La escuela de las madres adolescentes
Aitana tiene 17 a?os y est¨¢ trabajando duro para convertirse en peluquera. Dice que siempre le ha gustado ese oficio. El trabajo le hace falta porque, adem¨¢s de muchos sue?os, tiene una ni?a preciosa de 11 meses que depende de ella. Aitana, que eligi¨® coqueta este falso nombre para ocultar su identidad, ha pasado parte de su vida en centros de menores, y ahora ha ingresado voluntariamente en el Centro B¨¢sico de Acogida de la Diputaci¨®n de M¨¢laga para participar en el Programa de Menores Gestantes y Madres Adolescentes, que cumple en noviembre un a?o.
Aitana convive en un pulcro y luminoso m¨®dulo de la residencia con otras tres chicas en situaci¨®n parecida. Algunas ya han tenido a sus hijos y otras a¨²n no. El programa est¨¢ pensado para adolescentes que han decidido afrontar la maternidad, pero que tienen problemas para permanecer en su entorno familiar. Los requisitos para ingresar en el centro son conocer el trabajo que se va a desarrollar con ellas y aceptarlo, no tener trastornos de conducta o una discapacidad grave que impida su autonom¨ªa y no tener problemas graves de toxicoman¨ªa.
El programa est¨¢ pensado para j¨®venes que han decidido afrontar la maternidad, pero que tienen problemas que les impiden permanecer en su entorno familiar
Hay apoyo pedag¨®gico, psicol¨®gico, educacional, nutricional, higi¨¦nico y humano para que asuman su maternidad de manera responsable y con independencia econ¨®mica
'Aqu¨ª desarrollamos un trabajo integral', explican Nuria Mas y Ana Romero, directora y subdirectora del centro, respectivamente. 'Les proporcionamos apoyo pedag¨®gico, psicol¨®gico, educativo, nutricional, higi¨¦nico y humano, con el objetivo de que asuman su maternidad de modo responsable; que puedan ser independientes econ¨®micamente y que se valoren como mujeres y como personas'.
El programa es pionero en Andaluc¨ªa. En Catalu?a existen entidades privadas que prestan un servicio similar con ayuda econ¨®mica de la Generalitat. La responsabilidad y la independencia se fomentan con detalles como que los hijos de estas madres no sean atendidos directamente, salvo casos de urgencia, por el pediatra del centro, sino que tengan un m¨¦dico asignado en el Servicio Andaluz de Salud y que sean las j¨®venes las que acudan a ¨¦l cuando sea necesario. Eso s¨ª, los educadores del centro las acompa?an.
'Este programa es especial', explican los especialistas del centro. 'Aqu¨ª somos todos un poco madres y un poco padres, y a la vez tenemos que poner l¨ªmites para que sean ellas las verdaderas responsables. Es un tira y afloja a veces un poco dif¨ªcil, porque a los problemas normales de la adolescencia, en estos casos se suma la maternidad y muchas veces la procedencia de un entorno familiar desestructurado'.
'Mi vida normal cualquier d¨ªa consiste en levantarme, hacerle el biber¨®n a mi ni?a y prepararla, ir a la academia de peluquer¨ªa, volver a mediod¨ªa, atender a la ni?a, pasear un poco por la tarde, estudiar y acostarme', explica Aitana. Los fines de semana se va a su pueblo con la ni?a para estar con sus abuelos. El servicio de guarder¨ªa del centro se queda con los peque?os cuando las madres van a clase o cuando salen a divertirse.
'Cuando tenemos la tarde libre nos vamos todas a tomar un cafelito, o a mirar tiendas, o de compras con los educadores. De discotecas pasamos porque no tenemos tiempo', explica Margarita, tambi¨¦n de 17 a?os y con un nombre falso. Margarita estudia para esteticista, y se encarga de que todas sus compa?eras salgan a la calle hechas un pincel. Y tambi¨¦n de darles ¨¢nimos, porque todas atraviesan momentos mejores y peores, y a ella ahora le sobra alegr¨ªa.
La m¨¢s joven
Hoy, por ejemplo, est¨¢ triste Luc¨ªa, la m¨¢s joven de todas, embarazada de cuatro meses y acogida hace poco al programa. 'A veces los comienzos son dif¨ªciles', reconoce el personal, 'pero tambi¨¦n hemos visto cambios espectaculares de chicas que llegaban de entornos familiares desestructurados, sin formaci¨®n de ninguna clase, sin autoestima, y que han salido y est¨¢n trabajando y sacando adelante a sus hijos'.
Una de las antiguas habitantes del m¨®dulo ha vuelto de visita a la hora de almorzar. Revuelo en el comedor. Trae a su hijo de dos meses. Tiene 16 a?os y ha vuelto con sus padres, que ya han asumido la maternidad prematura de su hija. 'A m¨ª no me importar¨ªa volver aqu¨ª una temporada', bromea.
La m¨¢s t¨ªmida de todas las j¨®venes madres es nigeriana, y lleg¨® al centro hace dos meses con su hijo reci¨¦n nacido despu¨¦s de cruzar el Estrecho en una patera. Mientras el personal del centro le tramita un visado v¨¢lido para un a?o, ella aprovecha para aprender el idioma espa?ol. 'Cuando lleg¨® no se fiaba de nadie. En sue?os dec¨ªa que su beb¨¦ era suyo. Ahora est¨¢ muy integrada y nosotros aprovechamos para aprender su lengua', bromean los educadores.
El tiempo de estancia en el centro no es fijo. Var¨ªa seg¨²n las circunstancias de cada chica. 'Algunas se quedan hasta que cumplen 18 a?os y otras permanecen aqu¨ª hasta que se solucionan los problemas que les impiden quedarse en su entorno familiar', explica Ana Romero.
El problema es que el programa, que respalda el Servicio de Atenci¨®n al Ni?o de la Junta de Andaluc¨ªa, s¨®lo cubre la asistencia hasta los 18 a?os, porque el centro es para menores. 'Cuando pasan de esta edad, tratamos de concertarnos con otros recursos de la Administraci¨®n y con ONG para garantizarles alguna cobertura. En el futuro quiz¨¢ podamos prolongarlo', suspiran Romero y Mas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.