Condenados a concentrarse

El Gobierno est¨¢ dispuesto a echar una mano a las compa?¨ªas alternativas a Telef¨®nica. Desde la liberalizaci¨®n apenas han conseguido arrancar un 15% del mercado y, lo que es peor, a costa de cuantiosas p¨¦rdidas que ponen en peligro su viabilidad. El Ejecutivo va a aprobar una serie de medidas para favorecer una mayor competencia, pero considera necesario un esfuerzo de concentraci¨®n y ver¨ªa con buenos ojos algunas de las fusiones que se plantean en el sector.

El papel del Gobierno pasa por no poner ninguna traba en materia de competencia a cualquier proceso de fusi¨®n entre operadores

La fusi¨®n m¨¢s 'l¨®gica' a medio plazo es la de Retevisi¨®n y Ono, una vez que Auna integre toda su divisi¨®n de telefon¨ªa fija

El Gobierno acaba de plantear el marco de tarifas el¨¦ctricas que regir¨¢ en los pr¨®ximos a?os pero a la vuelta de las vacaciones tiene encima de la mesa la resoluci¨®n de un asunto mucho m¨¢s complicado: la nueva ordenaci¨®n del sector de las telecomunicaciones.

A diferencia de las el¨¦ctricas, la mayor parte de los operadores alternativos a Telef¨®nica presenta cuantiosas p¨¦rdidas. S¨®lo las seis compa?¨ªas con m¨¢s cuota de mercado por ingresos despu¨¦s de Telef¨®nica (Retevisi¨®n, Uni2, Jazztel, Ono , Euskaltel y Aunacable) perdieron m¨¢s de 600 millones de euros en 2001, una cantidad casi equiparable a sus ingresos totales, que ascendieron a 832 millones.

Pero el esfuerzo financiero realizado por los 50 operadores telef¨®nicos que operan en Espa?a apenas les ha servido para arrancar un 12,5% del mercado por ingresos y el 21,4% del tr¨¢fico que se genera en el pa¨ªs. Es decir, que el problema que se le plantea al Ejecutivo es doble: impulsar una competencia efectiva que permita a los ciudadanos disponer realmente de varias ofertas alternativas a Telef¨®nica y, por otra parte, propiciar un saneamiento financiero de los operadores entrantes para impedir que desaparezcan y, consecuentemente, disminuya a¨²n m¨¢s la competencia. Y, para complicar a¨²n m¨¢s la ecuaci¨®n, debe no disgustar en exceso a Telef¨®nica, cuyas cuentas tampoco est¨¢n para muchas alegr¨ªas.

El Gobierno quiere aunar todos estos intereses mediante un paquete de medidas liberalizadoras que ya ten¨ªa listo para dar luz verde antes de las vacaciones pero la anticipada crisis de Gobierno y la salida del mismo de la anterior titular de Ciencia y Tecnolog¨ªa, Anna Birul¨¦s, impidi¨® que se llevara al Consejo de Ministros.

Los deberes de Piqu¨¦

Josep Piqu¨¦ ha tomado el relevo al frente del departamento y desea cumplir con el encargo cuanto antes. La novedad es que el Ejecutivo est¨¢ convencido de que el mal funcionamiento del modelo creado hace casi cuatro a?os, cuando se liberaliz¨® la telefon¨ªa fija, no s¨®lo es achacable a las trabas t¨¦cnicas y comerciales que pone el antiguo monopolio sino al gran n¨²mero de compa?¨ªas.

Por eso, y aunque obviamente no tiene potestad alguna en la materia, el Gobierno ver¨ªa con buenos ojos cualquier movimiento de concentraci¨®n en el sector de forma que se consoliden dos o tres grandes operadores que verdaderamente pueden hacer una competencia efectiva a Telef¨®nica, en un modelo muy similar, seg¨²n fuentes cercanas al Ejecutivo, al de la telefon¨ªa m¨®vil, donde operan tan s¨®lo tres compa?¨ªas.

El papel del Gobierno pasa por no poner ninguna traba en materia de competencia a ese posible proceso de concentraci¨®n, en la generosidad a la hora de revisar los compromisos (inversi¨®n, empleo, etc¨¦tera) de los licenciatarios y no se descarta alg¨²n tipo de medida fiscal.

Los protagonistas de esas potenciales fusiones no son muchos. La primera de ellas podr¨ªa concretarse este mismo oto?o, con Jazztel y Uni2 como protagonistas. El principal escollo para la materializaci¨®n de la misma puede cerrarse este mismo mes de septiembre, una vez que Jazztel alcance el acuerdo con los bonistas para canjear sus t¨ªtulos de alto rendimiento por acciones de la sociedad.

Sin embargo, a medio plazo la fusi¨®n m¨¢s 'l¨®gica' es la de Retevisi¨®n y Ono, seg¨²n se?ala un directivo de una operadora. 'Ambos tienen mercados complementarios, comparten accionistas [SCH] y se dirigen al mismo cliente', a?ade. De hecho, ya se baraj¨® la fusi¨®n entre Aunacable y Ono cuando el SCH desembarc¨® en Auna, y el proyecto puede tener m¨¢s sentido, una vez que Auna complete la integraci¨®n de toda su divisi¨®n de telefon¨ªa fija (Retevisi¨®n y Aunacable).

Jos¨¦ L¨®pez-Tafall, presidente de la Asociaci¨®n de Empresas Operadoras y de Servicios de Telecomunicaciones (Astel), que agrupa a la mayor parte de los nuevos operadores, opina que 'lo importante no son las fusiones sino que exista un modelo de competencia que permita funcionar a todas las compa?¨ªas. Por supuesto que habr¨¢ fusiones en el sector, as¨ª lo impone la l¨®gica. Pero no se puede apelar como argumento ¨²nico a la necesidad de fusionarse para poder competir, porque eso ser¨ªa distraer la atenci¨®n del problema de fondo'.

Ese problema de fondo pasa por aceptar parte de las peticiones que Astel ha hecho llegar al Ejecutivo para que limite el dominio de Telef¨®nica y asegure una verdadera competencia. Entre ellas, una de las que m¨¢s posibilidades tiene de salir adelante es la factura ¨²nica, es decir, que los clientes que est¨¢n preasignados (mecanismo por el que se encaminan todas las llamadas autom¨¢ticamente por una compa?¨ªa) a los operadores alternativos aunque sigan poseyendo una l¨ªnea de Telef¨®nica, no reciban dos facturas, sino s¨®lo de la nueva compa?¨ªa, de forma que dejen de tener ninguna relaci¨®n con el ex monopolio. Una medida que afectar¨ªa a 1,6 millones de abonados. Piqu¨¦ tambi¨¦n se ha mostrado receptivo a las medidas que tratan de forzar a Telef¨®nica a cumplir los plazos que permitan a los otros operadores a ofrecer llamadas locales. Otra medida que tiene muchos visos de salir adelante es la obligaci¨®n para las Administraciones p¨²blicas de que saquen a concurso un porcentaje de su servicio de comunicaciones.

Mucho m¨¢s dif¨ªcil de prosperar tiene la petici¨®n de establecer cupos m¨¢ximos para Telef¨®nica en determinados servicios, como el ADSL. El Gobierno quiere competencia pero sin cuotas.

Por su parte, Telef¨®nica de Espa?a piensa que el desarrollo de la competencia debe 'alentarse favoreciendo una regulaci¨®n ¨²nica, estable y predecible, una regulaci¨®n que act¨²e con posterioridad, y no previamente, y que permita el desarrollo natural del mercado de banda ancha', seg¨²n fuentes de la compa?¨ªa.