Una mirada precoz a la ciencia
Un proyecto ense?a a ni?os de 27 colegios a observar a los seres vivos con una visi¨®n cient¨ªficaUn proyecto ense?a a ni?os de 27 colegios a observar a los seres vivos con una visi¨®n cient¨ªfica
Un proyecto ense?a a ni?os de 27 colegios a observar a los seres vivos con una visi¨®n cient¨ªfica. Un proyecto ense?a a ni?os de 27 colegios a observar a los seres vivos con una visi¨®n cient¨ªfica.
Cada d¨ªa aparecen nuevos y sofisticad¨ªsimos aparatos para el estudio pormenorizado de los seres vivos. Pero a¨²n hay otra herramienta, al alcance de cualquiera, para acercarse a este conocimiento, y ¨¦sta es la mirada cient¨ªfica. As¨ª, con lo puesto -ojos, cerebro y coraz¨®n-, alumnos de 27 escuelas catalanas han participado en diversos talleres sobre educaci¨®n cient¨ªfica, organizados por el Museu de la Ci¨¨ncia de Barcelona, y han aprendido a estrenar y entrenar su mirada cr¨ªtica, a analizar lo que ven sus ojos. Estos ni?os, con edades comprendidas entre tres y 10 a?os, que imitan sin saberlo el m¨¦todo del gran viajero y cient¨ªfico Humboldt, empiezan a reconocer la relaci¨®n entre los seres vivos y su h¨¢bitat: ante ellos, toda una naturaleza para estudiar, clasificar y codificar.
'Se trata de que a partir de la observaci¨®n de su entorno m¨¢s cercano los ni?os aprendan a mirar y a preguntarse qu¨¦ hay, qu¨¦ pasa, qu¨¦ cambia, y su por qu¨¦, adem¨¢s de empezar a distinguir entre las partes y el todo, entre lo est¨¢tico y el cambio, entre lo que se ve y lo que no se ve, y entre lo concreto a lo abstracto', reflexiona Mariona Espinet, del departamento de Did¨¢ctica de la Matem¨¢tica y de las Ciencias Experimentales de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, una de las organizadoras de estos talleres para las escuelas.
La experiencia consisti¨® en que, a lo largo de una serie de visitas preparadas, los ni?os estudiaron todo lo que acontec¨ªa a los m¨¢s diversos animales con los que se iban cruzando en los diferentes h¨¢bitats que sus profesores hab¨ªan elegido: parques, balsas, playas, bosques o simples parterres. Pollitos, insectos de palo, gusanos de seda, sapos, gatos, grillos, peces y hormigas fueron observados por ojos infantiles -'hasta la hipnosis', seg¨²n una profesora-, y despu¨¦s eran trasladados a las aulas para volverlos a estudiar fuera de su entorno. 'A partir de estas actividades a modo de juego, los ni?os empiezan a mirar de otra manera, interrog¨¢ndose acerca del modo de vida de la lombriz o del p¨¢jaro, de forma que comienzan a construir un concepto de nicho ecol¨®gico comprensible, donde las correlaciones entre las necesidades de los organismos y sus modos de satisfacerlas encuentran una respuesta precisa en los recursos materiales y energ¨¦ticos de su ambiente', razona Maria Arc¨¤, del Consiglio Nazionale delle Ricerche, de la Universit¨¤ di Roma-La Sapienza, que cerr¨® la jornada de conclusiones sobre los talleres.
Un ejemplo: en la escuela Ginesta, las maestras del primer curso de primaria iniciaron la actividad a partir de una serie de conversaciones, juegos de lenguaje y relatos de cuentos sobre el gusano de seda. Tras las charlas, los ni?os dibujaron al animal en su entorno, y despu¨¦s prepararon su h¨¢bitat en clase, lo que les permiti¨® describir, comparar y registrar datos sobre su crecimiento o su alimentaci¨®n. El trabajo elaborado anima a los ni?os a hacerse preguntas sobre el gusano de seda, su transformaci¨®n en mariposa y sus funciones vitales. Luego llegaron las explicaciones.
El intento de comprender la vida
En el colegio Els Pins, los ni?os recogieron material en un parque y los profesores prepararon conversaciones sobre lo que los peque?os investigadores consideraban que est¨¢ vivo y lo que no, a la vez que, entre todos, recog¨ªan muestras de diferentes tipos de animales: inesperadamente, algunos de ellos murieron y entre el grupo se plante¨® c¨®mo debe construirse un terrario, considerando sus necesidades. 'Poco a poco, los ni?os van asimilando que en el entorno est¨¢n representadas la diversidad y las interacciones', asegura Maria Arc¨¤, para quien la conclusi¨®n m¨¢s positiva es que 'aprenden a mirar cr¨ªticamente y se inician en lo que nunca se acaba, en el intento de comprensi¨®n de la vida y de la muerte'. 'Estos ejercicios ayudan a diferenciar, y a diferenciarse, a crecer con criterio propio, a construir el pensamiento y ser cognitivamente aut¨®nomo. Pero el problema, como en tantas cosas, es la prisa: se trata ni m¨¢s ni menos de aprender a enfrentarse con el mundo'. 'No se trata de transformar a los ni?os en peque?os cient¨ªficos, si no en atentos observadores del mundo', a?ade Arc¨¤. Este tipo de ejercicios ayudan a que, en un futuro, los ni?os contribuyan 'a formar sistemas sostenibles, reducir el impacto de la actividad humana y restaurar sistemas ambientales da?ados', dice Jaume Terradas, del departamento de Biolog¨ªa Animal, Biolog¨ªa Vegetal y Ecolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.
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