El voto electr¨®nico permite el recuento instant¨¢neo de los resultados
Internet todav¨ªa no da garant¨ªas de acceso, privacidad y seguridad para organizar grandes elecciones en Red
En principio, la tecnolog¨ªa digital no desmoviliza al electorado. Al contrario. En Venezuela, en 1997, la participaci¨®n subi¨® del 40 al 70% la primera vez que se usaron urnas electr¨®nicas. Luego, el desencanto pol¨ªtico pudo m¨¢s que la electr¨®nica electoral.
Hay varias tecnolog¨ªas para digitalizar las votaciones, aunque no todas garantizan de la misma manera que el voto sea universal, secreto y seguro. En cualquier caso, siempre se trata de que el votante acuda a un colegio electoral identificado con una tarjeta magn¨¦tica o con chip incrustado. El voto a trav¨¦s de la Red, por Internet, no es posible todav¨ªa, salvo para colectivos peque?os y con votantes muy identificados.
Internet espera
El voto telem¨¢tico en las grandes elecciones s¨®lo ser¨¢ posible cuando el parque de ordenadores conectados sea masivo, mejore la velocidad de transmisi¨®n y, sobre todo, est¨¦ acreditada la privacidad de la conexi¨®n y la identidad del votante.
En Estados Unidos, varias compa?¨ªas anuncian sus productos -pantallas t¨¢ctiles, la mayor¨ªa- para el mercado privado, votaciones a un consejo escolar, en una empresa, etc¨¦tera. En Espa?a, la empresa por antonomasia del sector es Indra. Fue la que implant¨® las votaciones digitales en Venezuela y asesor¨®, por encargo de la ONU, el proceso electoral brasile?o.
Empez¨® como responsable de los procesos y usando m¨¢quinas ajenas y en 2001 cre¨® su propio hardware, sus propias urnas electr¨®nicas. Ahora tiene soluciones de pantalla t¨¢ctil, urnas lectoras de papeletas y protocolos para una futura votaci¨®n por Internet. Es la ¨²nica empresa no residente en el Reino Unido que ha sido aceptada en un concurso para desarrollar un sistema de voto multicanal en aquel pa¨ªs y en febrero esperan tener certificadas sus m¨¢quinas en Estados Unidos. Para Juan Navarro, director de mercado de procesos electorales, que se pasa media vida en los aviones, tan importante como la fiabilidad de la m¨¢quina es tener presente la cultura digital de la poblaci¨®n votante y, obviamente, ajustarse al mil¨ªmetro a las leyes electorales.
"Cuando implantamos el sistema en Venezuela planteamos inicialmente un sistema de voto por pantalla t¨¢ctil, pero cuando nos enteramos que en aquel pa¨ªs apenas hab¨ªa cajeros autom¨¢ticos pensamos que habr¨ªa un rechazo a lo desconocido y que no votar¨ªa nadie. En cambio, la cultura de la boleta estaba muy extendida gracias a las apuestas h¨ªpicas y nos decantamos por una urna electr¨®nica. Al cierre del colegio electoral cada urna suministra sus datos, que se suman en red al resto". Este recuento integrado se?ala la diferencia con algunas tecnolog¨ªas norteamericanas cuyas urnas no trabajan en red.
Para Navarro, el voto digital convence no porque ahorre gastos de convocatoria sino por su rapidez y garant¨ªa. "En Brasil se introdujo la electr¨®nica electoral para luchar contra la compra de votos. Sol¨ªa ser frecuente ver un votante coger una papeleta marcada que le daba un individuo, votar y cobrar cuando devolv¨ªa a este personaje la papeleta en blanco que le hab¨ªan dado en la mesa electoral".
No todo lo resuelve la tecnolog¨ªa. Si la mec¨¢nica electoral es muy compleja -en Brasil el votante ten¨ªa que manejarse entre m¨¢s de 20 botones- el error se prodiga y se disparan los votos nulos. En Brasil, el votante tiene un tiempo limitado para ejercer su voto electr¨®nico. Si se queda empantanado mucho tiempo ante la m¨¢quina, suena un timbre y tiene que votar con papeleta. "No s¨®lo hay que instalar la m¨¢quina, hay que educar al ciudadano y adiestrar los equipos de las mesas. Nosotros nos comprometemos a trabajar con error cero porque, seg¨²n como sean las elecciones, un error del 5% puede dar un vuelco a los resultados. Adem¨¢s, el proceso ha de ser auditable para que nadie dude del resultado". En muchos casos se exige copia de papel -aspecto que soluciona la urna electr¨®nica ya que se deposita f¨ªsicamente el voto- o un backup electr¨®nico -en el caso de voto sobre pantallas t¨¢ctiles.
En Estados Unidos, el 32,4% del censo vota con tarjetas agujereadas y recuento manual; el 4%, con tarjetas y recuento electr¨®nico; el 18,2% usa palancas mec¨¢nicas; el escaneo en urna lo disfruta el 27,5% y el 16,8% acude a pantallas t¨¢ctiles. S¨®lo el 1,4% vota con la papeleta tradicional.
Distintos modelos de m¨¢quinas para la democracia digital
Palanca mec¨¢nica. El votante entra en la cabina. Por cada candidato la m¨¢quina presenta una pesta?a. Debe seleccionarse la elegida y accionar una palanca. La m¨¢quina registra el voto en un contador. Cuando el votante abre la cortina de la cabina, la m¨¢quina vuelve las pesta?as a su posici¨®n inicial. Variantes: la m¨¢quina imprime una tarjeta perforada para el voto. Tarjeta perforada. En algunos casos el nombre del candidato figura al lado del espacio que se perfora. En otros, s¨®lo figura un n¨²mero y el votante tiene una lista de correspondencias entre n¨²mero y candidato. El recuento puede ser manual o electr¨®nico.Pantalla t¨¢ctil. La pantalla ofrece el listado de candidatos y el votante debe presionar sobre el elegido. Antes de validar el voto suele ofrecer la imagen o datos del elegido. Cabe la impresi¨®n de una papeleta o backup electr¨®nico.Urna electr¨®nica. En elecciones con listas cerradas, el votante escoge la papeleta, la deposita en un sobre cerrado y al entrar en la urna, la ranura lee el voto a trav¨¦s del sobre y lo contabiliza. Al cerrarse el colegio electoral, la urna ofrece los resultados que pueden cotejarse al abrir los sobres. En casos de listas abiertas, hay urnas que exigen que el votante deposite la papeleta en un sobre abierto. Al colocar el sobre en la ranura de la urna, ¨¦sta coge la papeleta y la escanea. En Estados Unidos, las elecciones de 2000 fueron un desastre. El MIT calcul¨® que se perdieron de cuatro a seis millones de votos electr¨®nicos. En las parciales de 2003 no se han detectado fallos.
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