La nueva hornada de cantautores
J¨®venes m¨²sicos sevillanos se?alan las dificultades para actuar y grabar discos
Dicen que es un mundo dif¨ªcil donde acceder a un contrato con una discogr¨¢fica lo es todav¨ªa m¨¢s y en el que presentarse como cantautor es, en muchas ocasiones, una etiqueta que te puede cerrar puertas aunque lo que compongan no tenga nada que ver con lo que tradicionalmente se asocia a este tipo de m¨²sicos que cantan y componen sus temas. Tambi¨¦n sostienen algunos que las posiblidades est¨¢n en Madrid, y se?alan que la diferencia con Sevilla es "terrible".
Pese a su juventud, estos sevillanos llevan a?os tocando y cantando en bares y salas de conciertos de la capital andaluza, por pueblos y en otras provincias andaluzas. Algunos, los menos, recorren toda la geograf¨ªa espa?ola, participan en festivales y cuentan con alg¨²n disco en el mercado. Y, en general, consideran anticuado el concepto de cantautor como sin¨®nimo de canci¨®n protesta con un color pol¨ªtico.
Paco Cifuentes, de 26 a?os, no se ve como un cantautor tradicional, aunque sus canciones siguen en ocasiones "el patr¨®n tradicional". Le gusta experimentar musicalmente con el flamenco, el rock o a?adiendo unas bases electr¨®nicas. Ha grabado una maqueta que vende en las actuaciones y tiene claro que en unos meses se ir¨¢ a vivir a Madrid. "Aqu¨ª no hay discogr¨¢ficas que graben discos de canci¨®n de autor y en Madrid hay m¨¢s locales. En Sevilla no hay una cuna importante, es bastante tradicional, aunque hay cuatro o cinco cantautores muy buenos. Adem¨¢s, aqu¨ª la gente no paga para o¨ªr m¨²sica en locales. En Madrid, s¨ª", arguye.
Daniel Mata, de 24 a?os, vive a rachas exclusivamente de las actuaciones, y como Cifuentes, est¨¢ convencido de que tarde o temprano se marchar¨¢ a Madrid. "Si quiero pegar el salto tendr¨¦ que hacerlo, pero tengo la esperanza de que sea un salto de ida y vuelta". Es pedagogo y act¨²a con su grupo, El Callej¨®n del Gato, con el que ya ha grabado una maqueta, de edici¨®n propia. Le gusta escribir lo que no encuentra en otras canciones. "Lo que me mueve es descubrir las mentiras, las poses y falsedades". Tambi¨¦n la experimentaci¨®n literaria, el humor y la iron¨ªa.
Respecto al panorama, asegura que en Sevilla es "trist¨ªsimo". "Hay poqu¨ªsimos bares donde haya representaciones. Los ayuntamientos no ayudan ni a los locales ni a los cantautores. La m¨²sica en directo se mueve mejor en los pueblos". Sobre la posibilidad de editar comenta: "Muy dif¨ªcil tal y como se ha puesto la industria para sacar un disco con los amigos de Operaci¨®n Triunfo. Adem¨¢s, el nuestro es un g¨¦nero minoritario".
Mejor le ha ido a Maite Sanz, de 30 a?os, cuyo disco Al mal tiempo buena cara se ha editado en Espa?a, Argentina, Uruguay y Chile. Ya est¨¢ preparando un segundo ¨¢lbum. En 1997 se fue a Madrid y un a?o despu¨¦s represent¨® a Espa?a en el festival de Cesme, en Turqu¨ªa. Amadrinada por Marina Rossell, suele tocar en Madrid, con Jorge Drexler, y en Barcelona. Tambi¨¦n participa en festivales como el Certamen de Cantautores que se celebrar¨¢ en Le¨®n la pr¨®xima semana. "A m¨ª me descrubrieron en M¨¢laga. Es la suerte de quien te escucha", dice, y al contrario que los otros, cree que es m¨¢s f¨¢cil "actuar en Sevilla y moverte" que irse a Madrid. En su opini¨®n, es cuesti¨®n de cantidad: "Aqu¨ª hay muy pocos, mientras que en Madrid hay miles". Sin embargo, reconoce que sin un representante hay menos posibilidades de actuar.
Sostiene que el cantautor "evoluciona o se muere": "Tiene que haber un cambio. La m¨²sica es tan importante como la letra. Hay que saber fusionar distintos estilos musicales". Y en cuanto a las letras, opina que ahora son menos pol¨ªticas: "La protesta no tiene color. Ahora nos interesan las cosas de a pie. Hay m¨¢s cosas por las que protestar y menos pol¨ªtica que reivindicar".
Tambi¨¦n sevillano es Fran Melkart, de 27 a?os, que se considera un privilegiado por vivir de la m¨²sica, aunque tenga que "prostituirse" cantando para bodas y ferias. Tiene un tr¨ªo orquestal, Maracaibo, que le permite vivir. Combina las rumbas, boleros y sevillanas con la m¨²sica de autor, lo que de verdad le gusta. "?sta es una ciudad intolerante musicalmente, cerrada. La gente no te ve como artista, hay pocos locales y no est¨¢n acondicionados". Ha grabado un disco, pero no encuentra discogr¨¢fica que lo edite. En cuanto a marcharse, admite: "Lo de Madrid lo pensamos todos".
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