Problemas de idioma para un registro centralizado

Cada invenci¨®n, cada t¨¦cnica, cada procedimiento que desarrolla un investigador necesita una patente que lo proteja. Si el registro se hace s¨®lo para un pa¨ªs, el invento puede ser copiado fuera. Hay tambi¨¦n la posibilidad de solicitar una patente europea, o para un grupo de pa¨ªses. El ideal, seg¨²n algunos expertos, ser¨ªa un registro centralizado, que cubriera todos los pa¨ªses, pero ello tiene muchos problemas.

Uno de los obst¨¢culos es el idioma. La Oficina Europea de Patentes s¨®lo admite solicitudes en sus tres idiomas oficiales (ingl¨¦s, franc¨¦s y alem¨¢n). Ello implica que un investigador espa?ol tiene que traducir sus documentos a una de estas lenguas, lo que encarecer¨ªa y retrasar¨ªa el proceso. Por eso Espa?a (con el apoyo de muchos pa¨ªses latinoamericanos) tiene bloqueada la creaci¨®n de un registro ¨²nico de patentes hasta que no se acepte el espa?ol como lengua oficial.

Otro problema es la diferencia de criterios acerca de qu¨¦ se puede patentar. En EE UU, por ejemplo, se ha patentado el gen CCR5, que controla la entrada del virus del sida en los linfocitos. Tambi¨¦n se han conseguido patentes sobre animales, como ratones de laboratorio.

Pero esta pr¨¢ctica chocar¨ªa con el art¨ªculo 53 de la Convenci¨®n Europea de Patentes, precisamente uno de los aducidos por la Oficina Europea de Patentes para rechazar la patente de la Universidad de Edimburgo sobre un procedimiento que facilitar¨ªa el cultivo de c¨¦lulas madre.

En concreto, el apartado primero habla de que no se permiten patentes sobre invenciones, publicaciones o explotaciones que est¨¦n prohibidas en alguno de los pa¨ªses de la convenci¨®n. En el segundo apartado, se proh¨ªben expresamente las patentes de animales, plantas o los distintos procesos biol¨®gicos que lleven a su producci¨®n.