance del proceso pol¨ªtico'. Lo que muchos desear¨ªan es un Gobierno d¨¦bil en Kabul que les permitiera mantener su independencia. Justo lo contrario de lo que buscan las mujeres.
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