Un nuevo se¨ªsmo obliga a evacuar San Giuliano tras la muerte de 26 ni?os
Los vecinos duermen a la intemperie y lejos del pueblo tras la orden de evacuaci¨®n
La tragedia tiene el olor acre del polvo en San Giuliano di Puglia, la peque?a localidad del Molise golpeada por el terremoto que destruy¨® la escuela elemental a las 11.32 del jueves. Un polvo h¨²medo que ha invadido la calle principal, Juan XXIII, donde yacen los escombros irreconocibles de lo que fue el colegio p¨²blico. Veintis¨¦is de los 56 alumnos de tres a nueve a?os que entraron por la puerta, ahora irreconocible, del centro han sido rescatados sin vida, junto a una de las maestras, de estas tripas polvorientas. El pueblo fue evacuado ayer despu¨¦s de que se produjese un nuevo temblor y dos r¨¦plicas.
Los vecinos dorm¨ªan anoche a la intemperie, alejados del pueblo, por temor a nuevos derrumbes. El dolor y una indignaci¨®n confusa se palpa en los rostros agotados de los poco m¨¢s de mil vecinos castigados por esta descomunal desgracia. Expertos del instituto geof¨ªsico nacional y simples voluntarios que han excavado con las manos durante horas en esta larga y dram¨¢tica operaci¨®n de rescate, que termin¨® ayer a las 15.30, coinciden en responsabilizar al edificio escolar, construido en 1954 y ampliado hace un a?o, de la tragedia.
San Giuliano di Puglia, encaramado en un altillo y rodeado de suaves colinas plantadas de olivos, parec¨ªa ayer un lugar en guerra. Un sitio fronterizo entre el orden y el caos. Frente al boquete humeante de la escuela, del que sobresal¨ªan dos gigantescas gr¨²as, una multitud de hombres y mujeres de la protecci¨®n civil, de la Cruz Roja, de las m¨¢s variadas organizaciones de ayuda, vestidos con monos fluorescentes de todos los colores, iban y ven¨ªan sin orden aparente. Encaramados a los bloques gigantescos de piedra, de ladrillo y de cemento armado de la escuela, pod¨ªa identificarse un ¨²nico uniforme, el de los bomberos llegados de Roma y del sur del pa¨ªs.
En torno a la escuela, ensimismados en una especie de fatalismo, los familiares de los pocos ni?os que a¨²n permanec¨ªan atrapados dentro. El final de la operaci¨®n rescate, que comenz¨® a las 14.00 del jueves, estaba pr¨®ximo. A las cuatro de la madrugada los bomberos han extra¨ªdo el cuerpo del ¨²ltimo superviviente. Es Angelo, tiene nueve a?os y se ha salvado, aunque un bloque de cemento armado le ha partido las dos piernas. Menos suerte han tenido sus compa?eros m¨¢s peque?os, los de la primera elemental, los nueve ni?os de seis a?os rescatados sin vida entre la tarde del jueves y la madrugada de ayer. 'En este pueblo se ha perdido una generaci¨®n', dice un anciano que ha dejado ya de esperar. 'Los nacidos en 1996 se fueron'.
Un hombre destrozado
Jean Luca y Jean Maria Riccio, dos gemelos de tercera elemental, hab¨ªan nacido en 1993. Durante interminables horas, su madre Mar¨ªa, y la abuela, que regenta un bar en la parte alta del pueblo, hab¨ªan confiado en el milagro. 'Les han o¨ªdo hablar, est¨¢n tranquilos, han comido chocolate y han bebido agua', dec¨ªa. Los gemelos fueron rescatados sin vida la madrugada del viernes, mucho despu¨¦s que la hija del alcalde, Antonio Boreeli, un hombre destrozado que se ha encerrado en el mutismo m¨¢s total. Igual que los familiares de los 29 muertos (26 alumnos, una profesora y dos ancianos, seg¨²n los datos definitivos ofrecidos por las autoridades italianas).
En el pabell¨®n municipal de deportes, a las afueras de San Giuliano, yacen truculentamente colocados los cuerpos sin vida de los peque?os. F¨¦retros blancos, diminutos, junto a un par de ata¨²des de madera de pino. Las familias en torno, sin palabras. La calma mortal de esta sala se alter¨® a las 16.20 de ayer, cuando una sacudida potent¨ªsima, de 5,1 grados en la escala Richter, seguida por dos r¨¦plicas, resucit¨® todos los p¨¢nicos. Tras este nuevo temblor, el jefe regional de la protecci¨®n civil italiana, Guido Bertolaso, dio la orden a la poblaci¨®n civil de evacuar 'para evitar mayores peligros'.
En Larino, Santa Croce, Colletorto, Rotello, Bonefro, hasta en Campobasso, la capital del Molise, mucha gente (la poblaci¨®n supera las 200.000 personas) ha dormido en la calle, al aire libre, o en los coches. Algunas de las casas est¨¢n profundamente agrietadas, otras, sobre todo en San Giuliano, se han derrumbando completamente, y la protecci¨®n civil instalaba ayer tiendas de campa?a a marchas forzadas para las m¨¢s de 3.000 personas que se hab¨ªan quedado sin techo. 'Nosotros nos ocupamos s¨®lo de la cocina y de la asistencia psicol¨®gica a los familiares de los ni?os', explicaba en medio del caos de ambulancias, coches de bomberos, gr¨²as y coches de protecci¨®n civil Mario Bonsaito, un impecable responsable regional de la Cruz Roja. Vestido con chaqueta de cachemira verde, el responsable regional de la instituci¨®n aseguraba que los familiares les hab¨ªan pedido ayuda. 'No nos abandonen, nos dicen', se?al¨®. Al filo de las 11.30, el silencio se adens¨®, las gr¨²as se paralizaron y dos ambulancias tomaron posiciones delante de las ruinas. Enfermeros con monos naranjas sacan un cuerpo menudo tapado con una tela verde, y uno de los hombres llama a la madre. En silencio, la mujer sube a la ambulancia y parte rumbo al hospital. En Larino, se concentran los heridos. Los dos ni?os m¨¢s graves est¨¢n en Bari. En San Giuliano se han quedado los muertos y un pueblo dividido. De un lado, los padres de los 28 supervivientes; del otro, las familias rotas de los 26 alumnos muertos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.