Contra la fortificaci¨®n del Norte

En la cumbre alternativa nadie cuestiona el derecho universal a emigrar. Esa es la primera gran diferencia que les aleja del sanedr¨ªn de mandatarios europeos que discutieron en el Palacio de Congresos y Exposiciones las l¨ªneas b¨¢sicas de una pol¨ªtica com¨²n en materia de inmigraci¨®n, que entre sus objetivos pretende limitar la entrada en la Uni¨®n Europea y combatir la inmigraci¨®n clandestina. 'El acuerdo de Sevilla es un pasito m¨¢s hacia la Europa fortaleza', critica el portavoz del eje de inmigraci¨®n, Carlos Haynes.

Sentada la primera gran divergencia, los colectivos antiglobalizaci¨®n plantean muchas otras. Discuten en primer lugar la capacidad de acogida de los pa¨ªses comunitarios, cuyos responsables pol¨ªticos tienden a describir como saturada. 'No hay datos estad¨ªsticos fiables, s¨®lo demagogia pol¨ªtica porque es muy rentable', aduce Haynes, que destaca el caso espa?ol, donde la presencia de inmigrantes es minoritaria comparada con otros pa¨ªses europeos y atendiendo incluso a las necesidades del mercado de trabajo.

'No podemos hacer todo lo posible para que no vivan y luego impedir que salgan'

Un inmigrante tampoco es lo mismo para un antiglobal que para Silvio Berlusconi, el presidente italiano. Los dirigentes pol¨ªticos, como ha ocurrido en Espa?a en los ¨²ltimos meses, establecen relaciones perversas entre inmigrantes sin papeles y delincuencia. En el eje se denunci¨® tal asociaci¨®n, al tiempo que se reivindican pol¨ªticas que miren m¨¢s por los derechos humanos que por la visi¨®n policial. 'Frente a las barreras defendemos la integraci¨®n', plantea el portavoz. Una visi¨®n radicalmente distinta a la dise?ada en Sevilla donde, seg¨²n Haynes, se avanza hacia una fortificaci¨®n de la UE en sinton¨ªa con lo ya acordado en Schengen.

Aunque el movimiento antiglobalizaci¨®n antepone el derecho a emigrar como un principio elemental, las razones pol¨ªticas y econ¨®micas que impulsan los desplazamientos demogr¨¢ficos desde el Sur hacia el Norte entroncan con una de las grandes cuestiones que ha provocado el origen del movimiento: la desigual distribuci¨®n de la riqueza y la explotaci¨®n de los pa¨ªses del Tercer Mundo.

La cooperaci¨®n al desarrollo es, pues, uno de los instrumentos defendidos durante las actividades del eje, en clara contraposici¨®n con la intentona -finalmente frustrada- del presidente espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, de penalizar a los pa¨ªses del Sur que no combatiesen la inmigraci¨®n clandestina. 'Afortunadamente no se ha aprobado esa barbaridad, pero a¨²n as¨ª la UE camina cada vez m¨¢s contra la inmigraci¨®n', indica Haynes.

Eric Toussaint, presidente del comit¨¦ por la anulaci¨®n de la deuda externa en el Tercer Mundo, explic¨® que s¨®lo con la cesi¨®n del 0,7 (real) del PIB de los 30 pa¨ªses m¨¢s ricos y la abolici¨®n de la deuda externa se podr¨ªa liberar casi medio bill¨®n de euros para esos pa¨ªses. 'Es f¨¢cil poner en marcha esas pol¨ªticas alternativas sin que supongan un gran quebranto para la econom¨ªa mundial', sostuvo Haynes.

La actual cooperaci¨®n al desarrollo, tal y como est¨¢ dise?ada por los pa¨ªses ricos, no satisface a quienes propugnan un modelo de mundializaci¨®n m¨¢s justo y equilibrado, que probablemente frenar¨ªa los flujos migratorios desde el Sur hacia el Norte. 'No podemos hacer todo lo posible para que no vivan en sus pa¨ªses y luego impedirles que no salgan', concluye el portavoz.