EE UU: 'reflaci¨®n' para salir de la crisis
UN CONCEPTO NUEVO se instala en los medios de comunicaci¨®n norteamericanos: reflaci¨®n. Reflaci¨®n: d¨ªcese de los intentos de reanimar la econom¨ªa a base de dinero. El t¨¦rmino describe los esfuerzos de los Gobiernos para inflar -o reflacionar- una econom¨ªa que est¨¢ atrapada en una crisis, inund¨¢ndola de dinero; se trata de un esfuerzo administrativo para protegerse de una hipot¨¦tica deflaci¨®n (proceso que se caracteriza por una ca¨ªda generalizada de los precios, y que da lugar a una reducci¨®n de la demanda de bienes y servicios).
El presidente Bush est¨¢ reflacionando la econom¨ªa norteamericana. De eso trata su ¨²ltimo programa de impulso econ¨®mico: cebar la bomba del sistema a trav¨¦s de las reducci¨®n de impuestos a los estratos con m¨¢s capacidad adquisitiva. Dicho plan tiene una idea fuerza, suprimir el impuesto sobre los dividendos, y varias ideas colaterales: reducci¨®n del impuesto sobre la renta y algunas ayudas menores a las peque?as y medianas empresas. Bush ha quitado el gravamen a los dividendos apelando a la doble imposici¨®n de los mismos. Pero esta doble imposici¨®n se da en otros ¨®rdenes de la actividad productiva y da igual. En el libro La globalizaci¨®n liberal, en el que polemiza con Susan George, Martin Wolf, columnista del Financial Times y antiguo economista del Banco Mundial, describe esta tendencia: "El sistema grava dos veces los ingresos de las empresas: una primera vez grava los beneficios de las sociedades, y una segunda, los ingresos percibidos por los accionistas cuando se distribuyen en forma de dividendos. Es objeto de debate entre los economistas la cuesti¨®n de si es una buena idea gravar los beneficios de las sociedades como tales. A mi entender, es una mala idea. Ser¨ªa m¨¢s l¨®gico gravar a los propietarios sobre la base del ingreso total generado por las empresas, con inclusi¨®n de las ganancias diferidas".
Eliminado el gravamen sobre los dividendos, la pr¨®xima batalla fiscal en Estados Unidos ser¨¢ la supresi¨®n del impuesto de sucesiones. El plan de Bush es una reforma fiscal regresiva disfrazada de impulso a la econom¨ªa
El plan de Bush es una reforma fiscal regresiva disfrazada de impulso a la econom¨ªa. A la coyuntura americana -que est¨¢ creciendo alrededor de un 3%- se la reanimar¨ªa eliminando las incertidumbres sociopol¨ªticas que la acongojan: la guerra contra Irak. Los costes de los continuos anuncios de que va a haber conflicto b¨¦lico son muy altos. Un informe de la Brooking Institution (muy conservadora) y del Urban Institute se?ala que el 1% de los contribuyentes m¨¢s ricos recibir¨¢ el 42% de los beneficios de la supresi¨®n del impuesto sobre los dividendos. El plan de Bush demuestra -y los dem¨®cratas se han dado cuenta y le han mordido el tobillo con esta cuesti¨®n- que Bush sigue muy cerca del mundo empresarial y de los ciudadanos m¨¢s afortunados. La rebaja de impuestos ir¨¢ en detrimento de la sanidad y la educaci¨®n p¨²blica; adem¨¢s, el presidente ya ha anunciado una reforma a la baja de los programas para la tercera edad y de la Seguridad Social para el resto de la legislatura. En un reciente art¨ªculo, Paul Krugman pronosticaba que la pr¨®xima batalla fiscal en Estados Unidos ser¨¢ la desaparici¨®n del impuesto de sucesiones, que tambi¨¦n afecta proporcionalmente m¨¢s a los m¨¢s poderosos. En esta situaci¨®n se hacen m¨¢s expl¨ªcitas que nunca las palabras del fil¨®sofo Pascal Bruckner, autor de Miseria de la prosperidad: "Las ¨¦lites s¨®lo saben enriquecerse".
?Qu¨¦ ocurre en una econom¨ªa si se la reflaciona excesivamente? Los republicanos de Bush se han puesto de acuerdo en activar todas las armas de la pol¨ªtica econ¨®mica y colocar a la coyuntura en la senda de crecimiento en la que la dej¨® el dem¨®crata Clinton: pol¨ªtica monetaria (a trav¨¦s de las continuas reducciones de los tipos de inter¨¦s) y pol¨ªtica presupuestaria expansivas (reduciendo los ingresos p¨²blicos y aumentando los gastos de defensa y seguridad). Y depreciaci¨®n del d¨®lar. El primer precio es un enorme d¨¦ficit, que ha sido de 158.000 millones de d¨®lares en 2002, y puede alcanzar los 250.000 millones en el a?o fiscal en curso.
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