"La lengua es un instrumento esencial de la democracia"
El d¨ªa que un taxista le dijo que sab¨ªa qui¨¦n era y que hab¨ªa comprado su libro El dardo en la palabra (Galaxia Gutenberg / C¨ªrculo de Lectores), Fernando L¨¢zaro Carreter pens¨® que era el reconocimiento m¨¢s importante y menos esperado de su larga vida dedicada al idioma. Que lo que ¨¦l hac¨ªa val¨ªa la pena. El nuevo dardo en la palabra (Aguilar), en el que re¨²ne sus art¨ªculos publicados en EL PA?S entre 1999 y 2002, ratifica lo dicho.
Algunas constantes de su pensamiento est¨¢n en este libro: la desidia de los gobiernos en el cuidado de la lengua, el desconocimiento de los m¨¢s cualificados hablantes (pol¨ªticos, periodistas, profesores), o el desprecio que las empresas muestran en su uso del idioma, y sobre todo el empobrecimiento de la lengua.
"Los gobernantes deber¨ªan ser los primeros en cumplir con las leyes ling¨¹¨ªsticas"
"Chapapote es una palabra mexicana antigua, que ya recogieron los cronistas de Indias"
Fernando L¨¢zaro Carreter (Zaragoza, 1923) fue director de la Real Academia Espa?ola entre 1991 y 1998, y a ¨¦l se debe la apertura de la docta casa y su aproximaci¨®n a las academias latinoamericanas.
Pregunta. Es usted muy cr¨ªtico con el Gobierno, con los gobiernos que ha tenido Espa?a en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Respuesta. Por razones fundamentales. Los gobernantes deber¨ªan ser los primeros en cumplir con las leyes ling¨¹¨ªsticas, y no lo hacen, como se puede ver en la redacci¨®n de leyes, decretos... que son muy mejorables. Pero sobre todo soy cr¨ªtico por su desd¨¦n hacia los planes de estudio. Deber¨ªan saber que el idioma es garant¨ªa de convivencia y de comprensi¨®n mutua. Es un instrumento esencial de la democracia.
P. Como el Gobierno ha abdicado en este sentido, dice usted que casi toda la responsabilidad recae en los medios de comunicaci¨®n.
R. Son responsables en grado m¨¢ximo, pero los profesionales de los medios se han educado en centros que, en ese desprecio por la lengua, no les dan competencia para practicarla bien. Hay que ver con qu¨¦ desenfado emplean el idioma las radios y las televisiones. Este pa¨ªs va hacia una decadencia mental.
P. En El nuevo dardo en la palabra no se muestra usted como un purista de la lengua.
R. Dec¨ªa Voltaire que el purismo empobrece. Yo de lo que me ocupo es de hacer una radiograf¨ªa de la mente colectiva, de lo que nos acerca o nos aleja de la otra orilla. En mis art¨ªculos escribo de cosas de la lengua de inter¨¦s general, y hablo de lo particular a trav¨¦s de an¨¦cdotas que hacen el texto m¨¢s accesible.
P. ?Deber¨ªa haber una ley de defensa del idioma?
R. Es muy problem¨¢tico. No se pueden imponer usos, y las limitaciones deben partir de los propios hablantes. Quiz¨¢ deber¨ªan regularse cosas que afectan al consumo p¨²blico. Por ejemplo, las instrucciones de uso de aparatos que dan las grandes empresas... A veces son ofensivas.
P. Es usted cr¨ªtico con los licenciados universitarios, especialmente con los que tienen el oficio de escribir o de hablar en los medios.
R. Muchas veces sospecho que los t¨ªtulos que les han dado son falsos. Quiz¨¢ los periodistas son quienes mayor responsabilidad sienten, pero otros profesionales, como profesores, pol¨ªticos, abogados, todos aquellos que tienen una voz p¨²blica, no son conscientes de que deben decir o escribir de una manera clara, inteligible y sencilla. El poder de los medios de comunicaci¨®n es enorme, y sus profesionales deben cumplir con esa obligaci¨®n hacia el idioma. Cuando yo hice el ingreso a bachillerato, a los 10 a?os, tres faltas de ortograf¨ªa eran suficientes para no ingresar.
P. ?Hizo usted muchas faltas?
R. Hice la ¨²ltima en s¨¦ptimo de bachillerato. El profesor era Jos¨¦ Manuel Blecua.
P. ?Qu¨¦ hizo?
R. Escrib¨ª absorver, con uve.
P. ?Le ri?¨® mucho Blecua?
R. No. Me dijo que, si no me acordaba, pensara en sorbete. "Sorbete, sorbete, hijo m¨ªo", me dijo.
P. Hace usted un gran elogio en el libro del idioma franc¨¦s. Dice que en el siglo XVIII "impone su yugo a las lenguas europeas", que los franceses marcaron la pauta de la modernidad.
R. El franc¨¦s fue el veh¨ªculo de la latinidad en los pa¨ªses de habla inglesa o germ¨¢nica. En Espa?a muchos j¨®venes nos formamos en las reglas de comportamiento intelectual franc¨¦s. Nos interesamos no s¨®lo por el idioma, sino tambi¨¦n por el concepto mismo de idioma. Ahora est¨¢ en franca decadencia, la lengua del imperio es el ingl¨¦s. Los ¨²nicos idiomas expansivos son hoy el ingl¨¦s y el espa?ol.
P. Sobre el espa?ol dice que es m¨¢s importante el crecimiento cualitativo que el demogr¨¢fico.
R. La importancia de un idioma en el mundo no lo es tanto por el n¨²mero de hablantes, sino por su calidad e influencia. No debemos flagelarnos, pero en nuestro pa¨ªs el atraso de la ciencia es muy notable, y por eso tiene una posici¨®n muy d¨¦bil frente a idiomas como el ingl¨¦s, el franc¨¦s o el alem¨¢n.
P. Escribe en su libro que no hemos conseguido exportar palabras tan adecuadas como tanatorio o quir¨®fano.
R. No, y son muy ¨²tiles. Creo que el ¨²nico t¨¦rmino cient¨ªfico que hemos exportado es laringoscopio. En el sentido pol¨ªtico impusimos "liberal", palabra que surgi¨® de las Cortes de C¨¢diz.
P. ?Acepta usted la expresi¨®n "buenas madrugadas"?
R. No. Es una invenci¨®n que raya en lo grotesco. Tengo insomnio y escucho la radio por las noches. Que te digan a las doce o la una de la noche buenas madrugadas es... Se us¨® mucho hace tres o cuatro a?os, creo que ahora est¨¢ remitiendo. Buenos d¨ªas es una extra?eza ling¨¹¨ªstica, pero de ah¨ª a que se diga buenas madrugadas va...
P. ?Qu¨¦ prefiere usted, telefonino o m¨®vil?
R. Telefonino. Lo escribi¨® Umberto Eco en un art¨ªculo delicioso. Es un nombre ir¨®nico que se merece ese chisme inoportuno.
P. ?El sint¨¦tico lenguaje electr¨®nico de los mensajes es un peligro para el idioma?
R. No, a no ser que se unificase en los signos, con una consiguiente p¨¦rdida de humanidad. ?Pero qu¨¦ chico va a decir a una chica te quiero con signos? No es un peligro para la lengua natural; otra cosa es que quienes lo utilizan no sepan cu¨¢l es su lengua natural.
P. ?La p¨ªldora del d¨ªa despu¨¦s o del d¨ªa siguiente?
R. Del d¨ªa siguiente, claro. Convertir un adverbio en un adjetivo es muy raro. Siempre se ha dicho el d¨ªa siguiente, y lo otro es una idiotez. Por eso tengo un enfado permanente con el programa de televisi¨®n El d¨ªa despu¨¦s. Yo simplemente les rogar¨ªa que cambiaran el nombre.
P. Reniega usted de las palabras multiuso como detectar.
R. Ahora todo se detecta. Me preocupa el reduccionismo del idioma que imponen los medios. Todo se inicia, nada comienza o empieza. Como todo finaliza, nada acaba. O el verbo producir. Tal cat¨¢strofe produjo v¨ªctimas: ?por qu¨¦ no decir caus¨® o provoc¨®? Est¨¢ apareciendo una monolengua sin matices que nos hace mucho da?o.
P. Habla de ese reduccionismo en casi todos sus dardos.
R. El empobrecimiento indica una falta grave de familiaridad con la lengua propia.
P. ?Como en el caso de o¨ªr y escuchar?
R. Evidentemente, el idioma es cada vez m¨¢s pobre, porque, como he dicho antes, est¨¢ perdiendo sus matices, matices que hemos producido durante siglos. Es como aquel que va al otorrino y le dice: "No escucho bien", y el m¨¦dico le contesta: "Pues ponga usted m¨¢s atenci¨®n".
P. ?Almorzar o comer a mediod¨ªa?
R. Almorzar es una forma m¨¢s selecta, que empez¨® a ser utilizada por las clases superiores en el XIX. Los pobretes se limitaban a decir desayunar, comer y cenar.
P. Chapapote es una palabra que desgraciadamente se ha puesto de moda.
R. Es una palabra mexicana antigua, que ya recogieron los cronistas de Indias. Con ella nombraban algo misterioso que llegaba del mar y que ten¨ªa elementos curativos.
P. Tiene ya un uso metaf¨®rico.
R.Yo mismo, ayer, cuando quer¨ªan que me comiera un yogur, dije: "No me deis m¨¢s chapapote".
P. Sus dardos tienen una estupenda mezcla de sabidur¨ªa, humor e iron¨ªa.
R. Obedecen a una actitud vital que crece con los a?os: es el distanciamiento del combate, y cuando digo combate me refiero a la vida en general. Veo las cosas como desde una butaca, me distraen, pero las veo con distancia. Y utilizo la iron¨ªa como un instrumento necesario para quedar bien conmigo mismo.
P. Se nota que se divierte mucho con los dardos.
R. Much¨ªsimo. Y me siento felic¨ªsimo cuando encuentro algo que me gusta. Dar s¨®lo nociones did¨¢cticas en un peri¨®dico ser¨ªa aburrid¨ªsimo.
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