La necesidad de la 'resistencia heroica'
En 1953, en el apogeo de la caza de brujas anticomunista en Estados Unidos, un prestigioso comentarista televisivo, Edward Murrow, denunci¨® en la CBS la paranoia hist¨¦rica de su orquestador, Joe McCarthy. Lo hizo con sobriedad y estrictos recursos period¨ªsticos: hechos, documentos, testimonios. McCarthy result¨® 'herido de gravedad' y as¨ª comenz¨® el principio de su fin, escribe Arthur Miller en La noche en que Ed Murrow devolvi¨® el golpe, uno de los 44 ensayos y reportajes reunidos en Al correr de los a?os. Miller, que tambi¨¦n combati¨® el mccarthysmo con un arma propia, la pieza teatral Las brujas de Salem, rinde en ese texto homenaje a Murrow, 'la voz de la decencia', un personaje que, rompiendo el miedo generalizado a McCarthy, demostr¨® 'la persistencia de los escr¨²pulos como principio vital'.
AL CORRER DE LOS A?OS. ENSAYOS REUNIDOS (1944-2001)
Arthur Miller Traducci¨®n de Jordi Fibla Tusquets. Barcelona, 2002 387 p¨¢ginas. 20 euros
Los trabajos de Al correr de los a?os van desde 1944 a 2001 -el ¨²ltimo es un l¨²cido estudio sobre la genialidad de Clinton como actor y la mediocridad de Gore y Bush-, y si tienen algo en com¨²n es una reivindicaci¨®n constante del imperativo moral. Miller, premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras, es de la especie de los que creen que hay cosas que no se deben hacer bajo ning¨²n pretexto y obligaciones que es imposible eludir por costoso que sea el precio. Por ejemplo, el dramaturgo confiesa que Franklin D. Roosevelt es el ¨²nico presidente norteamericano que admira, pero le reprocha que, entre 1936 y 1939, no hiciera lo que deber¨ªa haber hecho: acudir en socorro de la Rep¨²blica espa?ola e impedir la victoria de Franco.
La rebeli¨®n franquista, el Holocausto, la bomba at¨®mica en Hiroshima, la caza de brujas de McCarthy, la guerra de Vietnam, el esc¨¢ndalo Lewinsky y las elecciones norteamericanas de 2000 desfilan a lo largo de estos textos como otras tantas muestras de que llevamos ya d¨¦cadas viviendo tiempos apocal¨ªpticos, como si el mundo se hubiera vuelto tan loco como para 'labrarse su ruina'. Esta antolog¨ªa se cerr¨® antes del 11-S, pero es indudable que ese acontecimiento no hace sino reforzar la impresi¨®n del autor de Muerte de un viajante. En cuanto a Estados Unidos, Miller lamenta las dificultades a las que se enfrentan los esp¨ªritus cr¨ªticos. 'El catolicismo irland¨¦s y el puritanismo yanqui', escribe, 'se han unido para lograr que la mente despierta desaparezca sin dejar rastro'.
Pero Miller, que a lo largo de toda su vida se ha definido como un radical con fuerte compromiso con la libertad y dignidad del ser humano y la justicia social, no arroja la toalla ante 'la desesperaci¨®n que la vida moderna causa en todas partes'. Una y otra vez reivindica a personajes como el periodista Murrow o Nelson Mandela, 'un hombre honrado', al que entrevist¨® para la BBC al poco de su excarcelaci¨®n. Miller avanza con cada vez menos certezas pol¨ªticas e ideol¨®gicas, pero con unos principios siempre reafirmados. Los artistas no deben limitarse a ofrecer entretenimiento. Miller los ve asociados a los intentos para 'reconstruir la humanidad'.
S¨ª, acepta Miller, el intento que puede parecer bueno en un momento preciso -como el marxismo o la revuelta juvenil de los sesenta- puede terminar no siendo tan bueno. Pero peor es la inanici¨®n. 'Apenas pasa una semana', escribe, 'sin que me pregunte lo que no tiene respuesta: ?de qu¨¦ estoy convencido ahora que con el tiempo se revelar¨¢ rid¨ªculo? Y, sin embargo, uno no puede permanecer indefinidamente en la orilla. En un momento determinado, aunque te asedien la indecisi¨®n, el escepticismo, las reservas y las dudas, o te zambulles o admites que la vida est¨¢ para siempre en otra parte'. Sin la 'resistencia heroica', el ser humano no tiene sentido.
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