La promesa de crear ¨®rganos humanos 'a la carta'
El debate sobre la investigaci¨®n en c¨¦lulas madre se ha recrudecido en los ¨²ltimos meses. Se ha convertido en uno de esos temas sobre los que hay que tener opini¨®n, como sucede con el aborto, el cambio clim¨¢tico, la situaci¨®n palestina o la existencia de Dios. La opini¨®n de la sociedad va a resultar clave porque de ella depender¨¢ el tipo de investigaciones que se permita realizar en este campo.
Las especiales facultades de las c¨¦lulas madre ofrecen un marcado contraste con la finitud y fragilidad de nuestros cuerpos. La regeneraci¨®n de nuestros ¨®rganos enfermos, la puesta a punto de los cuerpos cansados, el reciclaje de nuestros componentes m¨¢s ¨ªntimos son sue?os que podr¨ªan empezar a tomar forma en el futuro gracias a estas c¨¦lulas capaces de dividirse de manera incansable y de convertirse en los tipos adecuados para cada reparaci¨®n.
La terapia celular puede resolver la gran limitaci¨®n de los trasplantes actuales: la escasez de ¨®rganos. Las c¨¦lulas madre se mantienen de forma ilimitada
El principal problema es que todav¨ªa no sabemos c¨®mo hacer que las c¨¦lulas madre embrionarias se especialicen en el tipo de c¨¦lulas que queramos
La estrategia sobre el futuro uso de c¨¦lulas madre para reemplazar tejidos da?ados constituir¨¢ un tratamiento paliativo: no se combatir¨¢ la causa de la enfermedad, sino su consecuencia. La alternativa que ofrecen las c¨¦lulas madre frente a otros tratamientos permitir¨¢ que el diab¨¦tico haga su vida normal sin necesidad de insulina; que el enfermo de insuficiencia hep¨¢tica, cardiaca o renal no dependa de la aparici¨®n de un donante compatible; que los s¨ªntomas del enfermo de Parkinson, de Alzheimer o de esclerosis m¨²ltiple mejoren o incluso se curen. Para que estas promesas se conviertan en realidad queda, sin embargo, mucho que andar. Por eso es necesario que no se apague el debate para llegar a un consenso sobre las bases cient¨ªficas y ¨¦ticas que permitan regular su uso.
Madre(s) s¨®lo hay una
Una c¨¦lula madre es una c¨¦lula que cuando se divide es capaz de generar una c¨¦lula igual a s¨ª misma y otra diferente, m¨¢s especializada. Esta definici¨®n, necesariamente vaga, engloba a cualquier c¨¦lula madre, y las hay de muy diversos tipos. Una caracter¨ªstica fundamental de las c¨¦lulas madre es que pueden mantenerse (en el cuerpo o en una placa de cultivo) de forma indefinida. Puesto que al dividirse originan c¨¦lulas id¨¦nticas a ellas mismas, siempre se mantiene una poblaci¨®n de c¨¦lulas madre. En otras palabras, son fuente inagotable de vida. Pero para entender exactamente de qu¨¦ hablamos, a las c¨¦lulas madre se les suele poner un apellido; as¨ª se habla de c¨¦lulas madre embrionarias y de c¨¦lulas madre adultas, dependiendo de su origen y su grado de especializaci¨®n.
La c¨¦lula madre por excelencia, la madre de los billones de c¨¦lulas que forman un organismo, es el zigoto, que se forma cuando el ¨®vulo de la mujer es fecundado por un espermatozoide del hombre. El zigoto es totipotente, capaz de dar lugar a todas las c¨¦lulas del feto y la parte embrionaria de la placenta.
Conforme el embri¨®n se va dividiendo, sus c¨¦lulas van perdiendo esta propiedad de forma progresiva. Entre cuatro y cinco d¨ªas despu¨¦s de la fecundaci¨®n, el embri¨®n tiene unas 200 c¨¦lulas que forman una bola hueca, llamada blastocisto, cuyas c¨¦lulas internas dar¨¢n lugar al feto y las externas originar¨¢n la placenta. Aunque ya no son totipotentes, las c¨¦lulas internas del blastocisto conservan la capacidad de generar todos los tejidos, por ello se denominan c¨¦lulas madre pluripotentes o embrionarias.
Estas c¨¦lulas madre embrionarias son la semilla de la discordia desde que se obtuvieron l¨ªneas celulares de origen humano en el a?o 1998, a partir de blastocistos y de fetos. Para conseguirlo hubo que solventar dificultades t¨¦cnicas y, sobre todo, pol¨ªtico-morales, pues la obtenci¨®n de estas c¨¦lulas requiere la destrucci¨®n de embriones humanos. Cabe destacar, sin embargo, que los blastocistos eran sobrantes de tratamientos de fertilizaci¨®n in vitro, y los fetos proced¨ªan de interrupciones voluntarias del embarazo. El destino habitual de unos y de otros es el cubo de la basura.
Primero, investigar
La utilidad m¨¢s inmediata de las c¨¦lulas madre embrionarias humanas es la investigaci¨®n, para analizar los factores que hacen que se especialicen y generen c¨¦lulas del hueso, del m¨²sculo, del cerebro o de cualquier ¨®rgano o tejido del ser humano. El progreso en esta ¨¢rea promete ser r¨¢pido porque disponemos ya de muchas pistas gracias al estudio de otros mam¨ªferos, fundamentalmente el rat¨®n.
Sabemos, por ejemplo, que el que una c¨¦lula madre se especialice depende de que se enciendan determinados genes y se apaguen otros. Descubrir si estos genes son los mismos que en otros animales, o, si no es as¨ª, identificar los que desempe?an esta funci¨®n en el hombre, nos proporcionar¨¢ una informaci¨®n muy valiosa para comprender c¨®mo se desarrolla un ser humano, c¨®mo se altera el desarrollo de un embri¨®n y aparecen malformaciones cong¨¦nitas y c¨®mo las c¨¦lulas diferenciadas pierden su especializaci¨®n e inducen la aparici¨®n del c¨¢ncer. Conviene recordar, sin embargo, que estamos hablando de a?os de investigaci¨®n antes de que se desvelen estas inc¨®gnitas, y probablemente de d¨¦cadas antes de que los resultados se materialicen en tratamientos para los pacientes.
La investigaci¨®n y desarrollo de nuevos medicamentos es un ¨¢rea que se va a beneficiar pronto. Dada la capacidad de las c¨¦lulas madre embrionarias de originar cualquier tipo de c¨¦lula especializada, los nuevos f¨¢rmacos se podr¨¢n ensayar en el laboratorio en una fase inicial, para comprobar su eficacia y su toxicidad, acelerando la fase previa a los estudios en animales y los ensayos cl¨ªnicos en humanos.
Pero es la terapia celular la aplicaci¨®n que m¨¢s esperanzas ha generado para las c¨¦lulas madre embrionarias. Debido a su capacidad para generar cualquier tipo celular, es te¨®ricamente posible diferenciarlas en el laboratorio y producir las c¨¦lulas necesarias para reemplazar las da?adas por una enfermedad.
Un nuevo tipo de trasplante
La terapia celular se basa en la idea general de los actuales trasplantes de ¨®rganos: sustituir estructuras da?adas por otras sanas. Una proporci¨®n elevada de las enfermedades es el resultado de la degeneraci¨®n de un n¨²mero limitado de c¨¦lulas, que, sin embargo, tiene una repercusi¨®n manifiesta. Ejemplos de estas enfermedades son la diabetes de tipo 1 (en la que se destruyen c¨¦lulas del p¨¢ncreas especializadas en producir insulina) o el Parkinson (en la que degenera un tipo de c¨¦lulas del cerebro).
La terapia celular solucionar¨ªa una de las grandes limitaciones de los trasplantes actuales: la escasez de ¨®rganos de donantes, pues las c¨¦lulas madre se pueden mantener y dividir en cultivo de forma pr¨¢cticamente ilimitada. Sin embargo, no se resolver¨ªa el otro gran inconveniente: el rechazo y la necesidad de tomar medicaci¨®n inmunosupresora de por vida. Para solventar este problema, una posibilidad es la creaci¨®n de bancos de c¨¦lulas madre embrionarias, de entre las que se escoger¨ªa el tipo m¨¢s parecido al del paciente. Funcionar¨ªa como los bancos de ¨®rganos actuales, pero con la gran ventaja de que cada ¨®rgano (en este caso, cada l¨ªnea de c¨¦lulas madre) no se utilizar¨ªa una sola vez, sino que podr¨ªa usarse de forma indefinida y para cualquier tipo de trasplante.
Antes de que estos tratamientos puedan aplicarse en pacientes tendr¨¢n que resolverse una serie de problemas claves. Entre ellos, que todav¨ªa no sabemos c¨®mo hacer que las c¨¦lulas madre embrionarias se especialicen en el tipo de c¨¦lula que queremos. Numerosos laboratorios est¨¢n intentando resolver esta cuesti¨®n, y, aunque los resultados son esperanzadores, la realidad es que se necesitan varios a?os de investigaci¨®n hasta que se descubran los mecanismos que llevan a una c¨¦lula madre a producir una c¨¦lula especializada en particular.
Otra de las inc¨®gnitas a resolver es c¨®mo se van a comportar las c¨¦lulas trasplantadas en el paciente. Los experimentos con animales son prometedores y han de-mostrado que varios modelos de enfermedades humanas mejoran o incluso se curan con el uso de la terapia celular.
La incertidumbre sobre la financiaci¨®n p¨²blica de las l¨ªneas de investigaci¨®n en c¨¦lulas madre embrionarias humanas ha llevado a que muchos laboratorios vuelvan sus ojos hacia las c¨¦lulas madre adultas. En los ¨²ltimos tres a?os se han abierto nuevas puertas para su utilizaci¨®n y resulta evidente que las hemos subestimado al pensar que s¨®lo ten¨ªan capacidad para generar un limitado n¨²mero de tipos de tejido. A pesar de estos hallazgos, ni siquiera los cient¨ªficos que han descubierto el potencial de las c¨¦lulas madre adultas consideran que sea justificable dejar de estudiar las embrionarias.
Estas ¨²ltimas presentan una serie de ventajas que las hace dif¨ªcilmente reemplazables. En primer lugar, no todos los tejidos de un individuo pueden generarse a partir de c¨¦lulas madre adultas, pues sigue habiendo algunos (por ejemplo, el coraz¨®n) en los que todav¨ªa no se ha identificado su presencia. En segundo lugar, la obtenci¨®n de c¨¦lulas madre adultas de un paciente no es sencilla y no siempre va a ser posible. Por ejemplo, la obtenci¨®n de c¨¦lulas madre del cerebro s¨®lo se ha logrado tras la extracci¨®n de fragmentos considerables del mismo (realizada por otros motivos, claro). Tambi¨¦n se pueden obtener del cerebro de donantes fallecidos, aunque su aplicaci¨®n en trasplantes se ve limitada por los problemas de rechazo.
Por ¨²ltimo, si aprendi¨¦semos a hacer que una c¨¦lula madre adulta volviera hacia atr¨¢s en el tubo de ensayo y se convirtiera en una c¨¦lula madre embrionaria, ya no necesitar¨ªamos de estas ¨²ltimas. Hasta que eso suceda, y para que eso suceda, la ¨²nica forma viable de investigar las diferencias entre ambos tipos celulares es partir de c¨¦lulas madre embrionarias.
El debate ¨¦tico en la investigaci¨®n de terapias celulares tiene que incluir la inquietante posibilidad de que este tipo de tratamientos aumente a¨²n m¨¢s las abismales diferencias entre los cuidados m¨¦dicos que se dan en los pa¨ªses desarrollados y en v¨ªas de desarrollo. Quiz¨¢ seamos capaces de encontrar la llave de una vida m¨¢s larga y m¨¢s saludable. Pero ello no nos har¨¢ mejores, a menos que sepamos democratizar el acceso a unas terapias que prometen ser la pr¨®xima gran revoluci¨®n biom¨¦dica de nuestro tiempo, comparables en importancia al uso de los antibi¨®ticos y las vacunas.
El potencial de las c¨¦lulas madre adultas
EN UN INDIVIDUO ADULTO existen unos 20 tipos distintos de c¨¦lulas madre, encargadas de regenerar tejidos en continuo desgaste (como la piel o la sangre) o da?ados (como en el caso del h¨ªgado). La capacidad de estas c¨¦lulas madre para generar c¨¦lulas especializadas es m¨¢s limitada, por lo que se las denomina c¨¦lulas madre multipotentes o adultas. En los ¨²ltimos tres a?os, diversos experimentos han mostrado que las c¨¦lulas madre adultas son mucho m¨¢s potentes de lo que pens¨¢bamos, capaces de generar un elevado n¨²mero de tipos de tejido. Por ejemplo, se han descubierto varios casos sorprendentes: c¨¦lulas madre de la m¨¦dula ¨®sea, encargadas de formar la sangre, pueden diferenciarse en c¨¦lulas musculares, vasculares y de h¨ªgado. Existen c¨¦lulas madre en el cerebro que, adem¨¢s de originar los distintos tipos celulares que lo componen (neuronas y gl¨ªa), son capaces de formar sangre y m¨²sculo. Un reciente hallazgo cuestiona si esta pluripotencialidad de las c¨¦lulas madre adultas es tal, o si, por el contrario, es ¨²nicamente un reflejo de su capacidad para unirse con otras c¨¦lulas diferenciadas formando h¨ªbridos. Si esto ¨²ltimo fuera cierto, la utilidad de los tratamientos basados en c¨¦lulas madre adultas se ver¨ªa seriamente comprometida, ya que estas c¨¦lulas h¨ªbridas, al ser producto de la fusi¨®n de dos c¨¦lulas, contienen el doble de la dotaci¨®n gen¨¦tica normal. Todav¨ªa es pronto para determinar con seguridad cu¨¢l de estas situaciones es la que realmente se produce en nuestro cuerpo. Esta disparidad en la interpretaci¨®n refleja lo novedoso de este campo de investigaci¨®n y lo mucho que a¨²n queda por comprender de la biolog¨ªa de las c¨¦lulas madre.
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