Elvis y los extraterrestres
Lleva bastantes a?os la Disney dando bandazos, buscando su, por lo que parece, perdida inspiraci¨®n. Ni Pocahontas, ni H¨¦rcules ni Atlantis, el imperio perdido, por citar algunos t¨ªtulos, han logrado hacer olvidar la m¨¢gica precisi¨®n y el talento de La sirenita o La bella y la bestia, por citar dos pel¨ªculas se?eras de los ¨²ltimos 15 a?os. De ah¨ª que la apuesta que significa Lilo & Stitch tenga algo de desesperada: encontrar otra vez el camino, ah¨ª es nada. Y lo cierto es que el intento se demuestra por lo menos interesante.
Lilo & Stitch se dir¨ªa el afortunado cruce entre un musical de Elvis Presley -se le homenajea a lo largo y ancho del filme- y una pel¨ªcula de invasores alien¨ªgenas, un cruce, convengamos, punto menos que suicida. Sus protagonistas son una tierna, pero nada desvalida, ni?a hawaiana, Lilo, y lo que ella concept¨²a como un perro, Stitch, algo as¨ª como un gremlin, pero con much¨ªsima m¨¢s mala uva. Las razones por las que ambos personajes entrecruzan sus vidas se las ahorrar¨¦ al paciente lector; pero sepa que la pel¨ªcula contiene un arranque de formidable eficacia y desternillante comicidad -la forma en que es parido Stitch, pero tambi¨¦n c¨®mo logra escapar de cualquier intento de 'desactivaci¨®n'-, y una continuaci¨®n que no desmerece de tan prometedor arranque.
LILO & STITCH
Directores: Chris Sanders y Dean DeBlois. Int¨¦rpretes: filme de animaci¨®n. G¨¦nero: animaci¨®n musical, Estados Unidos, 2001. Duraci¨®n: 83 minutos.
Pero una pel¨ªcula Disney no lo es impunemente, aun cuando el t¨ªo Walt lleve tantos a?os enterrado, o hibernado, seg¨²n parece, y tanto hayan cambiado los tiempos. De manera que la moraleja final -la pel¨ªcula puede verse, por cierto, como un camino de iniciaci¨®n al amor y la comprensi¨®n por parte de un monstruo aparentemente intratable- vuelve a tener el sello edulcorado y de empalagosa blandenguer¨ªa que es, a estas alturas, invariable marca de estilo de la casa. Pero si se es capaz de saltar por encima de ese inconveniente, que encastra peligrosamente las dos o tres secuencias finales, sepa el lector que es ¨¦sta una de esas pel¨ªculas-oportunidad, la invitaci¨®n a un encuentro entre ni?os y progenitores de esos en que ambos pueden salir razonablemente de acuerdo, aunque por distintas razones, del cine: ah¨ª es nada.
Babelia
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