Presos entre Arenas y Chaves
En el a?o que acabamos de estrenar los maestros de las prisiones de Andaluc¨ªa continuaremos siendo los que menos derechos tienen de Espa?a.
La Administraci¨®n central, en desarrollo de la Logse y por un Real Decreto de 1999, nos integra en el Cuerpo de Maestros de Primaria del Ministerio de Educaci¨®n, pero en virtud de una Disposici¨®n Transitoria nos hace depender del Ministerio del Interior hasta que se produzca el acuerdo de traspaso a la comunidad aut¨®noma de destino. En esta situaci¨®n, el Ministerio de Interior no revisa nuestros complementos, ya que se producir¨¢ el traspaso pero, cuando ¨¦ste se firme, no se cobrar¨¢ con efectos retroactivos sino desde la fecha en la que la comunidad aut¨®noma asuma las competencias.
La Constituci¨®n espa?ola establece criterios de igualdad y este colectivo (66 personas en Andaluc¨ªa) cobr¨®, en el a?o 2002, 1.040 euros menos que los maestros de Primaria destinados en Andaluc¨ªa y, por si fuera poco, tampoco tenemos derecho a participar en los concursos de traslados (los ¨²nicos funcionarios de carrera que carecen de este derecho).
Cuando leemos, o¨ªmos o vemos noticias referidas al tema penitenciario, a nuestros pol¨ªticos se les llena la boca para recordar que la reeducaci¨®n y reinserci¨®n social de la poblaci¨®n reclusa son los fines de la Ley Penitenciaria, pero ninguno quiere saber nada de las condiciones en las que mantienen, desde 1999, a los maestros de las prisiones de las comunidades aut¨®nomas de Andaluc¨ªa, Arag¨®n, Asturias, Islas Baleares, Cantabria y Extremadura (en total, 103 maestros).
Parece ser que a los sindicatos tampoco les interesa lo m¨¢s m¨ªnimo debido, probablemente, a que somos pocos y estamos entre dos administraciones de distinto signo pol¨ªtico y, por lo tanto, de dudosa rentabilidad sindical.
A los dirigentes de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n de la Junta de Andaluc¨ªa lo ¨²nico que les interesa es saber el n¨²mero de alumnos que tenemos en nuestras aulas para, suponemos, inflar sus estad¨ªsticas en Educaci¨®n de Adultos.
Despu¨¦s de todo esto, nos preguntamos: ?hasta cu¨¢ndo nos van a tener en estas condiciones el se?or Arenas y el se?or Chaves? ?Estos se?ores cobran todos sus emolumentos? ?A la hora de negociar, piensan en los perjudicados o en la foto? En una supuesta huelga, ?a qui¨¦n le importar¨ªa que los presos se queden sin clases?
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