Una mirada al complejo ordenador del p¨¢ncreas
Cualquier diab¨¦tico sabe muy bien lo dif¨ªcil que resulta imitar la funci¨®n del p¨¢ncreas a base de compensar las fluctuaciones de la dieta con la frecuencia y la dosis de las inyecciones de insulina. En una persona sana, cada c¨¦lula beta del p¨¢ncreas es un complej¨ªsimo ordenador que detecta en tiempo real cualquier m¨ªnima variaci¨®n en la concentraci¨®n de glucosa en la sangre, y responde instant¨¢neamente liberando a la sangre la dosis exacta de insulina, una hormona que fuerza a los dem¨¢s tejidos del cuerpo a tragarse la glucosa, retir¨¢ndola as¨ª de la sangre hasta que se recupera su valor normal.
Esta funci¨®n de las c¨¦lulas beta est¨¢ muy bien estudiada, pero la glucosa tiene varios otros efectos sobre la c¨¦lula beta que se conocen muy mal. Las variaciones en el nivel de ese az¨²car en la sangre pueden inducir a las c¨¦lulas pancre¨¢ticas -o a sus precursoras en el embri¨®n- a proliferar, a dejar de hacerlo o incluso a suicidarse, y ninguna de estas cosas puede hacerse sin afectar a la actividad de los genes. El equipo de Bernat Soria acaba de publicar en la revista cient¨ªfica Proceedings of the National Academy of Sciences (edici¨®n electr¨®nica) unos datos muy reveladores sobre estos procesos hasta ahora enigm¨¢ticos.
Canal repetido
Los efectos convencionales de la glucosa dependen de unas prote¨ªnas situadas en la membrana externa de la c¨¦lula beta, un tipo de canales que pueden abrirse o cerrarse, dependiendo de los niveles de glucosa, para dejar pasar a ciertos iones (su nombre es canales de potasio sensibles a ATP). Los iones provocan despu¨¦s que la c¨¦lula segregue insulina a la sangre. Lo que Iv¨¢n Quesada y otros miembros del equipo de Bernat Soria han mostrado ahora es que los efectos no convencionales de la glucosa dependen de unos canales muy parecidos, pero situados no en la membrana externa de la c¨¦lula, sino en su membrana nuclear, la que separa el n¨²cleo (donde est¨¢ el genoma) del resto de la c¨¦lula.
La apertura o cierre de estos nuevos canales causa tambi¨¦n flujos de iones, pero en el n¨²cleo, y los cient¨ªficos de la Universidad Miguel Hern¨¢ndez han comprobado que esos flujos son capaces de activar o reprimir algunos genes cruciales en los procesos de proliferaci¨®n y diferenciaci¨®n (uno de ellos se llama c-myc).
Un aspecto relevante es que los mismos canales est¨¢n presentes en la membrana nuclear de las c¨¦lulas madre del embri¨®n. Este resultado abre una v¨ªa de investigaci¨®n sobre los efectos de la glucosa no ya en la actividad del p¨¢ncreas, sino en su mismo proceso de formaci¨®n embrionaria.
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