Las mil caras del problema de la vivienda
13.476 personas han formalizado su petici¨®n para optar a un piso de protecci¨®n p¨²blica
P arejas j¨®venes, mujeres solas, jubilados e inmigrantes. ?ste es el abanico humano que forman la mayor¨ªa de los demandantes de los 1.125 pisos de protecci¨®n p¨²blica que ha puesto a la venta la Empresa Municipal de la Vivienda de Madrid (EMV). Carecen de hogar propio, bien porque viven en casas de familiares o en la provisionalidad de un alquiler caro y que no cubre sus expectativas. 13.476 personas han formalizado ya su petici¨®n para ejercer su derecho a tener casa.
Los vecinos de los alrededores de la calle de Fray Luis de Le¨®n, n¨²mero 19, ya est¨¢n acostumbrados a ver, cada ma?ana, c¨®mo cientos de personas se arremolinan alrededor de la puerta de la Empresa Muncipal de la Vivienda. A pesar de la aglomeraci¨®n, casi no hacen ruido. As¨ª llevan ya 15 d¨ªas y todav¨ªa quedan otros 13.
Hace dos semanas que el tel¨¦fono de informaci¨®n municipal ya no da cita previa para solicitar piso. Los que no han podido conseguirla forman el grupo m¨¢s numeroso frente a la EMV. Dos guardias de seguridad vigilan en la puerta que se respeten los turnos y llaman a los que esperan por la hora de su cita. "?Once y media?", grita uno de ellos. Al o¨ªr el aviso, unas 15 personas se apresuran a traspasar la entrada.
En la cola de los no citados espera Mohammed Bakkali. Este marroqu¨ª de 34 a?os lleg¨® hace ocho a Madrid. Trabaja como conserje de un edificio y gana 600 euros al mes. "No me resigno a no tener casa propia, pero ya la he pedido otras veces y nunca me han dado nada". Mohammed est¨¢ casado y su mujer est¨¢ embarazada de su primer hijo. "Ahora vivo en Villaverde, en un piso de tres habitaciones que compartimos con otros dos chicos (uno extranjero y otro espa?ol). Con la llegada del ni?o necesitaremos m¨¢s espacio, pero por ahora no podemos hacer mucho m¨¢s que esperar a que las cosas mejoren", relata Mohammed. "Siempre hay que tener esperanza. El pobre sin esperanza muere", a?ade.
Hasta el martes pasado, 13.476 personas como Mohammed hab¨ªan formalizado su petici¨®n de vivienda en la oficinas de la EMV para optar a uno de los 1.125 pisos que el Consistorio oferta. Todav¨ªa faltan dos semanas para que los 30.125 madrile?os que han pedido cita previa, adem¨¢s de un n¨²mero sin determinar que acude sin cita, formalice su solicitud. Del total de viviendas que ofrece el Ayuntamiento, 546 se edificar¨¢n en el nuevo barrio de Sanchinarro y otras 576 en suelo tasado en Carabanchel, Sanchinarro, Parque Europa I (Latina) y paseo de Los Olmos (Arganzuela).
Todos los solicitantes tienen que entregar en la EMV el carn¨¦ de identidad de los miembros de su familia o el permiso de trabajo o de residencia (si se trata de extranjeros), la declaraci¨®n de Hacienda del a?o pasado, del Inem o el de pensiones y, en caso de ser titular de una cuenta ahorro-vivienda, la fecha de apertura, el saldo y la entidad bancaria donde est¨¦ abierta esa cuenta.
La hija de Manuel Alcobedo trabaja en un banco. Est¨¢ soltera y no tiene hijos. Su padre espera en la cola porque ella trabaja y no puede acudir personalmente. "Mucha gente piensa que quien trabaja en un banco gana mucho dinero. Pero el sueldo de mi hija es de 160.000 pesetas al mes y con eso, y como est¨¢n los pisos, no podr¨ªa independizarse nunca. Por eso se ha decidido por primera vez a pedir una vivienda protegida", explica Manuel.
El Ayuntamiento insiste en que estas viviendas est¨¢n pensadas para aquellos que ganen entre 15.000 y 33.000 euros al a?o como m¨¢ximo. A pesar de que la EMV lleva medio mes dando informaci¨®n, a¨²n hay gente que desconoce las condiciones que hay que cumplir para acceder a un piso. La m¨¢s ignorada por los solicitantes, adem¨¢s del asunto de la renta, es que antes de la entrega de llaves tienen que aportar una entrada que supone el 20% del valor de la vivienda, cuyos precios oscilan entre 40.000 y 130.000 euros.
La adjudicaci¨®n definitiva de los pisos se har¨¢ entre abril y mayo de 2003. La entrega de llaves, en 2004.
JUANA HORNO "Mi hija paga parte de mi alquiler"
Juana tiene 47 a?os, tres hijos y est¨¢ separada. "Es que ya no hay que preguntar ?est¨¢s casada?, sino al contrario, ?est¨¢s separada? Ahora es lo normal, ?no?", bromea.
Juana trabaja en la limpieza y gana 276 euros al mes. "Bueno, a veces me saco un poco m¨¢s porque voy a limpiar a otras casas por horas", relata.
Esta mujer ten¨ªa una casa en propiedad, pero al separarse de su esposo se qued¨® sin ella. "No quiero ni recordarlo, toda la vida pagando para nada".
Ahora vive en un piso de dos habitaciones de alquiler con sus tres hijos. "No tiene calefacci¨®n y es min¨²sculo: en un cuarto dormimos mi hija y yo, y en el otro, los dos chicos. Y pago 63.000 pesetas".
Sus hijos tienen 24, 21 y 17 a?os. "El mayor trabaja y la chica y el peque?o estudian. Pero mi hija, la pobre criatura, adem¨¢s de estudiar tiene que trabajar media jornada para ayudarme a pagar el alquiler", puntualiza. "No espero mucho de esto [de la EMV], pero lo seguir¨¦ intentando".
ARMON?A GONZ?LEZ "Gracias a mi madre, no estoy en la calle"
Hace cinco a?os que esta mujer de 47 a?os lleg¨® a Madrid desde Galicia para empezar una nueva etapa en su vida.
"Los pueblos de Galicia se est¨¢n quedando cada vez m¨¢s solos y all¨ª no hay trabajo", cuenta. Armon¨ªa no puede esconder su rabia al recordar que despu¨¦s de haberse pasado 33 a?os de su vida trabajando en el campo y de haber tenido su propia casa, ahora necesite pedir una. "Desde que era una ni?a de 11 a?os ayudaba a mis padres a recoger la cosecha. Toda la vida he trabajado". Cuando se separ¨®, perdi¨® su casa y abandon¨® su tierra. Ahora trabaja en la limpieza y gana 480 euros al mes. "Si eres mujer y ya has cumplido los 40, es lo que hay", asegura. Tiene dos hijos, de 27 y 23 a?os, aunque la mayor ya no vive con ella. "Vivo con mi hijo y mi madre minusv¨¢lida en un piso alquilado por el que pago 73.000 pesetas. Por menos no vives en condiciones".
Armon¨ªa dedica parte de la pensi¨®n de su madre y de lo que gana su hijo en los "trabajos que le van saliendo" a pagar el alquiler. "De lo contrario me ver¨ªa en la calle".
PALOMA ANDRADE "Ni con trabajo se puede tener casa"
Paloma tiene 23 a?os y es otra de los muchos j¨®venes que intentan conseguir su primera vivienda a trav¨¦s de la oferta municipal.
"Me quiero casar, pero es que est¨¢ todo car¨ªsimo", relata. "Apret¨¢ndome mucho podr¨ªa pagar una letra m¨¢xima de 300 euros al mes porque vivo con mis padres e intento ahorrar todo lo que puedo de los 721 euros que gano de administrativa en una empresa. Pero aun as¨ª, no puedo plantearme comprarme un piso de precio libre", relata Paloma, que est¨¢ acompa?ada por su madre.
"Antes de venir aqu¨ª he estado mirando en inmobiliarias, pero est¨¢n imposibles. Tienes que tener unos sueldos alt¨ªsimos", contin¨²a.
"Ahora la gente que tiene un empleo normal, como administrativos, dependientas o encargados de supermercado, no puede acceder a un piso en suelo privado. Con lo que ganamos no nos llega", asegura Paloma.
Su madre apostilla: "Gracias a que ella vive con nosotros va a poder pagar este piso si se lo dan".
MAR?A RODR?GUEZ "Alguien nos tiene que ayudar"
En la cola, adem¨¢s de parejas j¨®venes, hay muchas mujeres solas. Y entre ellas est¨¢ Mar¨ªa, que va acompa?ada de una amiga. Cuando su matrimonio se acab¨®, perdi¨® su trabajo. Ahora tiene 39 a?os y un empleo de barrendera municipal.
"Dej¨¦ mi piso porque no lo pod¨ªa pagar. Viv¨ªa de alquiler y me fui con mis dos hijos, que ahora tienen 14 y 7 a?os, a vivir a casa de mis padres. Y ah¨ª sigo".
Poco despu¨¦s consigui¨® un trabajo como barrendera, por el que gana 600 euros al mes. "Lo m¨¢ximo que podr¨ªa pagar por una letra son 90 euros y la entrada...", piensa un momento, "no podr¨ªa hacer frente a ella". No es la primera vez que Mar¨ªa solicita una vivienda a la Administraci¨®n. "La primera vez que la ped¨ª fue hace 14 a?os, y la ¨²ltima, hace unos meses, cuando el Ayuntamiento sac¨® pisos en alquiler. Pero no llegu¨¦ a reunir los puntos. Siempre hab¨ªa gente que dec¨ªa que estaba peor que yo".
Mar¨ªa no quiere terminar la charla sin hacer un ruego: "A ver si alguien nos ayuda, que somos mucha gente sin casa".
MARIO Y OLGA "Queremos hacer nuestra vida"
Mario Ramos y Olga Tapiador tienen 24 a?os. Aunque Mario est¨¢ en paro y acabando la carrera de Qu¨ªmicas, tiene esperanza en que encontrar¨¢ trabajo y piso en pocos meses.
"Es la primera vez que solicitamos una vivienda de protecci¨®n p¨²blica porque queremos independizarnos y vivir juntos, como muchas parejas j¨®venes que est¨¢n aqu¨ª y que no pueden hacerlo de otra manera", explica Mario.
El joven cree que con el trabajo de dependienta de su novia, Olga, que le acompa?a en la cola y que no quiere precisar cu¨¢nto gana, y el empleo que ¨¦l encuentre, van a poder hacer frente al pago de la vivienda, si es que la consiguen.
"Vivo con mis padres y mis dos hermanos y ya tengo ganas de tener mi casa", explica Olga. "No nos vamos a pasar toda la vida con nuestros padres, dependiendo de ellos. Tambi¨¦n tenemos derecho a hacer nuestra vida".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.