El mayor fallo del modelo de privatizaciones thatcheristas
Railtrack se form¨® de la privatizaci¨®n de la compa?¨ªa p¨²blica British Rail en 1996. El ferrocarril brit¨¢nico, al igual que el servicio postal, era uno de esos servicios que los brit¨¢nicos jam¨¢s hubiesen imaginado ver en manos privadas. Despu¨¦s de todo, el ferrocarril brit¨¢nico es el m¨¢s antiguo del mundo, las primeras v¨ªas se pusieron en 1604. La venta de British Rail fue la ¨²ltima de la serie de grandes privatizaciones iniciadas por Margaret Thatcher. La hizo el primer ministro conservador John Major, predecesor del laborista Tony Blair.
El nacimiento de Railtrack supuso todo un acontecimiento en Londres. La oferta p¨²blica de acciones fue un ¨¦xito, y c¨®mo no iba a serlo si la compa?¨ªa que sal¨ªa a Bolsa contaba con una infraestructura de 32.200 kil¨®metros, 2.500 estaciones y miles de cruces, t¨²neles, puentes y viaductos. Los ingresos de la compa?¨ªa proceden de la facturaci¨®n que hace a unas 25 compa?¨ªas de transporte de pasajeros y carga por ferrocarril. Los servicios de Railtrack van desde la coordinaci¨®n de los trenes hasta la limpieza de los aseos en las estaciones. Toda la gesti¨®n y el mantenimiento de la red est¨¢n en manos de esta empresa.
Graves accidentes
Dos a?os despu¨¦s de la privatizaci¨®n, Railtrack comenz¨® a tener problemas. En 1998, el Gobierno recibi¨® las quejas de los usuarios por los retrasos y un a?o despu¨¦s dos tr¨¢gicos accidentes (uno que se sald¨® con 31 muertos y el otro con siete) hicieron saltar todas las alarmas del Ejecutivo. La empresa intent¨® aplacar la ira del Gobierno y los usuarios con el anuncio de una inversi¨®n de unos 4.000 millones de euros para mejorar el funcionamiento y la seguridad de la red. No obstante, otro fatal accidente a finales de 2000 termin¨® por hundir la compa?¨ªa y apresur¨® la salida de su presidente, Gerald Corbett.
El Gobierno laborista forz¨® a Railtrack a reducir servicio hasta que se hiciera una inspecci¨®n y reforma de la red para que fuese m¨¢s segura. Ya en 2001, la empresa solicit¨® al Gobierno ayuda financiera y ¨¦ste se la neg¨®. Fue entonces cuando la Administraci¨®n de Blair decidi¨® tomar el control de la empresa y suspender su cotizaci¨®n en Bolsa. Durante ocho meses, funcionarios se hicieron cargo de vigilar la gesti¨®n de Railtrack hasta que se completara el proceso de reconversi¨®n de la compa?¨ªa.
La empresa volvi¨® a cotizar y, en lo que va de a?o, David Harding reemplaz¨® a Steve Marshall al frente del grupo y, bajo la gesti¨®n del primero, se acord¨® la venta a Network Rail.
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