La Uni¨®n Europea aprobar¨¢ en Sevilla un reglamento que limitar¨¢ el recurso al veto
La presidencia espa?ola propone adem¨¢s reducir el n¨²mero de consejos y mayor transparencia
Recurrir al veto en una futura UE con 27 Estados o m¨¢s ser¨ªa apostar por la par¨¢lisis. Por eso, los Quince quieren aprobar en Sevilla la pr¨®xima semana un c¨®digo de conducta o reglamento para las cumbres en el que se incluir¨¢ un recorte radical al habitual abuso de esa pr¨¢ctica entre los l¨ªderes europeos. En caso de discrepancia en un tema, se dejar¨¢ constancia en las conclusiones finales si existe mayor¨ªa cualificada a favor de una posici¨®n, lo que supone un cambio fundamental. Con el nuevo sistema, quedar¨¢ claro que una cuesti¨®n rechazada por una minor¨ªa acabar¨¢ siendo aprobada posteriormente.
Sin mencionar ese c¨®digo de conducta, la idea se recoge en el documento elaborado por el presidente espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, y el secretario general del Consejo de la UE, Javier Solana, sobre las reformas que ser¨¢n sometidas a los Quince en la capital andaluza. Como algunos pa¨ªses desean que los l¨ªderes lleguen a votar en las cumbres, donde las decisiones se adoptan por unanimidad, y otros lo rechazan, Aznar y Solana se inclinan por esa f¨®rmula intermedia de 'constataci¨®n de posiciones'. La iniciativa de poner freno al veto en las cumbres ya fue planteada en marzo por el brit¨¢nico Tony Blair y el canciller alem¨¢n Gerhard Schr?der y cuenta con un apoyo mayoritario.
El informe pone de relieve que 'es ampliamente compartido el hecho de que, tras la ampliaci¨®n, ser¨¢ cada vez m¨¢s dif¨ªcil que el Consejo Europeo cumpla su cometido con la autoridad y eficacia que se espera del ¨®rgano pol¨ªtico supremo de la UE'. Entre las soluciones planteadas figuran la reducci¨®n de los actuales 16 consejos (Agricultura, Desarrollo, Empleo, Educaci¨®n...) a 'una decena' o la creaci¨®n de un nuevo Consejo de Asuntos Generales (CAG) encargado de preparar el orden del d¨ªa de las cumbres.
Otra iniciativa ya mencionada meses atr¨¢s, sobre la que existen recelos en algunos Gobiernos de coalici¨®n, consiste en crear el Consejo de Relaciones Exteriores, cuyos ministros compatibilizan en el CAG actual su dedicaci¨®n a los asuntos generales y a los de exteriores. El nuevo Consejo de Exteriores ser¨ªa responsable de las pol¨ªticas exterior y de defensa, cooperaci¨®n al desarrollo y ayuda humanitaria.
Tambi¨¦n incluye el documento la posibilidad de que las sesiones de los consejos dedicadas a cuestiones legislativas, como el debate de proyectos lanzados por la Comisi¨®n Europea, sean abiertas al p¨²blico 'tanto en la fase de deliberaci¨®n como en la de votaci¨®n final', lo que pondr¨¢ fin al secretismo de esas reuniones. Igualmente, se propone 'una programaci¨®n m¨¢s racional de las actividades del Consejo', por ejemplo a trav¨¦s de la elaboraci¨®n de 'programas anuales' hechos por dos presidencias. Ahora, cada presidencia fija sus prioridades en su semestre.
Presidencia colectiva
Todos estos cambios no requieren modificaciones del Tratado de la UE y los que se aprueben ser¨¢n aplicados ya el pr¨®ximo semestre bajo presidencia danesa de la UE. Pero el documento incluye otras pol¨¦micas iniciativas que s¨ª exigen modificar el Tratado y que han sido incluidas para iniciar el debate sobre ellas. La m¨¢s importante se refiere a las 'presidencias colectivas' que sustituir¨ªan al 'concepto de presidencia individual de un Estado'.
Al respecto se ofrecen dos alternativas. La primera consistir¨ªa en 'una asociaci¨®n funcional entre dos o tres presidencias sucesivas', que funcionar¨ªa 'bien como una verdadera presidencia colectiva' o 'bien como una colaboraci¨®n reforzada en la que una de las presidencias guardar¨ªa el estatus de presidencia en ejercicio mientras las otras actuar¨ªan como por delegaci¨®n'. En estos momentos, por ejemplo, Espa?a, Dinamarca y Grecia habr¨ªan formado esa asociaci¨®n porque sus turnos son consecutivos.
La otra alternativa, que tiene m¨¢s posibilidades, consiste en 'una rotaci¨®n autom¨¢tica entre cinco o seis equipos preconstituidos' (de cinco o seis pa¨ªses cada uno) que ejercer¨ªan la presidencia 'por un periodo fijo de dos a?os y miedo o tres'. Para ello, tendr¨ªa que garantizarse un equilibrio entre todos los Estados, de manera que en cada equipo hubiera una adecuada combinaci¨®n entre grandes y peque?os, entre el Norte y el Sur o entre contribuyentes netos y receptores de fondos europeos. Los pa¨ªses peque?os ya han expresado su rechazo a la f¨®rmula.
Por ¨²ltimo, el documento propone elegir un presidente del Consejo, 'por ejemplo entre sus antiguos miembros', que estar¨ªa acompa?ado 'por un n¨²mero determinado' de l¨ªderes para asistir al presidente. Esta idea es sostenida por Aznar, Blair (a los que se considera hipot¨¦ticos candidatos) y el franc¨¦s Jacques Chirac, pero los peque?os se oponen y Schr?der se ha mostrado muy reticente.
En la cumbre de Sevilla presentar¨¢ su primer informe el franc¨¦s Valery Giscard D?Estaing, presidente de la Convenci¨®n sobre Europa encargada de presentar en 2003 sus propuestas para reformar la UE en profundidad. El hecho de que el Consejo realice por su cuenta trabajos y an¨¢lisis sobre su propia reforma ha originado suspicacias entre los 105 miembros de la Convenci¨®n. Pero el documento de Solana a¨²n puede suponerles un disgusto mayor porque en el mismo se dice expl¨ªcitamente que 'est¨¢ bastante ampliamente admitido' que 'el Consejo debe reservarse la posibilidad, en paralelo a los trabajos de la Convenci¨®n, de proseguir el estudio de las adaptaciones m¨¢s sustanciales susceptibles de ser aportadas al actual sistema de presidencias semestrales'.
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