Mejor de lo que aparenta
La l¨ªnea alta y cuadrada del Vaneo oculta sus cualidades mec¨¢nicas y din¨¢micas. Parece un veh¨ªculo comercial, y la sensaci¨®n se mantiene al sentarse al volante, porque se va m¨¢s alto de lo normal y tiene un asiento duro y poco envolvente. Pero basta conducirlo para apreciar el tacto suave y preciso de los Mercedes.
Estabilidad sin balanceos
El Vaneo es un coche f¨¢cil y agradable de manejar y tiene un funcionamiento c¨®modo, silencioso y similar al de un turismo. Sus medidas permiten circular con agilidad en ciudad y puede incluir opciones muy pr¨¢cticas en el tr¨¢fico urbano, desde sensores de aparcamiento hasta cambio manual robotizado (sin pedal de embrague).
En carretera ofrece una estabilidad correcta, y tiene una direcci¨®n con el tacto exquisito y seguro de Mercedes que permite conducirlo con dos dedos. Pero lo que m¨¢s sorprende por su dise?o es la ausencia de balanceos laterales, tanto en trazados r¨¢pidos como en los m¨¢s virados: obedece d¨®cilmente al volante, mantiene las trayectorias y acusa poco las inercias.
Las virtudes se completan con unas suspensiones bien dise?adas que, a pesar de estar pensadas para soportar todo tipo de cargas, mantienen siempre un buen compromiso entre estabilidad y confort: son eficaces y aceptablemente c¨®modas. Tiene tambi¨¦n unos buenos frenos y las ayudas electr¨®nicas a la conducci¨®n, desde un ABS a la ¨²ltima hasta control de estabilidad ESP. Es un familiar muy completo con un comportamiento seguro que s¨®lo recuerda a las furgonetas por su peso excesivo y la sensibilidad al viento lateral. Pero el resto transmite las sensaciones de un turismo.
Un motor con poco nervio
El motor 1.7 CDi de 90 CV es el turbodi¨¦sel m¨¢s potente de la gama, pero tiene una potencia justa para el peso del Vaneo. Responde con finura desde el ralent¨ª hasta 4.000 vueltas, es silencioso y permite viajar sin agobios porque mantiene bien los cruceros legales y llanea con soltura una vez lanzado. Pero aunque puede cubrir las necesidades de prestaciones de la mayor¨ªa, le falta nervio al acelerar, sube de revoluciones con pereza y exige reducir en las subidas y sobre todo al adelantar. Y estas limitaciones hacen poco aconsejable el otro turbodi¨¦sel de 75 CV, al menos si se va a viajar a menudo.
Los consumos, en cambio, son similares a los de sus mejores rivales: poco m¨¢s de seis litros a ritmos suaves, y entre siete y ocho en ciudad y conducci¨®n alegre.
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