Unos coleccionistas se disputan un 'picasso' que no pod¨ªa salir de Francia
La obra 'La femme au corbeau' data de 1904
Hace casi 100 a?os, en 1904, Pablo Picasso retrat¨® a la hija del amo del cabar¨¦ parisino Le Lapin Agile. Sobre un fondo azul, aparece la figura estilizada de Margot acompa?ada de un cuervo. La obra fue adquirida -se desconoce el precio- por Olivier Sains¨¨re, alto funcionario que conoc¨ªa al pintor. A?os m¨¢s tarde, su nieta Nicole necesita dinero y pide el derecho a poder sacarlo del territorio nacional para venderlo en subasta p¨²blica. Estamos en 1976 y el Ministerio de Cultura se lo niega. En 1979 la negativa se repite y Nicole se conforma con cederlo a la Galer¨ªa Beyeler por 2,3 millones de francos.
La historia se habr¨ªa acabado aqu¨ª si, en 1999, Nicole no hubiese descubierto que La femme au corbeau -el expl¨ªcito t¨ªtulo del cuadro- se encuentra ahora colgado en las paredes del domicilio neoyorquino de Ronald Lauder. Quiso saber c¨®mo la obra hab¨ªa cruzado la frontera, si con o sin permiso y as¨ª aprendi¨® que la autorizaci¨®n que a ella le denegaron en 1976 y 1979, se la concedieron al productor de cine Claude Berri en 1988. ?Por qu¨¦? Berri ha declarado al diario Le Monde que escribi¨® al ministro de la ¨¦poca -Fran?ois Leotard- para explicarle que "desde hace tres o cuatro a?os me he convertido en un coleccionista apasionado de arte contempor¨¢neo y el cl¨¢sico pastel de Picasso ya no entra dentro de la l¨®gica de mi colecci¨®n que, adem¨¢s, para poder ser continuada de manera coherente, necesita del dinero que yo pueda obtener vendiendo la obra en el extranjero".
Nicole se ha querellado -reclama 38,5 millones de euros- contra la galer¨ªa ampar¨¢ndose en una ley francesa que puede anular una compraventa si estima demostrado que existe "error en la sustancia misma de la cosa comprada o vendida". La jurisprudencia hace que esa noci¨®n de sustancia se haya ampliado a "cualidades sustanciales" del objeto y que entre ellas figuren tambi¨¦n las "circunstancias exteriores al objeto". Y est¨¢ claro que entre esas ¨²ltimas figura el derecho a cruzar fronteras para acceder al mercado japon¨¦s o estadounidense.
La justicia no ha aceptado el razonamiento de Nicole Sains¨¨re porque, "aun y considerando que la posibilidad de exportar o no una obra pueda ser considerada como una de sus cualidades sustanciales" -es decir, hasta aqu¨ª el razonamiento de la demandante era correcto-, eso no permite afirmar que la galer¨ªa hubiese enga?ado a la vendedora puesto que Nicole estaba en situaci¨®n de comprender que exist¨ªa "incertidumbre" relativa a los dict¨¢menes y permisos ministeriales.
Si Berri pudo beneficiarse del liberalismo discrecional de Leotard, eso es hoy otra vez m¨¢s dif¨ªcil puesto que, en 1992 y en 2000, la ley francesa ha vuelto a cambiar y cualquier pintura de un precio superior a 150.000 euros necesita de un certificado de libre circulaci¨®n y ¨¦ste s¨®lo se obtiene despu¨¦s de que dos expertos -o tres, si no hay acuerdo entre ellos- tasen la obra y eso permita al Estado hacer una oferta. S¨®lo si el Estado renuncia a ese derecho de manera expl¨ªcita se obtiene el permiso de exportaci¨®n. Y hay que andarse con cuidado, porque el Estado, a¨²n tiene otra v¨ªa para rechazar el visado, consistente en la simple calificaci¨®n de la obra en "tesoro nacional".
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