Aviones espaciales para dentro de 10 a?os
La NASA estudia unas 15 alternativas para la segunda generaci¨®n de transbordadores
Ir al espacio, por ahora, no s¨®lo es arriesgado y dif¨ªcil, tambi¨¦n es muy costoso. El problema es que para poner en ¨®rbita cualquier masa, ya sea un sat¨¦lite o un grupo de personas, hay que vencer la atracci¨®n gravitatoria terrestre y luchar contra el rozamiento de la atm¨®sfera que frena el avance de cualquier objeto. Hasta ahora la ¨²nica soluci¨®n es utilizar lanzadores con motores cohete. Pueden usar combustible l¨ªquido y/o combustible s¨®lido y combinar varias etapas durante el ascenso, pero b¨¢sicamente son cohetes tradicionales. Para ir la espacio hay que alcanzar una velocidad de 7,8 kil¨®metros por segundo (equivalente a 25 mach) en ¨®rbita baja, cuando un avi¨®n comercial corriente ronda 0,9 mach; s¨®lo el Concorde vuela a 2,2 mach y los aviones militares avanzados llegan a 5 mach.
Ideas para hacer m¨¢s f¨¢ciles, rutinarios y econ¨®micos que ahora los viajes espaciales hay muchas, con cohetes y sin ellos, con propulsi¨®n nuclear e incluso con ascensores de lo m¨¢s futurista. Las agencias espaciales, incluida la europea, tienen programas para ir desbrozando el camino. Pero la NASA sabe que el tiempo apremia, que los transbordadores actuales tienen un plazo limitado de vida ¨²til a¨²n con las modificaciones que se vayan haciendo y que no puede retrasar mucho la puesta en marcha de una nueva generaci¨®n de veh¨ªculos para poner en ¨®rbita personas y cargas, para ir a la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS), mantenerla y operarla.
Hay planes y dise?os de lo m¨¢s variado, incluso se ha construido alg¨²n prototipo reducido, pero la inversi¨®n colosal que exige un programa de desarrollo, construcci¨®n y ensayo de los futuros aviones sigue siendo un cuello de botella en este sector.
Tras varios proyectos y cancelaciones, la NASA ha puesto en marcha la Iniciativa de Lanzamiento Espacial para estudiar unas 15 diferentes ideas conceptuales de nuevos sistemas de transporte reutilizable y elegir dos o tres para seguir adelante con ellas. Las principales compa?¨ªas aeroespaciales est¨¢n trabajando en el asunto. De momento hay un presupuesto de 5.000 millones de d¨®lares para cinco a?os y un horizonte temporal para empezar a volar: 2012.
Entre los objetivos esenciales destaca la reducci¨®n del precio de la puesta en ¨®rbita de cargas desde los 20.00 d¨®lares por kilo actuales a unos 2.000 d¨®lares. Adem¨¢s los nuevos transbordadores deber¨ªan necesitar ¨²nicamente una semana de puesta a punto entre vuelo y vuelo, en lugar de los varios meses de labores costos¨ªsimas que exigen los actuales.
Las naves que no s¨®lo aterricen en una pista, como ahora, sino que tambi¨¦n despeguen como aviones, siguen figurando entre los dise?os y se reconocen ventajas al despegue horizontal (mayor flexibilidad en cuanto a las bases de lanzamiento). Pero a una d¨¦cada vista o poco m¨¢s las opciones m¨¢s realistas apuntan hacia transbordadores de salida vertical con cohetes.
No est¨¢ cerrada la ya antigua pol¨¦mica de si ser¨ªa m¨¢s rentable hacer un lanzador espacial de una sola etapa o de dos (la primera lleva la nave hasta la alta atm¨®sfera y la segunda la coloca en orbita). En EE UU se han hecho planes con ambos conceptos y en Europa fueron hitos de dise?o el Hotol brit¨¢nico (una etapa) y el S?nger alem¨¢n (doble etapa), aunque jam¨¢s salieron de los ordenadores de los ingenieros. De momento parece m¨¢s probable que se mantenga un sistema de dos etapas, pero con motores de queroseno e hidr¨®geno, abandonando los propulsores de combustibles s¨®lido de los transbordadores.
Una aut¨¦ntica revoluci¨®n en el transporte espacial ser¨ªa tener a punto para la nueva generaci¨®n motores aer¨®bicos, es decir, ingenios que en lugar de ir alimentados por hidr¨®geno y ox¨ªgeno almacenados en el dep¨®sito de combustible, como ahora, utilicen el ox¨ªgeno de la atm¨®sfera. Entre los muchos desaf¨ªos que este concepto entra?a, destaca la flexibilidad del motor para funcionar en los reg¨ªmenes diferentes de potencia que la puesta en ¨®rbita exige. Adem¨¢s, ox¨ªgeno hay mucho en el aire cerca del suelo, pero disminuye al aumentar al altura.
Una innovaci¨®n para la pr¨®xima generaci¨®n de transbordadores de la NASA ser¨ªa trasladar los motores desde la nave (como ahora) al dep¨®sito de combustible. Se puede incluso dise?ar una etapa principal de propulsi¨®n que regrese a la base de lanzamiento una vez cumplida su misi¨®n de encaminar a la nave hacia el espacio, lo que facilitar¨ªa su reutilizaci¨®n.
La NASA tambi¨¦n quiere que su futuro veh¨ªculo sea m¨¢s flexible que los actuales y que pueda navegar en r¨¦gimen autom¨¢tico, sin astronautas pilotos. Y ser¨ªa ideal hacer naves de diferentes tama?os y capacidades, pero por ahora nadie sue?a con tener en una d¨¦cada m¨¢s de un veh¨ªculo.
A una distancia, abismal por financiaci¨®n dedicada al empe?o, tambi¨¦n la Agencia Europea del Espacio tiene un programa de futuro lanzador, denominado FLTP, con la idea de concebir un avi¨®n espacial de dos etapas recuperable que estuviese listo para 2020. Se trata de ir explorando tecnolog¨ªas en aerotermodin¨¢mica, en materiales, en estructuras y en propulsi¨®n.
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