Tard¨ªo consuelo para Kahn
El portero alem¨¢n, elegido mejor jugador del Mundial por los periodistas
A Oliver Kahn le sobr¨® un solo error para completar un Mundial perfecto, pero ese error le cost¨®, probablemente, la Copa del Mundo a la selecci¨®n alemana. Pese a ello, o quiz¨¢s por ello, el volc¨¢nico guardameta, de 33 a?os, ha sido elegido, por los votos de la prensa, el mejor jugador del Mundial.
A Kahn, al finalista derrotado, le ha reca¨ªdo un trofeo, el Bal¨®n de Oro del Mundial, que ya recibieron figuras del nivel de Paolo Rossi (1982), Diego Maradona (1986), Salvatore Schillacci (1990), Romario (1994) y Ronaldo, curiosamente otro finalista vencido, en 1998. Precisamente Ronaldo, consagrado oficiosamente como rey del mundo por sus dos goles en la final del Mundial (ocho a lo largo de todo el torneo: el pichichi), ha sido s¨®lo el sorprendente segundo de la votaci¨®n period¨ªstica, cerrada entre los 10 jugadores determinados por el Grupo de estudios t¨¦cnicos (GET) de la FIFA. Kahn recaud¨®147 votos ( el 25% de los emitidos), muchos de ellos decididos antes de la final, mientras que Ronaldo se qued¨® en el 21%. Tercero fue el h¨¦roe local, el central coreano Hong Myung Bo, con 108 votos. D¨¦cimo y ¨²ltimo qued¨® el central del Madrid Fernando Hierro.
El galard¨®n, que tiene un car¨¢cter m¨¢s simb¨®lico que real, funciona como un consuelo tard¨ªo para el inconsolable Kahn, el deportista cuyo af¨¢n de perfeccionismo le ha llevado a convertirse en uno de los mejores guardametas de la historia. Su capacidad de intimidaci¨®n ante los delanteros rivales y de liderazgo en su propio equipo ha sido b¨¢sica para conducir a una Alemania sin grandes figuras hasta la final del Mundial.
Y all¨ª, el d¨ªa m¨¢s especial, lleg¨® lo inesperado. En el primer tiempo, Kahn hab¨ªa estado imperial, controlando todo lo que ocurr¨ªa en su ¨¢rea, imponiendo su enorme presencia a las llegadas de Ronaldo, que no supo jugarle tres mano a mano consecutivos. En uno de ellos recibi¨® un pisot¨®n en la mano derecha. Jug¨® el segundo tiempo con dos dedos de la mano derecha, el me?ique y el anular, vendados por debajo del guante. Y al primer disparo lejano de Rivaldo, al que lleg¨® con facilidad, reaccion¨® con un error: no sujet¨® el bal¨®n que sali¨® rebotado; tampoco fue lo suficientemente r¨¢pido como para levantarse e impedir el remate del veloz Ronaldo, que lleg¨®, toc¨® y marc¨®.
Un clavo saca a otro clavo, y, de la misma manera que Kahn super¨® la depresi¨®n de la incre¨ªble derrota (dos goles en los dos ¨²ltmos minutos) de la final de la Copa de Europa contra el Manchester en 1999, siendo fundamental en el triunfo ante el Valencia, en los penaltis, en 2000, el verdadero consuelo de Kahn, la gran revancha, s¨®lo podr¨¢ llegar en el Mundial de 2006, que, m¨¢s a su favor, se disputar¨¢ en Alemania.
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