Los alarifes quieren su museo

Madrid puede ser una de las primeras ciudades del mundo que posea un museo de arquitectura. Tal distinci¨®n se ver¨¢ a?adida a los atributos capitalinos ya existentes si prosperan las conversaciones comenzadas con buen pie este mi¨¦rcoles entre el alcalde de Madrid, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, y Ricardo Aroca, decano electo del Colegio de Arquitectos.

Hasta hace apenas unas semanas las rivalidades dial¨¦cticas -y de concepci¨®n de la ciudad- entre ambas personas parec¨ªan insuperables. Pero, pese a sus antagonismos, colaboradores de uno y otro destacan que siempre mantuvieron la cortes¨ªa en sus formas de relaci¨®n. Ahora, gracias a ese respeto formal que impidi¨®, por el esfuerzo mutuo, que los puentes se rompieran, los dos parecen estar de acuerdo en que vale la pena luchar hombro con hombro por dotar a Madrid de tal museo. En la conversaci¨®n mantenida entre el alcalde -a quien acompa?aban los ediles Ignacio del R¨ªo y Sigfrido Herr¨¢ez, ambos arquitectos- y Ricardo Aroca, flanqueado por Bernardo Ynzenga, la parte municipal baraj¨® el ¨¢rea del viejo matadero de Legazpi, en proceso de rehabilitaci¨®n, como escenario a ofrecer a los arquitectos para su museo.

Anteriormente, alarifes madrile?os indicaron el ¨¢mbito del Museo de Arte Contempor¨¢neo, en la Ciudad Universitaria, como posible destino, u otros predios de la Complutense. Incluso conjeturaban sobre su localizaci¨®n en el naciente ensanche de la prolongaci¨®n de la Castellana. Pero, independientemente de la ubicaci¨®n donde acabe por ser asentado el museo, se presume que habr¨¢ de ser un espacio preferiblemente abierto, apto para albergar instalaciones de arquitectura ef¨ªmera y otras de mayor duraci¨®n y envergadura, con una finalidad did¨¢ctica.

As¨ª lo subraya Ricardo Aroca, que muestra ilusi¨®n con la idea. "La verdad es que el edificio del Colegio de Arquitectos de la calle de Barquillo, 12, no es malo, pero se encuentra muy mal distribuido", dice. "Tenemos que reformarlo y para ello deber¨ªamos abandonarlo por lo menos durante un a?o. En esa tesitura podr¨ªamos aprovechar para trasladar tambi¨¦n la sede junto al museo", comenta.

La apuesta habr¨¢ de ser debatida, ya que la sede de Barquillo mantiene ventajas, como la de ser muy c¨¦ntrica. El Colegio de Arquitectos, del que forman parte casi ocho mil profesionales, registra una enorme actividad, por hallarse centralizadas en sus oficinas tareas como las visas o la informaci¨®n urban¨ªstica. Tambi¨¦n los concursos.

Aroca present¨® al alcalde un protocolo colegial que coadyuve a regir objetivamente estos cert¨¢menes. "El alcalde", afirma Aroca, "se comprometi¨® a estudiarlo y anunci¨® que, antes de culminar su mandato en la alcald¨ªa, museo de la arquitectura y concursos pueden tener su luz verde".