Chirac y Villepin logran un respaldo total en Francia

El d¨²o formado por el presidente de la Rep¨²blica, Jacques Chirac, y el ministro de Exteriores, Dominique de Villepin, se ha ganado el respeto de toda la clase pol¨ªtica de Francia por la gesti¨®n de la crisis iraqu¨ª. Y esto es tan cierto que incluso en plena jornada de moci¨®n de censura al Gobierno de Par¨ªs, que fue debatida y votada ayer en la Asamblea Nacional, todos los portavoces de la oposici¨®n se cuidaron de felicitar a De Villepin por su discurso en Naciones Unidas y defendieron el derecho de Francia a no alinearse con los belicistas.

La moci¨®n de censura -debida a una controvertida reforma electoral- fue derrotada tras una ¨¢spera discusi¨®n. As¨ª, el l¨ªder centrista Fran?ois Bayrou acus¨® al Gobierno de querer laminar a las minor¨ªas con su reforma, pero salud¨® "la elegancia y el acierto" con que el ministro de Exteriores hab¨ªa defendido la posici¨®n francesa. Para el jefe del grupo socialista, Jean-Marc Ayrault, aqu¨¦l expres¨® "la voz de los pueblos que se oponen a una potencia que pretende imponerse por la fuerza", mientras la secretaria general del Partido Comunista, Marie-George Buffet, anim¨® "a usar el derecho de veto, llegado el caso".

Ese consenso confirma la estrategia seguida por Chirac y De Villepin, que llevan meses de negociaciones y afinamiento de posiciones para dar mayor peso al partido de los que se oponen a la guerra. Los medios franceses de comunicaci¨®n respiraban ayer satisfacci¨®n porque 11 de los 15 miembros del Consejo de Seguridad comparten la idea francesa de continuar con las inspecciones, y destacaban el alineamiento en solitario de Aznar con Bush y con Blair.

No es nada probable que Chirac y Villepin pretendan tensar m¨¢s la cuerda con EE UU. Primero, porque la victoria diplom¨¢tica de Francia no se debe s¨®lo a su propia habilidad, sino al despliegue militar estadounidense y brit¨¢nico en torno a Irak, que ha hecho cre¨ªble, a los ojos de Sadam Husein, la posibilidad de perderlo todo. Y segundo, porque saben tambi¨¦n que cualquier soluci¨®n global al problema de Oriente Pr¨®ximo precisa del protagonismo estadounidense. No el de Donald Rumsfeld, ni el estilo de cowboy de George W. Bush, sino de un giro hacia planteamientos m¨¢s multilaterales.

Muchos comentaristas del Hex¨¢gono dan rienda suelta a su satisfacci¨®n por la revancha que el "h¨²sar Villepin" se tom¨® sobre las zafiedades antifrancesas, esparcidas en cierta prensa anglosajona. Los aplausos al ministro de Exteriores en el Consejo han sido vividos tambi¨¦n como un espaldarazo en una batalla dif¨ªcil, tanto m¨¢s cuanto que, seg¨²n el diario Le Monde, hay que remontarse a una intervenci¨®n de Nelson Mandela para encontrar un precedente de esa ovaci¨®n en el Consejo. Algunos observadores, sin embargo, invitan a la prudencia, valorando la fase actual de la crisis como un simple respiro.