Destrucci¨®n de s¨ªmbolos
Alucinante, es el calificativo m¨¢s suave que se me ocurre para la absurda destrucci¨®n de uno de los pocos s¨ªmbolos que nos quedaban de la cultura minera. Si la miner¨ªa de Vizcaya signific¨® el despertar econ¨®mico del Pa¨ªs Vasco, lo menos que se debe hacer es respetar, conservar y restaurar las pocas viviendas t¨ªpicamente mineras que a¨²n nos quedan en los montes de Triano. Me refiero, con estas dolidas l¨ªneas, al derribo de una de las pocas "casas de tablas" que a¨²n subsist¨ªan en La Arboleda y en todo Vizcaya.
Normalmente la culpa no tiene amo y en este caso no se quien tendr¨¢ que cargar con el pecado de la destrucci¨®n. Pueden ser nuestras autoridades provinciales, pueden ser los regidores locales, y puede ser la insensibilidad de todo un pueblo para consentir tal desaguisado.
Pero todos ellos deben exigir que se vuelva a levantar tal y como era, es lo m¨ªnimo que se debe pedir. Porque, decidido defensor del entorno natural de los montes de Triano, me duele toda degradaci¨®n de nuestro patrimonio cultural y medioambiental y, sin entrar a valorar la conveniencia del nuevo destino que se quiere dar a las balsas y minas que rodean La Arboleda, es cierto que algo hab¨ªa que hacer con ella.
Por eso, desde estas modestas l¨ªneas pido al Diputado de Urbanismo, Sr. Nieves, que intente conservar lo esencial del barrio minero de Burzaco. No como un nido de ratas, conservarlo sin perder su fisonom¨ªa, de forma que las nuevas generaciones tengan constancia visual y f¨ªsica de lo que fue la epopeya minera entre 1880 y 1960.
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