El r¨ªo Moldava comienza a anegar el casco hist¨®rico de Praga y da?a varios monumentos
La Rep¨²blica Checa reclama ayuda internacional para luchar contra los desbordamientos
'Salvo esperar, no podemos hacer nada m¨¢s', dijo ayer por la ma?ana ?gor Nemec, el desolado alcalde de Praga. Todo el mundo ayer en la capital checa miraba fijamente al r¨ªo que la atraviesa. Unos, los vecinos, con preocupaci¨®n. Otros, los turistas, con asombro. Centenares de soldados fueron desplegados en el centro hist¨®rico. Sin embargo, la crecida del r¨ªo parec¨ªa estabilizarse por la tarde. Varios pa¨ªses europeos han ofrecido su ayuda para afrontar la situaci¨®n. Diez personas han muerto, una de ellas, en Praga, y 200.000 han sido evacuadas.
La fuerza del Moldava comenz¨® a inundar muy temprano el centro hist¨®rico de Praga. Los bajos del Teatro Nacional, un s¨ªmbolo cultural del siglo XIX, pegado a su orilla, resultaron afectados por el agua. Todos los bulevares cercanos al cauce hac¨ªa ya mucho que estaban anegados. De los id¨ªlicos restaurantes con vistas a las cuatro hermosas islas del Moldava apenas quedaba rastro. Los informes oficiales hablaban de 'tocar techo', pero el r¨ªo no paraba de crecer.
Miles de visitantes de todas las nacionalidades se agolpaban ayer en el lado occidental, en Letna, en las escaleras que suben a la parte alta, al castillo y a los palacios de Hradcany. No todos los d¨ªas se ven pasar 5.000 metros c¨²bicos por segundo en una crecida de casi ocho metros. Como un mar enloquecido, el agua arrastraba bajo los puentes todo tipo de restos, muebles, maderas, vasijas, ropas.
Centenares de soldados, de los 2.000 movilizados en todo el pa¨ªs, se afanaban en colocar sacos terreros en el paseo de Na Frantisku para evitar que el agua se colara en las calles del barrio jud¨ªo de Josefov y en Stare Mesto, la llamada Ciudad Vieja. Diez personas han muerto en todo el pa¨ªs.
'Los da?os son importantes, mayores que en las inundaciones de Moldavia en 1997, pero a¨²n est¨¢n por evaluar', afirm¨® ayer el primer ministro, Wlad¨ªmir Spidla. No ten¨ªa datos a¨²n sobre los problemas de abastecimiento de gas y las l¨ªneas telef¨®nicas. El presidente checo, V¨¢clav Havel, regresaba de sus vacaciones en Portugal. Inmediatamente se cre¨® una comisi¨®n gubernamental para evaluar da?os y tomar medidas.
'Aqu¨ª no hay seguros, ni indemnizaciones, ni fondos de la UE; las personas de las afueras, los m¨¢s humildes, lo van a pasar mal', se quejaba ayer el dise?ador C. Rocha, uno de los 400 espa?oles residentes en Praga. B¨¦lgica e Italia, entre otros, ha ofrecido ayuda t¨¦cnica para afrontar la dif¨ªcil situaci¨®n en que se encuentra no s¨®lo la capital, sino gran parte del sur del pa¨ªs. Medicinas, vacunas y material para secar los miles de lugares afectados ser¨¢n bien recibidos, seg¨²n el Gobierno checo, que envi¨® una solicitud formal a Espa?a pidiendo bombas de succi¨®n de agua y barro y 1.200 m¨¢quinas desecadoras, seg¨²n un portavoz de la Oficina de Informaci¨®n Diplom¨¢tica (OID). Espa?a 'est¨¢ estudiando' esa posibilidad, dijo.
En la parte comercial de Praga hab¨ªa ayer menos trasiego de lo habitual. 'El Gobierno y muchos empresarios pidieron a la gente que vive en las afueras que no se desplazara al centro', coment¨® Jaroslav Rudis, periodista checo. La circulaci¨®n de autom¨®viles era dos veces menor, calculaba un polic¨ªa en la plaza de San Wescenlao. Siete l¨ªneas del metro estaban empantanadas. Los autobuses no llegaban al centro. 'En la recepci¨®n me dec¨ªan que todos los transportes eran gratuitos. Y yo les contest¨¦: ?A d¨®nde vamos con ellos?... Como no sea a mirar el r¨ªo'. se quejaba un turista. Las c¨¢maras de televisi¨®n tambi¨¦n fisgaban ayer por las esquinas. Finalmente, por la tarde se supo: el Moldava ya no parec¨ªa crecer m¨¢s.
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