'Chapeau'
Nos est¨¢n cayendo encima muchas cosas ¨²ltimamente, todo menos el Gordo, que nos hubiera liberado de la rutina y la misantrop¨ªa. Sobre todo cae agua, mucha agua. La actualidad es un chaparr¨®n de sustos. No queda otro remedio que resguardarse el coco de la mojadura. Durante muchos a?os, eso se solucionaba con el paraguas, artilugio g¨®tico inventado por los chinos y aireado por los gallegos. Pero se empieza ya a desconfiar hasta del paraguas. Esta temporada hace furor el sombrero. La gente est¨¢ tocada del ala, y no les falta raz¨®n.
La vuelta clamorosa de los sombreros, aunque sean de agua, a la v¨ªa p¨²blica es un aviso a la autoridad: nos ten¨¦is hasta el gorro. Tambi¨¦n puede significar la irrupci¨®n de un nuevo ensimismamiento en el alma de los contribuyentes. Cansados de las vanidades y mentiras de este mundo impresentable, unos se meten a monja, otros se hacen budistas y buen n¨²mero de insurgentes se pone sombrero, algo as¨ª como un b¨²nker donde resguardarse del desatino y la intemperie. El paraguas es un invento solidario en el que siempre cabe m¨¢s de una persona; el sombrero es un complemento personal, intransferible y ego¨ªsta.
Ahora bien, estos sombreros que han tomado nuestras calles por sorpresa no son cordobeses, desde luego, a Dios gracias. Se trata de un trozo de tela, a modo de corchete, que se incrusta en la cabeza informalmente y le permite a uno ir por ah¨ª cantando bajo la lluvia, con las manos en los bolsillos y pinta de pescador noruego, voluntario de ONG, mendigo ocasional o detective de la categor¨ªa del inspector Gadchet.
La vuelta del sombrero ha sido recibida con j¨²bilo en ambientes mordaces. De ahora en adelante, cualquier enfrentamiento con la autoridad debe empezar por la cabeza, es decir, por el tocado. Ahora que el tricornio y las tiaras est¨¢n en desuso, ese tipo de sombreros pudiera marcar la pauta de c¨®mo disfrazarse en las manifestaciones que se avecinan. El caso es ir tocados y despistar a los de arriba. Hay muchos sombreros esperando salir del armario; hay muchos horteras que se los est¨¢n probando. Bienvenido, monsieur chapeau.
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