Alemania aborda una gran reforma por los malos resultados en los informes de la OCDE
Los problemas escolares se han vuelto un tema central en la campa?a electoral
La necesidad de reformar el sistema educativo va camino de convertirse en uno de los temas centrales de la campa?a electoral en Alemania, que a¨²n achaca el golpe que supuso el p¨¦simo resultado obtenido en el estudio Pisa de la OCDE, una reciente comparaci¨®n del desempe?o acad¨¦mico entre 180.000 j¨®venes de 15 a?os en 32 pa¨ªses. Salvo la temprana separaci¨®n de los alumnos en tres tipos distintos de colegio -que ha sido discutida durante d¨¦cadas y que nadie se atreve a abordar hasta el momento- todo est¨¢ en tela de juicio: las deficiencias en las escuelas infantiles, los problemas de la jornada escolar continua, la calidad de los maestros, los insuficientes conocimientos de alem¨¢n de los hijos de inmigrantes y la necesidad de evaluar el descentralizado sistema educativo para difundir en todo el pa¨ªs los proyectos que mejor hayan funcionado en cada Estado federado.
Preocupa la diferencia de calificaciones entre alumnos pudientes y de entornos desfavorecidos
Schr?der ha prometido 1.000 millones de euros en cuatro a?os s¨®lo para ampliar la jornada
La evaluaci¨®n Pisa fue demoledora para Alemania no s¨®lo en lo que a la clasificaci¨®n acad¨¦mica se refiere -puesto 21, en com-prensi¨®n escrita (Espa?a, el 18); 20, en matem¨¢ticas (Espa?a, 23); y 20, en ciencias naturales (Espa?a, 19)-, sino tambi¨¦n en lo que respecta a las grandes diferencias entre el desempe?o acad¨¦mico de los alumnos que provienen de hogares pudientes y el de los que proceden de un entorno social menos favorecido. Ello pese a que la educaci¨®n primaria, secundaria y universitaria sean casi exclusivamente p¨²blicas en Alemania y a que los colegios privados tan s¨®lo representen entre un 2% y un 10% del total.
La brecha social, a grandes l¨ªneas, coincide con otra, de ¨ªndole acad¨¦mica: tal y como ha analizado el instituto Max Planck de Investigaci¨®n Educativa: Pisa ha mostrado adem¨¢s que en pocos pa¨ªses industrializados hay tan grandes diferencias entre los relativamente pocos estudiantes que demuestran un buen desempe?o (incluso en la comparaci¨®n internacional) y la gran cantidad que fracasan dram¨¢ticamente a la hora de resolver los m¨¢s simples problemas acad¨¦micos.
Todo indica que esto tambi¨¦n tiene que ver con que en Alemania los alumnos se seleccionan antes que en otros pa¨ªses: tras apenas cuatro a?os de educaci¨®n primaria, entre los 9 y 10 a?os de edad, los ni?os y sus padres tienen que optar ya sea por la hauptschule (entre cinco y seis a?os adicionales), la realschule (seis a?os y un t¨ªtulo medio que posibilita, por ejemplo, el ingreso a una escuela t¨¦cnica profesional) o el gymnasium (nueve a?os, equivalente al bachillerato que da derecho al ingreso en la Universidad). El 40% de los alumnos de la hauptschule, donde el nivel acad¨¦mico suele ser deplorable, proceden de la menos favorecida de las capas sociales: las familias de trabajadores sin formaci¨®n profesional.
Un modelo alternativo impulsado fuertemente en los a?os se-tenta por los socialdem¨®cratas -la gesamtschule, en la que la decisi¨®n sobre el t¨ªtulo por adquirir se retrasa varios a?os- se encuentra muy desacreditado: la gesti¨®n de estos macrocolegios, con la que dif¨ªcilmente pueden competir con los gymnasien, ha resultado ser demasiado dif¨ªcil. Tras d¨¦cadas de encarnizados debates, adem¨¢s, ning¨²n pol¨ªtico parece estar dispuesto a volver a abrir la caja de Pandora de una reforma estructural que modifique las tres modalidades escola-res. Lo que se discute, por el contrario, son otro tipo de ajustes:
- Extensi¨®n de la jornada partida. En Alemania, s¨®lo una m¨ªnima parte de los colegios, cerca del 5%, acoge tambi¨¦n por la tarde a los alumnos: la mayor¨ªa tienen jornada continua. Al mediod¨ªa, la inmensa mayor¨ªa de los j¨®venes se marcha a casa. Como consecuencia de los cambios en la estructura familiar y en el mercado laboral, a menudo los ni?os no tienen a nadie que les acompa?e en casa y les brinde un m¨ªnimo de est¨ªmulo intelectual. Con demasiada frecuencia, lo ¨²nico que queda es la televisi¨®n o los juegos de ordenador. Tanto el Gobierno del canciller socialdem¨®crata como la oposici¨®n conservadora quieren fomentar masivamente la jornada partida. Schr?der promete 1.000 millones de euros durante los pr¨®ximos cuatro a?os para que 10.000 colegios puedan ofrecer este tipo de atenci¨®n.
- Alem¨¢n para inmigrantes. Tanto el informe Pisa como otros estudios demuestran que los insufi-cientes conocimientos de alem¨¢n de los alumnos con padres ex-tranjeros son un elemento importante en la crisis acad¨¦mica. En los barrios c¨¦ntricos de Berl¨ªn, por ejemplo, dos tercios de los ni?os que ingresan a la escuela son incapaces de formular correctamente una simple frase en este idioma. En su inmensa mayor¨ªa, los que enfrentan estas dificultades son hijos de extranjeros, un grupo que de por s¨ª, en el caso de la capital alemana, representa un 50% del total de nuevos alumnos. Aparte de que sean frecuentes las quejas en el sentido de que estas dificultades idiom¨¢ticas rebajen el nivel acad¨¦mico del conjunto de los estudiantes, aqu¨ª se origina un grave problema social: uno de cada cinco hijos de inmigrantes ni siquiera logra el t¨ªtulo de la hauptschule, un fracaso escolar que duplica al de los alumnos alemanes. Aunque con diversos grados de contundencia -desde la exclusi¨®n de clase de los ni?os que no alcancen un nivel satisfactorio de alem¨¢n, hasta una intensificaci¨®n del apoyo educativo que ya existe hoy d¨ªa- varios Estados federados preparan cursos obligatorios de idioma preescolares para los hijos de extranjeros.
- Evaluaci¨®n informativa. Alemania no tiene un solo sistema educativo, sino 16, tantos como Estados federados componen el pa¨ªs. De las pruebas de selectividad a los distintos modelos pedag¨®gicos ensayados, las diferencias son enormes. La semana pasada, las mayor¨ªas gubernamentales aprobaron la creaci¨®n de un consejo de expertos que, a?o tras a?o, deber¨¢ evaluar las distintas experiencias. Con todo, una primera comparaci¨®n directa entre los Estados federados ser¨¢ posible ya dentro de dos semanas, cuando se publiquen los resultados de la segunda fase de la evaluaci¨®n Pisa, desglosados al nivel nacional. Se trata de evaluaciones generales con el objetivo de informar a todos los Estados sobre los programas espec¨ªficos que mejor est¨¦n funcionando en algunos de ellos. En ning¨²n caso se est¨¢ planteando ninguna coordinaci¨®n centralizado, dado el gran respeto que hay en Alemania a la autonom¨ªa de los Estados. De hecho, ¨¦stos no son demasiado partidarios de estas evaluaciones comparativas.
En lo que puede resultar explosivo para la campa?a electoral, filtraciones preliminares indican que Baviera y Baden-Wurtemberg, gobernados ambos por conservadores y con reg¨ªmenes acad¨¦micos muy estrictos, encabezan la clasificaci¨®n, aunque en la comparaci¨®n internacional se sit¨²an tambi¨¦n por debajo de la media de los 32 pa¨ªses que participaron en Pisa.
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