"Un segundo atentado ser¨ªa el tiro de gracia emocional para EE UU"
El psiquiatra sevillano Luis Rojas Marcos vivi¨® el 11 de septiembre en primera l¨ªnea de fuego. Responsable durante a?os de los servicios p¨²blicos de salud mental de Nueva York y profesor de Psiquiatr¨ªa de una universidad neoyorquina desde el pasado febrero, Rojas Marcos coordin¨® la asistencia a los afectados por los atentados de las Torres Gemelas. Un a?o m¨¢s tarde, el psiquiatra publica el libro M¨¢s all¨¢ del 11 de septiembre. La superaci¨®n del trauma (Espasa), que intenta explicar los efectos de aquella tragedia que sacudi¨® los cimientos del mundo y abri¨® una nueva etapa.
Despu¨¦s de subrayar que la sociedad estadounidense comienza a superar aquel brutal impacto y a interrogarse sobre las razones de un creciente antiamericanismo, Rojas Marcos se?ala con rotundidad: 'Ahora bien, un segundo atentado ser¨ªa devastador, tendr¨ªa unas consecuencias imprevisibles'. 'Hay que tener en cuenta', explica, 'que las personas m¨¢s afectadas por el 11 de septiembre fueron aquellas que ya hab¨ªan padecido un trauma anterior. En nuestro inconsciente colectivo un ¨²nico atentado puede entenderse como un accidente, pero un segundo marca una tendencia. Por ello, un segundo atentado ser¨ªa el tiro de gracia emocional para Estados Unidos'.
'Cada vez m¨¢s gente empieza a rebelarse contra un autoritarismo que cercena libertades'
A juicio de Rojas Marcos, Estados Unidos ser¨ªa incapaz de convivir con un terrorismo estable y prolongado como los casos de ETA o del IRA en Europa. 'Una situaci¨®n de permanente terrorismo', comenta el psiquiatra y escritor, 'ser¨ªa inconcebible en Estados Unidos. Una cuesti¨®n diferente es que el enemigo se encuentre lejos de sus fronteras como ocurri¨® en Vietnam en el pasado o como sucede en el presente con Irak. Pero los brotes de terrorismo que ha padecido la sociedad norteamericana, como los Panteras Negras o el Ej¨¦rcito Simbi¨®tico de Liberaci¨®n, desaparecieron con mucha rapidez, es decir, fueron eliminados de modo fulminante. De cualquier modo, los norteamericanos tendr¨¢n que aprender a convivir con la amenaza del terrorismo como han hecho los europeos'. Para Rojas Marcos, est¨¢ claro que el 11 de septiembre ha acentuado las tendencias patri¨®ticas y xen¨®fobas de muchos estadounidenses y los musulmanes han sido colocados en el punto de mira. 'Se han roto un poco los valores de una sociedad multirracial', dice, 'porque en primera instancia se demoniza a Bin Laden, pero luego se extiende el odio a todos los isl¨¢micos, a los que tienen un determinado aspecto f¨ªsico... De todos modos, la mayor¨ªa de musulmanes que vive en Estados Unidos est¨¢ muy integrada y resulta curioso ver que los que han mantenido m¨¢s tiempo las banderas en sus taxis o en sus comercios han sido los isl¨¢micos'.
Atribuye Rojas Marcos estas actitudes al miedo, al p¨¢nico a la muerte propia o a la desaparici¨®n de seres queridos. A partir de una cita de Michel de Montaigne, escritor franc¨¦s del siglo XVI, -'a lo que m¨¢s miedo tengo es al miedo mismo'-, Rojas Marcos describe el miedo como algo paralizante. Este miedo se halla, en opini¨®n del psiquiatra, en la ra¨ªz del respaldo de amplios sectores sociales a la pol¨ªtica autoritaria de la Administraci¨®n de George W. Bush. 'No obstante y seg¨²n pasa el tiempo sin que se produzcan nuevos atentados', manifiesta Rojas Marcos, 'cada vez m¨¢s gente empieza a rebelarse contra un autoritarismo que cercena libertades civiles que los norteamericanos aprecian mucho. Desde hace un par de meses han aumentado las reticencias con respecto a un ataque a Irak. Aquello de golpear por golpear tiene hoy menos adeptos que antes. Por otra parte, la econom¨ªa va mal y muchos ciudadanos comienzan a pedirle a Bush que reflote las finanzas en lugar de tirar bombas a Irak'.
Con 59 a?os reci¨¦n cumplidos y una vida repartida entre Espa?a y Nueva York, Luis Rojas Marcos pasar¨¢ este 11 de septiembre en su pa¨ªs natal. 'Me sentir¨¦ mejor aqu¨ª despu¨¦s de la catarsis que ha significado la escritura del libro que me ha servido para ordenar ideas y emociones', se?ala. Inquieto desde ni?o hasta el punto de que su madre siempre le dec¨ªa que la curiosidad lo matar¨ªa alg¨²n d¨ªa, el psiquiatra sevillano dej¨® el pasado febrero su puesto al frente de los hospitales p¨²blicos de Nueva York para dedicarse a dar clases de psiquiatr¨ªa, escribir art¨ªculos y publicar libros. Ocupado hasta la extenuaci¨®n en atender a pacientes en las semanas siguientes al 11 de septiembre de 2001, Luis Rojas Marcos se desmoron¨® el d¨ªa en que una enfermera le pregunt¨® en una asamblea por su estado de ¨¢nimo. 'Dej¨¦ de contestar la pregunta y, poco despu¨¦s, llor¨¦ en silencio por primera vez desde la tragedia. Ese mismo d¨ªa me llam¨® un colega y me dijo con afecto que en casa del herrero, cuchillo de palo. Me vino muy bien reconocer mis emociones para superar el trauma. Como les ha ocurrido a muchos norteamericanos'.
Luis Rojas Marcos charla con los lectores de ELPAIS.es el martes 10, a las 17.00 horas.
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