?D¨®nde est¨¢ mi hijo?
Los padres de menores desaparecidos denuncian la falta de medios de la polic¨ªa para buscar a sus hijos
Despu¨¦s de s¨®lo 13 d¨ªas de rastreos y mensajes p¨²blicos dirigidos a los posibles secuestradores, los cad¨¢veres de las ni?as Jessica Chapman y Holly Wells fueron encontrados. Sucedi¨® el s¨¢bado 17 de agosto. Al poco tiempo, los padres de las chiquillas pudieron conocer la identidad del presunto asesino y de su c¨®mplice. La polic¨ªa tratar¨¢ de entregarle en los pr¨®ximos d¨ªas la respuesta a la pregunta que todo el mundo se hace: ?por qu¨¦ las mataron? Sin embargo, en Espa?a hay varios padres que cada noche barajan demasiadas preguntas desde hace semanas, meses y a?os: c¨®mo, cu¨¢ndo, por qu¨¦, d¨®nde, qui¨¦n, de qu¨¦ manera. Dan vueltas en la cama y se ven cada vez m¨¢s solos. Son los familiares espa?oles de ni?os desaparecidos. Algunos se?alan que el Ministerio del Interior deber¨ªa tomar nota de la diligencia y la eficacia con que la polic¨ªa brit¨¢nica ha actuado.
'Si un ni?o lleva meses sin aparecer, lo m¨¢s seguro es que est¨¦ muy cerca de donde viv¨ªa'
'Hoy tuve un rato libre y me fui al metro. Busc¨¢ndole entre todos los chavales de su edad'
'Claro que la mayor¨ªa termina apareciendo. Pero a m¨ª me preocupa los que no aparecen'
Angustias Rold¨¢n Fern¨¢ndez, por ejemplo, desapareci¨® cuando ten¨ªa 14 a?os en 1986. Su madre, Angustias Fern¨¢ndez, narraba esta semana la ¨²ltima conversaci¨®n: 'Era domingo y qued¨® con una sobrina para ir a bailar. Le di 400 pesetas. Le dije: 'Angustitas, ven a las nueve'. Ella me dijo: 'A las nueve y media, mam¨¢'. Y hasta ahora. Yo tengo esperanza de ver a mi hija. Me han hecho las pruebas de los genes dos veces para ver si era alg¨²n cad¨¢ver. Para m¨ª que est¨¢ viva y en una secta. Sue?o mucho con ella. A veces la veo contenta y a veces muy seria. Y nunca habla, se retira de m¨ª'.
Hay muchos m¨¢s casos. Algunos, como el de Isidro y Dolores Pires Orrit, dos hermanos de 5 y 17 a?os que desaparecieron el 5 de septiembre de 1988 de un hospital catal¨¢n, s¨®lo perviven ya en la memoria de sus familiares. Pero los hay tambi¨¦n mucho m¨¢s recientes, como el de Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez Mart¨ªn, desaparecida hace dos a?os, a la edad de 18, de la localidad granadina de Motril.
La familia de Mar¨ªa Teresa ha ofrecido 42.071 euros (siete millones de pesetas) por una pista fiable. Veinte a?os, 1,70 de estatura, complexi¨®n delgada y un lunar en el lado izquierdo de la frente. As¨ª es Mari Tere. La noche en que desapareci¨® mand¨® un mensaje a un amigo que dec¨ªa: 'Puede que tarde, pero voy. Esp¨¦rame'.
Teresa Mart¨ªn, la madre, no se cansa de contar la historia de su hija. 'El 18 de agosto terminamos de cenar, la baj¨¦ a la feria. Todo estupendo. Ella quer¨ªa ser profesora de franc¨¦s. Estaba haciendo el bachillerato. Montaba a caballo, ten¨ªa tres. Tocaba el piano y compon¨ªa sus propias canciones. Me dio un beso, dijo hasta luego. Y ya no m¨¢s'.
La madre de Mari Tere lamenta que el comisario que hab¨ªa antes en Motril apenas prestase atenci¨®n al caso porque alegaba que su hija ya era mayor de edad y que pod¨ªa tratarse de una desaparici¨®n voluntaria.
Otra de las desapariciones m¨¢s intrigantes, una de las m¨¢s dif¨ªciles de aclarar en la historia reciente de la Guardia Civil, es la de Donovan P¨¢rraga, el ni?o de 12 a?os desaparecido hace seis meses en Trijueque (Guadalajara, 300 habitantes). El pasado 27 de febrero, a las siete de la tarde, lo vieron por ¨²ltima vez cuando se dirig¨ªa a la clase de yudo. Los padres, Francisco y Gloria, llevan separados unos 18 meses, pero a la hora de buscar al ni?o no ha habido fisuras. Han desplegado carteles por Madrid y por Guadalajara, han llamado a cientos de tel¨¦fonos y a decenas de despachos. Y sin resultados hasta el momento.
De la labor de la Guardia Civil de Guadalajara, quien lleva el peso de la investigaci¨®n, se muestran satisfechos. 'En cambio, no puedo decir lo mismo del responsable del Grupo de Menores [Grume] de Madrid ', se?ala el padre de Donovan. 'Es la primera cr¨ªtica que hago. Hasta ahora he mantenido un silencio demasiado escrupuloso. Pero es que he intentado, al menos en cuatro ocasiones, entrevistarme con ¨¦l y no me ha recibido. S¨®lo me llam¨® una vez y fue para preguntarme si mi hijo tiraba piedras con la mano izquierda. Y el caso m¨¢s sangrante fue cuando mi madre, que vive en Madrid, recibi¨® una llamada de Donovan el 16 de marzo, apenas un mes despu¨¦s de la desaparici¨®n. En otra llamada, Donovan le dec¨ªa: 'Abuela, dile a pap¨¢ que vengan r¨¢pido a buscarme. Estoy llamando desde una cabina. Dile que se d¨¦ prisa porque...'. Y ah¨ª se cort¨®. La llamada apenas dur¨® unos segundos. Y Telef¨®nica registr¨® la calle y la hora desde donde se hab¨ªa hecho a cobro revertido. Pero el Grupo de Menores esa noche no quiso actuar. Tuvieron que venir cuatro guardias civiles desde Guadalajara. Y despu¨¦s no quisieron ir a tomarle declaraci¨®n a mi madre a casa, a pesar de que la oficina del Grupo de Menores est¨¢ a 100 metros de la casa de mi madre. Tan s¨®lo se limitaron a llamarla por tel¨¦fono y a preguntarle: '?Pero est¨¢ usted segura de que era su nieto al cien por cien?'. Y, claro, mi madre es una mujer de 67 a?os que no tuvo reflejos para hacerle a Donovan preguntas m¨¢s concretas que pudiesen demostrar que era ¨¦l. M¨¢s de un responsable policial deber¨ªa preguntarse por qu¨¦ en el Reino Unido las fuerzas del orden han obtenido resultados en menos de 15 d¨ªas. De todas formas... que un responsable de un grupo no est¨¦ a su altura no significa que los agentes que est¨¢n en la calle y que pueden identificar a Donovan no lo vayan a estar'.
'El Grupo de Menores ha trabajado todo lo que puede y m¨¢s. Pero los padres de estos chicos no estar¨¢n nunca contentos con la actuaci¨®n policial mientras sus hijos no aparezcan', se?ala Jos¨¦ Manuel Seara, portavoz de la polic¨ªa.
Los especialistas de la polic¨ªa aseguran que Espa?a, 'por fortuna', no es un pa¨ªs como Estados Unidos, donde los lecheros incorporan la foto del ni?o a sus botellas cada ma?ana.
Jos¨¦ Manuel Anse¨¢n, jefe de los delitos contra las personas, en la brigada judicial de la polic¨ªa, lleva desde 1994 con casos de personas que faltan del domicilio. 'En el Reino Unido hay mucho pederasta. Pero aqu¨ª no. Ni siquiera tr¨¢fico de blancas con menores; eso no se ve por aqu¨ª. En Espa?a, el 99% de las desapariciones son voluntarias. Yo dir¨ªa que s¨®lo una de cada dos mil son involuntarias. F¨ªjese: en el a?o 2001 nosotros recibimos 14.966 denuncias por desapariciones; de ellas, 8.405 eran relativas a menores. Muchos de ellos son extranjeros que se fugan del centro de acogida, y con la nueva ley del menor esas fugas constan como desapariciones. A principios de este a?o, las 8.405 denuncias del a?o 2001 ya se hab¨ªan reducido a 6.417. Y de ¨¦sas, s¨®lo 13 eran de menores de 13 a?os. La mitad de esas 13 eran de ni?os extranjeros, y la mayor¨ªa de esas 13, la inmensa mayor¨ªa, eran o bien ni?os que se escapaban de sus centros de tutela, o bien matrimonios separados que denunciaban el rapto del hijo por parte de su antigua pareja'.
El teniente Carlos Franco, de la Guardia Civil, encargado de coordinar las denuncias de desaparecidos, cuenta con tres mil casos. Aparte de ellos, los mossos y la Ertzaintza barajan sus propias estad¨ªsticas tambi¨¦n. Y tanto el polic¨ªa como el guardia civil coinciden en lo b¨¢sico:
a) Que hay cierta descoordinaci¨®n entre las fuerzas de seguridad.
b) Que a menudo los familiares de los desaparecidos olvidan retirar las denuncias cuando el familiar aparece, con lo cual las cifras suelen ser enga?osas.
c) Que el 99% de las desapariciones son voluntarias y terminan apareciendo.
d) Que el papel que les corresponde a ellos desde Madrid es m¨ªnimo. Que quienes llevan realmente el peso de las investigaciones son las comisar¨ªas o cuarteles de la zona donde ha ocurrido el suceso.
Coinciden, adem¨¢s, en otro punto clave: la experiencia, tanto del polic¨ªa Jos¨¦ Manuel Anse¨¢n (ocho a?os con casos de desaparecidos) como de su colega el guardia civil Carlos Franco (dos a?os), les dice que casi nunca hay que ir demasiado lejos para encontrar al chiquillo: 'Si un ni?o menor de 13 a?os lleva meses sin aparecer, hay que buscarlo muy cerca de donde viv¨ªa. Lo que ocurre es que eso es muy duro, porque implica buscar restos, buscar un cad¨¢ver', se?ala Anse¨¢n.
Y as¨ª ocurri¨® con Jonathan. A¨²n no ha podido desprenderse de la memoria colectiva el caso de Jonathan Vega Barrull, el ni?o que desapareci¨® el 27 de mayo de 2000 del hipermercado Pryca, de San Fernando de Henares. Ten¨ªa dos a?os y ocho meses, los ojos azules, el pelo rubio. La familia, de raza gitana, se moviliz¨® por todo el pa¨ªs con una furgoneta. Y al cabo de seis meses, un camionero encontr¨® el cad¨¢ver del ni?o en un descampado no muy lejos del centro. Los forenses se declararon incapaces de se?alar la causa del fallecimiento. Y la polic¨ªa declar¨® que pudo tratarse desde una muerte accidental hasta un homicidio. Hasta el momento, no se sabe nada m¨¢s.
En el caso de Donovan, la Guardia Civil ha hecho cinco rastreos cerca del pueblo de Guadalajara. En el primero emple¨® a 50 hombres, y en el ¨²ltimo, unos 40. El tiempo juega en contra de los familiares. La madre le comentaba con tristeza al padre el jueves pasado que ya hay bastantes menos carteles en el metro. 'Pero yo no puedo evitar seguir busc¨¢ndolo a cada momento', comentaba la madre. 'Hoy ten¨ªa un rato libre y me he ido a la estaci¨®n de metro de Sol. Mirando a todos los chavales de su edad. Me qued¨¦ con la vista fija en uno que se le parec¨ªa bastante, aunque era algo mayor, y ya cuando se levant¨® me convenc¨ª de que no era ¨¦l. Y cuando conduzco cerca de la casa donde vive su abuela, en Madrid, voy m¨¢s mirando a los ni?os que conduciendo. Pendiente de los andares de todos'.
'?se es un dato muy importante para quien pueda ayudarnos a localizarle', comenta el padre. 'Donovan no mueve los brazos al comp¨¢s de los pies. Los deja m¨¢s bien est¨¢ticos'.
Francisco y Gloria conf¨ªan en la gente, en que puedan darles pistas. Sin embargo, el jefe de la polic¨ªa no conf¨ªa mucho en los testigos que dicen haber visto a alg¨²n ni?o desaparecido. 'La gente suele tener muy buena voluntad, pero mala memoria fotogr¨¢fica, a no ser que sea alg¨²n familiar quien lo vea', se?ala Jos¨¦ Manuel Anse¨¢n.
Francisco P¨¢rragas, el padre de Donovan, nada m¨¢s desaparecer su hijo, se dedic¨® tres meses en cuerpo y alma a buscarlo. 'He ido a zonas conflictivas, a varios pol¨ªgonos industriales a las cuatro y a las cinco de la ma?ana. Y a¨²n sigo dispuesto a ir a donde sea. Pero esto es muy raro. Mi hijo jam¨¢s cogi¨® un tren de cercan¨ªas solo. No es el t¨ªpico ni?o aventurero. Es t¨ªmido, le gusta el medio rural donde vive. No me lo imagino seis meses deambulando por Madrid. Al principio se pod¨ªa pensar incluso que se trataba de una rabieta infantil y que se march¨®, pero ya no cabe esa posibilidad'.
Espa?a no es un pa¨ªs como Estados Unidos o el Reino Unido. Pero se han dado casos demasiado similares al que ha ocurrido recientemente en el Reino Unido. Casos que ya ni la polic¨ªa especializada recuerda. Casos como el de Ana Mar¨ªa Jerez Cano, quien desapareci¨® con nueve a?os en Huelva el 16 de febrero de 1991. Sali¨® de su casa un s¨¢bado en direcci¨®n a la de su abuela, a pocos metros de all¨ª. La madre de la ni?a, Adoraci¨®n Cano, de profesi¨®n ayudante t¨¦cnica Sanitaria, hizo varios llamamientos ante los medios de comunicaci¨®n para que dejasen en libertad a la ni?a. A los 69 d¨ªas de su desaparici¨®n, el cad¨¢ver de la ni?a apareci¨® en aguas de la r¨ªa del Tinto, a cuatro kil¨®metros de Huelva. Y a los pocos d¨ªas apareci¨® el hombre que la descuartiz¨® y la mat¨®: Jos¨¦ Franco, alias Pepe el Bocas, un vecino pr¨®ximo a la familia.
M¨¢s casos. No es necesario recordar a las tres ni?as de Alc¨¤sser. Hay ejemplos mucho m¨¢s cercanos. Como el de Tamara Navas, la ni?a de nueve a?os desaparecida el 1 de marzo de 2001 en Salou (Tarragona). Varios meses despu¨¦s, el cad¨¢ver de Tamara apareci¨® en el piso de un alba?il de 45 a?os que viv¨ªa cerca de Tamara. El alba?il permanece en prisi¨®n.
Manuel Jaime Lorente, presidente de Inter SOS, asociaci¨®n afincada en Catalu?a formada por familiares de desaparecidos, lamenta el actual estado de la situaci¨®n policial: 'Hemos visto el despliegue que se ha hecho en Inglaterra para buscar a esas ni?as. Esto en Espa?a no existe. Nuestra lucha es para que se cree un cuerpo policial dedicado exclusivamente a la b¨²squeda de personas. Que tenga los suficientes medios t¨¦cnicos y humanos'.
'Y que no haya tanta descoordinaci¨®n entre las distintas fuerzas', se?ala Jaime Lorente. 'El primer programa de b¨²squeda gen¨¦tica es el F¨¦nix, el que la Guardia Civil y la Universidad de Granada pusieron en marcha sobre el a?o 1998 a causa de nuestro continuo batallar. Despu¨¦s, la polic¨ªa ha creado otro, el GENio, los mossos est¨¢n creando el suyo y la Ertzaintza prepara el suyo? ?Para qu¨¦ tantos si adem¨¢s no se intercambian la informaci¨®n?'.
'Y al principio no quer¨ªan hacer estas pruebas con los cad¨¢veres porque dec¨ªan que eran muy caras, que costaban cerca de 500.000 pesetas', se?ala Juan Manuel Bergia, otro miembro de Inter Sos, con una ni?a de 16 a?os desaparecida desde hace un lustro.
'No le falta raz¨®n a esta asociaci¨®n', reconoce el propio jefe de la polic¨ªa, Jos¨¦ Manuel Anse¨¢n. 'Hay falta de coordinaci¨®n entre los distintos cuerpos, eso no se puede negar. Y hay falta de medios tambi¨¦n. Lo ¨²nico que yo puedo hacer desde mi oficina en Madrid es incordiar un poco cada final de mes a las comisar¨ªas. Llamarles, hacer que se muevan las denuncias, que se sepa en qu¨¦ estado se halla cada una, y poco m¨¢s. Nos mata tambi¨¦n la rutina. El 99% de los desaparecidos aparecen al poco tiempo. Y no vas a pensar que el siguiente caso que te corresponde es aquel en el que tienes que esforzarte'.
'Claro que aparecen la mayor¨ªa. Pero a m¨ª lo que me preocupa es esa minor¨ªa que no aparece. Y para ello, lo primero que deber¨ªa crearse es un cuerpo especializado', se?ala Juan Manuel Bergia.
La hija de Juan Manuel, Cristina Bergia, desapareci¨® de Cornell¨¢ (Barcelona) con 16 a?os el 10 de marzo de 1997. Cinco a?os despu¨¦s, a su padre, Juan Manuel Bergia, de 55 a?os y metal¨²rgico de profesi¨®n, a¨²n se le entrecorta la voz cuando habla de ella. 'Durante 30 meses la polic¨ªa nacional estuvo buscando a mi hija por todas partes. Incluso en los vertederos. Porque recibi¨® un an¨®nimo diciendo que buscaran el cuerpo de Cristina en los contenedores. Cuando ocurri¨® lo de Alc¨¤sser, mi hija no hab¨ªa desaparecido. Y piensas que a ti eso no te va a tocar nunca. Despu¨¦s de cinco a?os, a¨²n no tenemos noticias de ella. Y nuestro ¨²nico objetivo en la vida es saber qu¨¦ ha ocurrido con nuestra hija'.
'Cristina eleg¨ªa los sitios ella para ir de vacaciones, organizaba los cumplea?os... Y ahora no tenemos ni cumplea?os, ni vacaciones, ni lo m¨¢s importante, que es nuestra hija. Si algo nos est¨¢ dando fuerza es que no hemos deca¨ªdo nunca'.
Pasar¨¢ el verano y los padres de los ni?os desaparecidos seguir¨¢n buscando pistas y tratando de que Interior les haga caso.
Casos sin resolver
Uno de los casos de desaparici¨®n m¨¢s enigm¨¢ticos es el de Juan Pedro Mart¨ªnez G¨®mez, el ni?o de 10 a?os que desapareci¨® en junio de 1986 cuando el cami¨®n cisterna que conduc¨ªa su padre y que transportaba ¨¢cido sulf¨²rico sufri¨® un accidente en la bajada del puerto de Somosierra. Fallecieron los padres del ni?o que viajaban en la cabina del veh¨ªculo. Los familiares de la madre del ni?o llegaron a contratar a un detective privado convencidos de que la Guardia Civil no hab¨ªa investigado bien el tema y de que el ni?o hab¨ªa sido secuestrado. Los agentes sugirieron que el chaval, de metro y medio de altura y 46 kilos de peso, pudo disolverse en ¨¢cido sulf¨²rico. Pero la familia no crey¨® tal versi¨®n. Imprimieron 100.000 carteles con una foto del ni?o vestido de comuni¨®n y la leyenda 'se busca'; 55.000 los enviaron a colegios, ayuntamientos y oficinas de Correos, y los dem¨¢s los pegaron ellos durante los fines de semana por las calles de todas las ciudades de Espa?a. De seguir vivo, Juan Pedro tiene hoy 26 a?os. Al a?o siguiente de la desaparici¨®n del ni?o de Somosierra, en 1987, sucedi¨® otra que conmocion¨® al pa¨ªs durante varios meses: la de David Guerrero Guevara, el llamado ni?o pintor de M¨¢laga. David, de 14 a?os, sali¨® de su casa sobre las 18.30 del 6 de abril de 1987 para acudir a la galer¨ªa de arte La Maison, donde se expon¨ªa por primera vez uno de sus cuadros. Jam¨¢s se le volvi¨® a ver. Durante un a?o, Jorge Guerrero, el padre de David, acudi¨® a diario a comisar¨ªa por ver si se sab¨ªa algo. Y nada. Si estuviese vivo, David Guerrero Guevara habr¨ªa cumplido 29 a?os. 'Yo no querr¨ªa ya remover el tema de mi hijo', declar¨® el padre a este peri¨®dico, 'mientras no haya ninguna prueba nueva. Mi mujer se pone muy nerviosa y preferir¨ªa no removerlo'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.