Los sat¨¦lites de EE UU no distinguen a los etarras
El Gobierno apela a la cooperaci¨®n en la lucha contra ETA para justificar su apoyo a Bush en la guerra contra Irak
En los discursos oficiales s¨®lo se insin¨²a, pero en conversaciones privadas, en tono de confidencia, los miembros del Gobierno han deslizado en los ¨²ltimos d¨ªas la que se presenta como raz¨®n ¨²ltima del alineamiento de Espa?a con EE UU en el conflicto de Irak. "El presidente Aznar ha convertido el final de ETA en su ¨²nica obsesi¨®n y sabe que llegar¨¢ antes y m¨¢s f¨¢cilmente si cuenta con el apoyo de Washington. Todo lo dem¨¢s se subordina a ese objetivo primordial", repiten.
Los expertos coinciden en que los atentados del 11 de septiembre cambiaron radicalmente la percepci¨®n del fen¨®meno del terrorismo por EE UU. La Administraci¨®n Bush lo ha convertido en el centro de su pol¨ªtica de seguridad y ha trasladado esa misma visi¨®n a organizaciones internacionales como la OTAN o Naciones Unidas.
El disco duro del ordenador de Kantauri no se logr¨® descifrar en Washington
Espa?a ha pedido balizas que no sean detectables por los esc¨¢neres de la banda
El Gobierno espa?ol ha intentado llevar el agua de esta situaci¨®n a su molino y hacer ver que el terrorismo de ETA, aunque menos espectacular, es tan execrable como el de Al Qaeda. Pol¨ªticamente, la operaci¨®n ha sido un ¨¦xito. EE UU no ha ahorrado declaraciones de solidaridad con Espa?a, la ¨²ltima con motivo del asesinato de Joseba Pagazaurtundua. La cruzada contra el terrorismo lanzada en todo el mundo por Bush ha servido para estrechar m¨¢s el cerco en torno a ETA, aisl¨¢ndola internacionalmente. La inclusi¨®n de la banda en la lista de organizaciones terroristas de la Secretar¨ªa de Estado, o de algunos de sus cabecillas en la relaci¨®n de criminales m¨¢s buscados, ha contribuido a que hoy ning¨²n pa¨ªs se atreva a reconocer p¨²blicamente que les presta amparo.
Sin embargo, cuando se pregunta qu¨¦ colaboraci¨®n concreta ha prestado EE UU en la lucha contra ETA, los responsables pol¨ªticos del PP se escudan en la obligada reserva. "?No creer¨¢ que es casual que los jefes militares de ETA hayan ca¨ªdo dos veces desde el verano?", se limitan a sugerir.
La opini¨®n de los mandos operativos de la lucha antiterrorista es mucho menos optimista. "Jam¨¢s ha facilitado EE UU ning¨²n dato que haya permitido detener a un comando de ETA", coinciden fuentes del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa, de la Guardia Civil y del servicio secreto, CNI.
Ning¨²n miembro de los servicios de informaci¨®n espa?oles ha escuchado nunca una conversaci¨®n telef¨®nica entre miembros de ETA interceptada por Estados Unidos, como las que el secretario de Estado Colin Powell present¨® ante el Consejo de Seguridad de la ONU para avalar las acusaciones contra Irak.
La Agencia Nacional de Seguridad (NSA), que esp¨ªa simult¨¢neamente millones de comunicaciones en todo el mundo, acept¨® hace unos meses incluir el euskera entre los idiomas a traducir, pero hasta ahora con muy escasos resultados pr¨¢cticos.
Los mandos antiterroristas espa?oles tienen poca confianza en que este sistema d¨¦ frutos. "No se trata s¨®lo de que casualmente capten una conversaci¨®n, sino de que le den prioridad, y est¨¢ claro que ETA no forma parte de sus preocupaciones. Adem¨¢s, los jefes de la banda en Francia apenas utilizan el tel¨¦fono y a lo m¨¢s que podemos aspirar es a interceptar alg¨²n contacto con los que est¨¢n retirados en Am¨¦rica".
"Lo m¨¢s que nos han pasado", afirma otro responsable policial, "han sido notas aisladas sobre personas con apellidos vascos residentes en Venezuela y Panam¨¢, pero tambi¨¦n informaron de un individuo que hab¨ªa mantenido encuentros en Suram¨¦rica y result¨® ser de Izquierda Unida".
En realidad, los servicios de informaci¨®n estadounidenses saben muy poco del terrorismo que preocupa a Espa?a. "En el ¨²ltimo a?o hemos dado multitud de charlas a miembros y analistas del FBI y la CIA sobre ETA, su modo de funcionar, sus ramificaciones... Incluso les entregamos un listado de t¨¦rminos y nombres de organizaciones para que supieran de qu¨¦ habl¨¢bamos".
Puesto que la informaci¨®n que puede facilitar EE UU es muy escasa, las peticiones de colaboraci¨®n se han centrado en el apoyo tecnol¨®gico. El caso m¨¢s espectacular se produjo en 1986, cuando la colocaci¨®n de emisores de la CIA en dos lanzamisiles vendidos a ETA permiti¨® llegar hasta la cooperativa Sokoa, en Hendaya, donde estaba el principal arsenal de la banda.
Pero un ¨¦xito de este calibre no ha vuelto a producirse. En marzo de 1999, la polic¨ªa francesa detuvo al etarra Jos¨¦ Javier Arizkuren Ruiz, Kantauri, con un ordenador. El disco duro ten¨ªa un programa de encriptaci¨®n y ni los expertos espa?oles ni los franceses fueron capaces de romperlo. Despu¨¦s de muchas dudas, decidieron enviarlo a EE UU. Pese a contar con la mejor tecnolog¨ªa del mundo, tampoco los servicios estadounidenses fueron capaces de descifrarlo. El contenido del disco duro de Kantauri sigue siendo todav¨ªa hoy una inc¨®gnita.
Pese a este chasco, el apoyo tecnol¨®gico de EE UU sigue siendo fundamental, siempre que se produjera una verdadera transferencia de tecnolog¨ªa. "Ellos est¨¢n dispuestos a llevarte en su coche y a recogerte incluso, pero no les pidas que te lo presten", resume un responsable.
Uno de los problemas con que tropiezan los servicios de informaci¨®n es la dificultad para el seguimiento de sospechosos. Los esc¨¢neres de que dispone ETA le permiten detectar f¨¢cilmente cualquier emisor por peque?o que sea y oculto que est¨¦. Y, sin emisor, de nada sirven los sat¨¦lites. Hasta ahora, los servicios espa?oles han buscado soluciones propias a este problema, siempre parciales, pero est¨¢n convencidos de que EE UU ha superado este problema con un nuevo sistema de balizado.
Se trata s¨®lo de un ejemplo, entre otros muchos, de tecnolog¨ªas que ser¨ªan ¨²tiles en la lucha contra ETA. La petici¨®n se present¨® hace meses y ha entrado en un largo proceso de tramitaci¨®n burocr¨¢tica, cuyo final no se vislumbra. "Es verdad que antes no pod¨ªamos ni siquiera plantear una petici¨®n de este tipo y ahora no nos dicen que no. Pero eso tampoco quiere decir que nos lo vayan a entregar".
En realidad, la verdadera colaboraci¨®n antiterrorista no es de EE UU con Espa?a, sino a la inversa. Un grupo de expertos estadounidenses estuvo durante cuatro meses recopilando toda la informaci¨®n disponible sobre la estancia en Espa?a de Mohamed Atta, supuesto l¨ªder de los pilotos suicidas del 11-S. Incluso asistieron a los interrogatorios de los testigos. En la actualidad, 10 funcionarios del FBI y una fiscal est¨¢n sacando copias de los archivos de los servicios antiterroristas espa?oles, con autorizaci¨®n del juez Garz¨®n.
Parad¨®jicamente, la actitud de EE UU ha sido menos colaboradora con la justicia espa?ola. Desde hace meses la polic¨ªa espa?ola espera poder acceder al interrogatorio de Ramzi Binalshibh, un miembro de Al Qaeda que estuvo en Tarragona en julio de 2001 y fue detenido en Karachi (Pakist¨¢n) en septiembre pasado.
Los mandos antiterroristas coinciden en que la cooperaci¨®n de EE UU, aunque creciente, es infinitamente menor a la de Francia. Las ¨²ltimas detenciones las explican por el mayor inter¨¦s de la polic¨ªa francesa (sobre todo, tras sus enfrentamientos armados con etarras), la permisividad para que agentes espa?oles act¨²en en su suelo y la entrega casi inmediata de la documentaci¨®n incautada a la banda. Nadie ha sugerido, sin embargo, que ello obligue a Espa?a a alinearse con Francia en la crisis de Irak.
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