Un portero con dignidad
Bonano, un personaje exquisito, representa al meta de toda la vida
Espantado por la impetuosidad de V¨ªctor Vald¨¦s, cuya voracidad por el bal¨®n le lleva al extremo de derribar al delantero sin reparar en si progresa por el ¨¢rea peque?a o la grande, y receloso de Robert Enke, tan espantado que s¨®lo parece encontrar cobijo debajo de los palos, donde el Novelda de Madrigal le agujere¨® tres veces en la Copa, Louis van Gaal ha acabado por recurrir a un portero cl¨¢sico como Roberto Tito Bonano (Rosario, 1970), capaz al menos, como dir¨ªa Alfredo Di St¨¦fano, de no meterse dentro las pelotas que van fuera.
Quiz¨¢ le superen demasiadas veces los centros pasados, sea patoso en el juego de pies y puede que la hinchada se pregunte a menudo si no pod¨ªa haber hecho algo m¨¢s por remates como, por ejemplo, el de Scaloni en Riazor. El argentino, sin embargo, ofrece la estampa del guardameta ortodoxo; alejado de los focos y de los rituales que muestran a los personajes del drama futbol¨ªstico rezando o llorando; maestro, como relata Pepe Reina, portero del Villarreal, en el manejo de la presi¨®n, acostumbrado como est¨¢ a los ambientes de las canchas argentinas, en donde ha visto -recuerda- como los cuchillos ca¨ªan a espaldas del arquero.
Bonano no s¨®lo tiene muchas de las cosas de las que carec¨ªan sus antecesores sino que su porte evoca de alguna manera la figura del a?orado Andoni Zubizarreta, cuya ausencia se sigue llorando despu¨¦s que poco se hiciera por alargar su presencia. Grandull¨®n, reservado, educado, culto, sin ser pedante (es capaz de sugerir a quien acaba de comprar un libro de relatos de los programas radiof¨®nicos de Paul Auster que no es una buena elecci¨®n), escritor de cuentos que s¨®lo relata a su hija, Bonano despierta cierta melancol¨ªa, tanta que provoca apuro preguntarle c¨®mo visualiza su actuaci¨®n en el Camp Nou ante la carrera explosiva de Ronaldo, la piller¨ªa de Ra¨²l, los zurdazos de Roberto Carlos, las roscas de Figo y los toques de Zidane. "...Y los pases en profundidad", aclara, "y, ?como se le llama aqu¨ª....?las vaselinas? Eso. Ojo con las vaselinas". No hay portero que no tenga miedo a sentirse ridiculizado, y de ah¨ª que Bonano se muestre preparado ante cualquier suerte del juego. "Los grandes profesionales se distinguen de los que no lo son por saber responder en cada momento". "En este caso, desde luego, la preparaci¨®n no ser¨¢ la ideal", matiza, recordando que afrontar¨¢ el cl¨¢sico a su regreso de un viaje a Jap¨®n, donde juega la selecci¨®n argentina, despu¨¦s de haber dado pr¨¢cticamente la vuelta al mundo en tres d¨ªas. "Notaremos el cansancio y el cambio horario, pero debemos estar a punto para cualquier eventualidad, con independencia del rango del partido".
Bonano parece inmune al miedo esc¨¦nico. Ya sabe lo que es enfrentarse a rivales con figuras de peso. En 1999, cuando estaba en el River, Argentina se enfrent¨® cuatro veces a Brasil y ¨¦l se aline¨® en tres. "Brasil se qued¨® en blanco en uno (2-0), pero al siguiente se veng¨® (2-4). Tres de los goles los marc¨® Rivaldo y el cuarto Ronaldo", comenta. "La verdad es que me preocupa todo. Puedes intentar imaginar lo que quieras, pero futbolistas como ellos siempre tienen recursos capaces de sorprender".
"La ¨²nica forma de batir al Madrid es mantener una concentraci¨®n absoluta, no despistarse ni un segundo", insiste, para evitar "las tonter¨ªas" de las que habla Van Gaal. "Hay que estar encima, no dejarles pensar y cortarles el juego. Pero, sobre todo", agrega, "estar muy metidos en el choque. No s¨®lo yo sino toda la defensa. Lo dem¨¢s no es tan prioritario. No creo, por ejemplo, que por el rival, ni aunque sea el Madrid, haya que cambiar de sistema. Eso acaba por desquiciar un equipo".
Bonano subraya quiz¨¢ la concentraci¨®n por un dato irrefutable: el Bar?a ha olvidado c¨®mo golear y no puede permitirse m¨¢s errores defensivos. El recuerdo de la semifinal europea del curso pasado est¨¢ cerca: "Jugamos muy bien pero, a diferencia del Madrid, las ocasiones que tuvimos no las aprovechamos. Y, por ah¨ª, se nos escap¨® el partido" (0-2), concluye Bonano, sorprendido cada a?o por el tratamiento medi¨¢tico del cl¨¢sico. "Todo el mundo te recuerda a todas horas el partido del s¨¢bado. Parece como si todo se parara por ese partido, pero luego, cuando acaba, ya est¨¢", afirma. "En Argentina, los cl¨¢sicos son diferentes; m¨¢s pasionales y, desgraciadamente, algunos grupos de hinchas radicales recurren a la violencia porque no aceptan el resultado".
Rexach y los holandeses
Un mal partido en la pretemporada ante el Ajax (3-4) dej¨® a Bonano en la grada. El portero argentino guard¨® silencio. Nunca alza la voz. Ya call¨® el curso pasado cuando Rexach le quit¨® para dar entrada a Reina, despu¨¦s de perder el derby catal¨¢n, y repiti¨® cuando Van Gaal tir¨® de Vald¨¦s y le coloc¨® por detr¨¢s de Enke. "Ya s¨¦ que lo que voy a decir va en mi contra", dijo desde la suplencia, "pero Vald¨¦s, el portero titular, necesita confianza y continuidad". Vald¨¦s, sin embargo, se cay¨®, al igual que Enke, y Bonano no s¨®lo recuper¨® la titularidad hace un mes sino que mantiene su internacionalidad. A Bonano s¨®lo se le recuerda una indiscreci¨®n. En una entrevista televisiva en Argentina dijo que los ensayos de Rexach eran un divertimento y desvel¨® que los holandeses del Bar?a, impasibles, ganen o pierdan, juegan religiosamente a las cartas en el avi¨®n tras cada partido.
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