Luces y sombras en un palacete mud¨¦jar
CASA DE CARMONA, esplendor de otra ¨¦poca en la poblaci¨®n sevillana
La Casa de Carmona fue en los d¨ªas de la Expo 92 el Chanel n¨²mero 5 de la hosteler¨ªa sevillana. Hoy, sorprendentemente, es agua de borrajas. Mesadura de tup¨¦. Un dislate de hotel a raz¨®n de 220 euros la noche..., incluso 300 en temporada alta. La degradaci¨®n sufrida en los ¨²ltimos tiempos ha enturbiado la excelente imagen que se ten¨ªa de esta casa palacio originaria de los siglos XVI y XVII, cuyos se?ores respond¨ªan al apellido Lasso de la Vega, uno de los linajes principales de Andaluc¨ªa. Su localizaci¨®n, en pleno casco monumental de Carmona, era la envidia de todos, y su rehabilitaci¨®n arquitect¨®nica, trenzada con delicadeza sobre los patios columnados y el recoleto jard¨ªn interior, serv¨ªa de elucidario del arte mud¨¦jar andaluz.
CASA DE CARMONA,
Categor¨ªa oficial: 5 estrellas. Direcci¨®n: plaza de Lasso de la Vega, 1. 41410 Carmona (Sevilla). Tel¨¦fono: 954 19 10 00. Fax: 954 19 01 89. Internet: www.casadecarmona.com. Instalaciones: jard¨ªn, piscina-alberca, gimnasio, sal¨®n, sala de convenciones (150 personas), bar, restaurante. Habitaciones: 31 dobles y una 'suite'; todas con ba?o, calefacci¨®n, aire acondicionado, tel¨¦fono, minibar, TV v¨ªa sat¨¦lite, radio, secador y albornoz. Servicios: algunas habitaciones adaptadas para discapacitados, admite animales, transporte al aeropuerto. Precios: temporada alta, 300 euros; temporada baja, 220; desayuno incluido; oferta seg¨²n disponibilidad, 150. Precios: + 7% IVA. Tarjetas de cr¨¦dito: Diners Club, Master Card, Visa. Arquitectura ... 7 Decoraci¨®n ... 8 Estado de conservaci¨®n ... 3 Confortabilidad habitaciones ... 4 Aseos ... 3 Ambiente ... 4 Desayuno ... 2 Atenci¨®n ... 5 Tranquilidad ... 7 Instalaciones ... 3
?Qu¨¦ ha sucedido entonces para que esta gema palaciega sea capaz de suscitar tantas reclamaciones? Una idea del abandono a que el propietario, Felipe Guardiola, tiene sumidas las instalaciones es puesta de manifiesto en los m¨²ltiples rincones condenados ahora al olvido, ajenos a cualquier mirada, cuando antes alegraban la casa con su chorrito de agua o su alberca de espejo inmaculada. Descuidos impropios de un hotel que exhibe sus cinco estrellas en la puerta, como esas bombillas que no funcionan, mesas cojas o a punto de derrumbarse, ventanas atrancadas, desconchones y humedades en las paredes, el papel pintado descascarillado... Da grima montarse en el ascensor, de puro viejo y maloliente.
El palacio a¨²n mantiene su porte nobiliario en los dos salones de lectura, decorados con ¨®leos de la corte madrile?a, tapices de D'Aubuisson, alfombras de la Real F¨¢brica y consolas napolitanas. Los artesonados originales enlustran la tradici¨®n andaluza de enriquecer m¨¢s los techos que el pavimento. Pero la galer¨ªa florentina y el sal¨®n destinado a comedor no hacen rostro a un desayuno de alcurnia. La peluquer¨ªa y la sauna, en el patio, est¨¢n en desuso. Y el servicio, a sus expensas, forma corrillos en los reservados y tras las puertas de oficio.
Tampoco las habitaciones m¨¢s solariegas, como la n¨²mero 6, abovedada, y la 14, volada sobre los tejados de Carmona, o la gran suite que hosped¨® al sult¨¢n de Brunei, resisten con sus lamparones una comparaci¨®n con el car¨¢cter pr¨®vido de anta?o en los estucados y molduras lapisl¨¢zuli, en los doseles vaporosos, en las butacas victorianas, en la grifer¨ªa inglesa de lat¨®n en los cuartos de ba?o. En fin, en aquellos vol¨²menes maravillosamente imperfectos que hicieron de la noche en Carmona un pasemis¨ª-pasemis¨¢ de gentes venidas de todos los pa¨ªses del mundo.
ALREDEDORES
UN PASEO a pie por las calles de Carmona, con permiso del tr¨¢fico viario, imprime en la retina lo mejor del arte mud¨¦jar y el barroco andaluz. Las iglesias de San Felipe, San Pedro, San Bartolom¨¦ y la prioral de Santa Mar¨ªa... Los conventos de Santa Clara y de la Concepci¨®n, donde las monjas se afanan en elaborar pasteles de coco y tortas inglesas. Y, sobre todo, el recinto amurallado, del que se conservan el alc¨¢zar de la puerta de Sevilla, el alc¨¢zar de la puerta de Marchena y, junto a la plaza de Armas, el alc¨¢zar del Rey Don Pedro, actual emplazamiento del parador de Carmona. Cardo M¨¢ximo abajo, es interesante la visita de la necr¨®polis romana, citada por Julio C¨¦sar en su obra De bello civile. (M¨¢s informaci¨®n, en la web del Ayuntamiento de Carmona: www.carmona.org, o en: www.turismo.carmona.org).
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