Caja de sorpresas
Se dice que los suizos construyen cajas. Pero el proyecto de Herzog y De Meuron para el centro de arte de la Caixa en Madrid es una caja de otro tipo. Cegando los huecos de un caser¨®n de ladrillo levantado en 1900 como central el¨¦ctrica, suprimiendo el z¨®calo de granito para excavar bajo el edificio un nuevo espacio p¨²blico, y coronando el conjunto con una cubierta de paneles de fundici¨®n cuya forma evoca la de los tejados cercanos, el estudio de Basilea propone una caja fuerte que es tambi¨¦n una caja de sorpresas, con su volumen herm¨¦tico y grave en m¨¢gica levitaci¨®n sobre una plaza alabeada como una alfombra ind¨®mita. Promovida por una caixa d'estalvis, esta s¨®lida caja de caudales es una caja de resonancia para la instituci¨®n financiera, y una bo?te ¨¤ miracles para las ceremonias del arte ¨²ltimo: si los suizos construyen cajas, ¨¦stas son m¨¢s bien cajas craneales y cajas tor¨¢cicas que encierran a la vez el pensamiento y la emoci¨®n, la memoria y las v¨ªsceras, el c¨¢lculo y la pasi¨®n. En Basilea, ciudad de larga tradici¨®n intelectual donde las l¨®gicas bancarias se fertilizan con las alquimias farmac¨¦uticas, y donde tiene su sede central este estudio de 170 arquitectos y cinco oficinas en tres continentes, Jacques Herzog reflexiona sobre la arquitectura, el arte y el museo.
"Como europeo, necesito la investigaci¨®n, la libertad y el di¨¢logo para construir objetos materiales que formen parte de nuestra cultura"
"A medida que el estudio crece, nuestros enfoques cambian. Siempre hemos trabajado con un m¨¦todo de investigaci¨®n y desarrollo basado en la libertad y el di¨¢logo, de manera que el proyecto surja en un proceso evolutivo similar a los que se encuentran en la naturaleza. Pero muchos clientes se dirigen a nosotros buscando s¨®lo una arquitectura de impacto, reconocible como un logotipo (es el caso del estadio de M¨²nich), y tras nuestras ¨²ltimas experiencias en Rusia y China -donde es dif¨ªcil establecer un intercambio intenso de ideas- me pregunto si en algunos casos no deber¨ªamos abandonar esa forma inocente de trabajar, reemplazando el di¨¢logo por mecanismos m¨¢s impersonales. Ahora estamos viviendo el final de la burbuja de los a?os noventa, durante los cuales nos llegaban muchos encargos del mundo del lujo, y no me disgusta que eso est¨¦ terminando tambi¨¦n. Aunque, por otra parte, pocas firmas financiar¨ªan nuestra investigaci¨®n como Prada lo ha hecho en el edifcio que estamos acabando en Tokio. Quiz¨¢ sea lujo, pero es el lujo de la libertad y el tiempo para desarrollar y refinar nuestras ideas. Ese proceso es similar al de algunos artistas. Si visitas la ¨²ltima exposici¨®n de Bruce Nauman, uno de nuestros h¨¦roes y acaso el artista vivo m¨¢s importante, ver¨¢s que su trabajo se basa tambi¨¦n en una especie de investigaci¨®n inocente: en su laboratorio se enfrenta a lo que le rodea, intentando establecer conexiones entre su cuerpo y la materia que arrojen luz sobre el funcionamiento del mundo...".
"El arte trata de entender d¨®nde estamos, ad¨®nde vamos, y en cierto sentido est¨¢ sustituyendo a la religi¨®n, a trav¨¦s de una forma de iluminaci¨®n que permite a los individuos reconocerse a s¨ª mismos, aproximarse de alguna manera a la naturaleza o a Dios. Nuestra arquitectura es tambi¨¦n una herramienta de conocimiento; no tiene que ver con el contenido, los materiales o la forma, sino con la percepci¨®n, con gente que sabe d¨®nde se sit¨²a, d¨®nde habita, d¨®nde mira. Trata de ayudar a conocernos a nosotros mismos, que es desde luego el objeto ¨²ltimo de la vida, sentir los pies en el suelo y las manos en la mesa, con una actitud casi budista... una especie de vac¨ªo. Y si el arte y la arquitectura hoy se est¨¢n convirtiendo en herramientas pol¨ªticas, es porque se aproximan m¨¢s a su componente de emblema o marca que a su componente de investigaci¨®n o exploraci¨®n, dos facetas que es muy dif¨ªcil reconciliar. Como europeo, necesito la investigaci¨®n, la libertad, el di¨¢logo, todas esas cosas que parecen tan ingenuas, para construir objetos materiales que formen parte de nuestra cultura. Si llevas a un ni?o, alimentado como todos por im¨¢genes virtuales, a una catedral g¨®tica o a una gran obra de Mies o Le Corbusier, ver¨¢s c¨®mo es capaz de experimentar el edificio f¨ªsicamente, y mientras los j¨®venes puedan a¨²n entender esto creo que nuestra arquitectura debe enraizarse en la energ¨ªa f¨ªsica e intelectual".
"Hace unos meses discut¨ªamos en Venecia el futuro de las arquitecturas para el arte, con Daniel Libeskind y otros, en una mesa redonda de atm¨®sfera hip¨®crita donde se dec¨ªan cosas como 'no podemos saber el futuro de los museos porque no sabemos c¨®mo trabajar¨¢n los artistas en el futuro', algo francamente rid¨ªculo, y a¨²n m¨¢s en el caso de arquitectos como Libeskind o Gehry, cuyos edificios no tienen ninguna relaci¨®n con las obras de arte que puedan alojar. Por mi parte, expres¨¦ la opini¨®n de que, si hay un modelo que no tenga futuro, es el del Guggenheim, una demostraci¨®n c¨ªnica del comportamiento global de una compa?¨ªa global. Puse Bilbao como ejemplo porque lo hab¨ªa visitado recientemente y, aunque pienso que es la mejor obra de Gehry, como museo me pareci¨® sorprendentemente falto de inter¨¦s, por la forma en que se muestran las obras en aquellos grandes espacios vac¨ªos, sin relaci¨®n alguna con la ciudad o su gente. Es como un objeto ajeno depositado all¨ª por un tiempo, y que un d¨ªa se trasladar¨¢ de nuevo... de acuerdo a la estrategia del Guggenheim de presentarse como una marca global, en lugar de utilizar el arte como un instrumento de cambio en sinton¨ªa con la comunidad local de artistas. Al final, el arte necesita estar arraigado en un sitio, y a partir de ah¨ª dirigirse a otro lugar. No puede traerse como se trae un Starbucks. ?se es un modelo sin futuro, como demuestra la actual crisis de la organizaci¨®n Guggenheim, algo que no puedo decir que lamento; es un sistema tosco y est¨²pido, basado exclusivamente en la vanidad".
"Siempre hemos estado pr¨®ximos al mundo del arte, y no s¨®lo por las colaboraciones con artistas, sino porque muchos de nuestros mejores clientes provienen de ese ¨¢mbito. Gente como Miuccia Prada, una de las personas m¨¢s extraordinarias que he tratado, una aut¨¦ntica artista, y una c¨®mplice en el terreno de la arquitectura, que dise?a su moda como nosotros los proyectos, de manera a veces tontamente ingenua, intentando hacer cosas casi imposibles en lo material o en lo pragm¨¢tico, como esas gasas tan dif¨ªciles de llevar. O como Nick Serota, alguien que entiende la arquitectura de forma incre¨ªblemente r¨¢pida, que lee planos y maquetas como un arquitecto... Te lo he comentado varias veces, hacer la Tate fue uno de los procesos m¨¢s apasionantes de nuestra carrera, y ahora seguimos vinculados al museo, haciendo reformas y en di¨¢logo con los artistas que exponen en la sala de turbinas: Louise Bourgeois y su ara?a, Juan Mu?oz con aquella instalaci¨®n brutal pero interesante, ahora Anish Kapoor con esa pieza que usa toda la escala del espacio, y pronto Olafur Eliasson, con el que ya nos hemos reunido. El mayor problema de estas arquitecturas es siempre el control de la luz natural, porque los gestores del arte suelen pedir cajas negras, como nos ha ocurrido en la Fondazione Prada de Nueva York, y hay que convencerles de que el visitante necesita orientarse con la luz y las vistas".
"En Madrid, la Caixa es esencialmente una Kunsthalle, y por tanto una caja herm¨¦tica, pero tambi¨¦n aqu¨ª hemos procurado usar la luz para definir los recorridos a trav¨¦s del edificio. Sin embargo, lo m¨¢s importante del proyecto es la aparici¨®n de un nuevo espacio p¨²blico en ese barrio de calles estrechas, al levantar el volumen para crear una plaza cubierta, que al eliminar la gasolinera del paseo del Prado actuar¨¢ como filtro y como generador de flujos peatonales, porque ahora es una zona muerta. Siempre intentamos mejorar el entorno, y estamos convencidos de que el espacio p¨²blico es el futuro de la ciudad. La primera versi¨®n de la Caixa era m¨¢s prism¨¢tica, pero tras hablar con el alcalde procuramos hacerla m¨¢s amable respecto a los edificios vecinos, remat¨¢ndola con planos inclinados; no nos convenc¨ªa una pendiente homog¨¦nea, y finalmente nos autorizaron a construir la cubierta como un paisaje fragmentado, similar al de los tejados pr¨®ximos. Como revestimiento usaremos paneles de fundici¨®n, de color pr¨®ximo al del ladrillo y textura ¨¢spera, para que tenga una presencia muy f¨ªsica. En la actualidad hay muchos que, como Nouvel, defienden una arquitectura inmaterial o medi¨¢tica y otros que, como Koolhaas, la contaminan con otras disciplinas para aproximarla a la moda de lo virtual, pero en realidad la arquitectura s¨®lo puede sobrevivir como tal aferr¨¢ndose a su realidad f¨ªsica, a su corporeidad material, a su presencia".
"Ahora estamos terminando en Basilea un gran contenedor para el arte, el Schaulager, un edificio de exposici¨®n y almac¨¦n que presentamos como un manifiesto frente a la arquitectura fr¨ªvola de bultos y burbujas, hinchada como los mercados burs¨¢tiles de los noventa, y que alguna vez nos ha seducido tambi¨¦n a nosotros. Aunque es una obra totalmente informatizada y producida digitalmente, pertenece a la tierra, muestra una firmitas extrema, y est¨¢ construida de forma casi est¨²pidamente sencilla. Es el modelo anti-Guggenheim, y ha sido posible gracias a la extraordinaria confianza del cliente, una persona de fortuna inmensa e incre¨ªble modestia. Quiz¨¢ nuestros valores se perciban como arcaicos, acaso porque la arquitectura es una disciplina arcaica, pero trabajar en relaci¨®n con los sentidos y el cuerpo humano me parece muy contempor¨¢neo. Desde luego, intentamos adaptarnos a un mundo en mutaci¨®n, porque a medida que envejeces el mayor riesgo es ser incapaz de aceptar intelectualmente lo que te rodea. El mundo cambia, se aleja de ti, y al final no puedes aprehenderlo. Este cambio dram¨¢tico, que veo a trav¨¦s de los ojos de mi hija peque?a, pasa por encima de nosotros como una ola... y no queremos ignorarlo, pero tampoco que nos arrastre".
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