Los aviones militares de EE UU podr¨¢n usar cualquier aeropuerto si lo piden 48 horas antes
El nuevo convenio bilateral remitido al Congreso flexibiliza las condiciones de escalas y sobrevuelos
El nuevo convenio de Defensa con EE UU, que el Gobierno ha remitido al Congreso para su ratificaci¨®n, flexibiliza y simplifica las condiciones para sobrevuelos y escalas de aviones militares estadounidenses en Espa?a. Desaparece, por ejemplo, el requisito de comunicar con siete d¨ªas h¨¢biles de antelaci¨®n los vuelos programados y en su lugar se establecen permisos gen¨¦ricos de tres meses de vigencia para los vuelos log¨ªsticos. Los dem¨¢s aviones podr¨¢n sobrevolar y hacer escalas en las bases de Rota y Mor¨®n, as¨ª como en cualquier otro aeropuerto espa?ol, civil o militar, si piden permiso 48 horas antes.
El nuevo convenio divide los vuelos militares norteamericanos en tres categor¨ªas. La primera la forman los aviones desplegados en Espa?a que, como hasta ahora, podr¨¢n entrar y salir del espacio a¨¦reo, y utilizar las bases sin m¨¢s requisitos que el cumplimiento de la reglamentaci¨®n de circulaci¨®n a¨¦rea. Luego est¨¢n los vuelos de apoyo log¨ªstico, que gozar¨¢n de unos nuevos permisos de car¨¢cter gen¨¦rico y duraci¨®n trimestral para sobrevolar y hacer escala en Rota (C¨¢diz) y Mor¨®n de la Frontera (Sevilla), siempre 'que no transporten personalidades, mercanc¨ªas peligrosas, ni pasajeros o carga que pudieran ser controvertidos para Espa?a'. Por ¨²ltimo, los dem¨¢s aviones de la Fuerza A¨¦rea de EE UU, cuyos sobrevuelos y escalas en las bases conjuntas, 'as¨ª como [en] cualquier otra base, aer¨®dromo o aeropuerto espa?ol', podr¨¢n ser autorizadas si lo piden 'con una antelaci¨®n de 48 horas'.
Este nuevo r¨¦gimen se justifica por parte espa?ola en base a la necesidad de 'agilizar' y 'simplificar' los procedimientos para conceder autorizaciones, eliminando burocracia. La extensi¨®n de las autorizaciones a cualquier aer¨®dromo o aeropuerto espa?ol, y no s¨®lo a las bases de Rota y Mor¨®n, ya se concedi¨® con motivo de la guerra de Afganist¨¢n, aunque no lleg¨® a utilizarse. Como contrapartida, Espa?a tendr¨¢ permisos anuales para sus aviones militares que vayan a EE UU, obviamente muchos menos.
Sin preguntas
El texto agrega que, 'salvo en caso de autorizaci¨®n expresa de las autoridades espa?olas, no se realizar¨¢n vuelos en condiciones VFR (Reglas de Vuelo Visual) o que puedan representar riesgo especial para la poblaci¨®n'. El r¨¦gimen de escalas de barcos estadounidenses en puertos espa?oles no se modifica, aunque se ampl¨ªa la autorizaci¨®n a los buques de la Guardia Costera de EE UU que, al parecer, tienen intenci¨®n de operar muy lejos de las costas de su pa¨ªs.
Se mantiene el compromiso espa?ol de no preguntar el tipo de armas que llevan los barcos de EE UU, as¨ª como el compromiso estadounidense de no instalar, almacenar o introducir armas nucleares o no convencionales sin autorizaci¨®n del Gobierno espa?ol. Mediante un nota de 1988, a¨²n vigente, Washington se da por enterado de la pol¨ªtica espa?ola de que no sobrevuelen su territorio aeronaves con armas o material nuclear a bordo.
El nuevo convenio, firmado el pasado 10 de abril en Madrid por el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, y el entonces ministro espa?ol de Asuntos Exteriores, Josep Piqu¨¦, es en realidad una enmienda al tratado de 1988, aunque de gran calado, pues consta de 54 art¨ªculos, cuatro disposiciones y dos notas verbales. Se mantiene, sin embargo, lo que constituye el eje central del acuerdo: la necesidad de que cualquier uso de las bases que vaya m¨¢s all¨¢ del '¨¢mbito bilateral o multilateral', en el marco de la OTAN, sea autorizado previamente por el Gobierno espa?ol. Un hipot¨¦tico ataque de EE UU contra Irak, sobre el que se especula estos d¨ªas, entrar¨ªa de lleno en este supuesto.
No obstante, en la l¨ªnea de mayor flexibilidad que ha llevado a simplificar el r¨¦gimen de autorizaciones para aviones militares, el nuevo convenio prev¨¦ la posibilidad de que se creen nuevas instalaciones de apoyo de las Fuerzas Armadas de EE UU sin modificarlo, mediante un mero acuerdo del comit¨¦ permanente bilateral, lo que abre la puerta a la ampliaci¨®n de las capacidades de Rota que pretende el Pent¨¢gono.
El texto definitivo no arroja luz sobre el punto m¨¢s pol¨¦mico cuando se firm¨®: la posibilidad de que act¨²en en Espa?a los servicios de investigaci¨®n criminal de la Marina y el Ej¨¦rcito del Aire de EE UU, pues se limita a se?alar que 'las autoridades compatentes de ambos pa¨ªses deber¨¢n establecer las normas reguladoras' de su actuaci¨®n.
En plena pol¨¦mica sobre el rechazo de Washington a la Corte Penal Internacional, el convenio mantiene un fuero especial para los militares norteamericanos, que no ingresar¨¢n en la c¨¢rcel cuando un juez espa?ol dicte prisi¨®n preventiva contra ellos, sino que quedar¨¢n bajo custodia de las autoridades de su pa¨ªs.
Esta cla¨²sula, que el nuevo convenio ampl¨ªa a los miliares estadounidenses destinados los cuarteles de la OTAN en Retamares (Madrid) o Valencia, no se aplica sin embargo a los militares espa?oles destinados en EE UU.
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